martes, 19 de agosto de 2014

Pequeño y Gran Galayo


Con el afán de estirar las vacaciones de agosto preparamos dos nuevas salidas, no podían ser muy lejanas tras mi reciente paternidad, pero sí lo suficiente como para sentir que estábamos nuevamente "on tour".

El lugar elegido fue la Sierra de Gredos, durante la primera jornada la intención era dirigirnos a Galayos para escalar y durante la segunda a la Garganta del Pinar para llegar a Cinco Lagunas a dar un buen pateo.

El mismo Martes 19 de Agosto salimos de Madrid, madrugamos mucho ya que la intención era realizar durante la misma jornada el viaje, la aproximación, la escalada, descenso y trayecto en coche hacia la vertiente Norte de Gredos.
Sabíamos que nuestros amigos Jou y Rambo estaban por allí, pero desconocíamos la zona y la aguja que habían elegido para su escalada, nosotros lo teníamos bastante claro: el Pequeño y el Gran Galayo, uniendo la escalada por la arista que los separa.


Ambas vías eran "a priori" asequibles, aunque en Galayos no hay nada asequible y los grados son relativos y cotados en los años 50.
Galayos es la meca de los escaladores castellanos, con sus más de 30 agujas y 500 vías de escalada, todas ellas con un fabuloso granito y una fractura de roca especial que forma estupendas fisuras.

APROXIMACIÓN:
Partimos a las 6 de Parla y vimos pasar por la ventanilla, Talavera, Arenas y Guisando, cada cual más pequeño y más rural. Cerca de las 8 de la mañana estábamos en la Plataforma del Nogal del Barranco a 1.100 metros de altura, preparando la mochila para la jornada y dispuestos a adentrarnos en otro campo de juego.
Sobre las 8:15 partimos de la plataforma, dejando atrás la figura de la cabrá montés y comiendo metros al valle por el empedrado camino. No tardaron en llegar los primeros sudores, y es que en agosto la vertiente Sur de Gredos es muy calurosa, a pesar de que el sol aún no nos iluminaba.

Dejamos atrás la zona de pinar y paralelos a la Garganta de los Galayos ya podíamos ver las primeras agujas y el colgado Victory empequeñecido por tanta roca.


Este itinerario siempre es agradable, completamos la primera parte hasta llegar a la Apretura, zona en donde el camino cambia bruscamente de pendiente y cruza al otro lado del barranco, hasta allí 1 hora y 10 minutos.
No dudamos por donde subir, se puede hacer directamente por la apretura; más rápido e irregular o por las zetas del camino del Victory; algo más tendido y llevadero. Preferimos ésta última, en una catedral es idóneo entrar de puntillas, casi sin hacer ruido, por aquello del respeto e ir descubriendo las agujas poco a poco. Ya tendremos tiempo de gritar una vez "en harina".


Vamos ganando altura por las zetas y el paisaje galayero va abriéndose ante nosotros metro a metro, risco a risco y piedra a piedra. La sangre nos fluye por todo el cuerpo, el corazón bombea y ésto nos hace llegar a las proximidades del Refugio Víctory bien preparados para la escalada.

Desde allí observamos que hay una cordada metida en "nuestra vía", por los cascos descubrimos que son nuestros amigos Jou y Rambo, así que compartiremos itinerario, perfecto!!


Nos dirigimos a pie de vía atravesando el canchal de bloques y les hemos "berreado" un poco para que sepan de nuestra presencia. Ya nos han visto y en poco tiempo estamos hablando con Rambo que está apunto de salir para arriba como segundo de abordo.

Nosotros nos tomamos unos minutos de descanso, nos quitamos las camisetas empapadas de sudor y comemos algo antes de iniciar la escalada. 30 minutos después estamos listos y preparados y vamos alla.

ESCALADA: OESTE DEL PEQUEÑO GALAYO ( Vº+, 160 metros).
LARGO 1º, (45 metros IVº+):
Descripción: El largo nace a la izquierda en la entrada de la Canal del Gran Galayo, es poco evidente y recorre unas terrazas ascendentes hacia la izquierda, para llegar a situarnos en un terreno vertical con lajas algo inestables, junto a dos clavos, desde allí se bordea por la izquierda el paso y ahora a derechas se asciende hacia una amplia terraza donde está la reunión.

Crónica: Estoy preparado y he visualizado bien por donde ascendía Rambo, allá voy.
Voy ascendiendo hacia izquierdas unas estrechas terrazas IIIº, sin mucha dificultad, la referencia es una mancha blanca en la pared que dejo un poco por encima. Voy cogiendo altura y el patio cada vez es mayor, las terrazas se estrechan y llego a los dos clavos situados en el paso.


Realmente se puede tirar recto por encima de los clavos, pero merece la pena continuar un par de metros y bordearlos por la izquierda para salir casi al espolón (ojo que el terreno es muy inestable y he tocado por lo menos ya tres lajas huecas y alguna se ha movido un poco).

Siempre el primer largo cuesta y más hasta que el cuerpo se habitúa al patio, en este caso si bien no hay ningún paso duro, tras la travesía, hay un pasito de agarrarte a una laja y colgarte en el vacío para llegar a las terrazas superiores. Hay que acostumbrar al cuerpo.


Tras salir casi al espolón la vía cambia de dirección bruscamente, asciendo un metro por una laja de buenos agarres y desde allí me dirijo a derechas hacia una amplia terraza donde las dificultades van desapareciendo. Primera reunión.
Monto el tinglado y aseguro a Juanjo, que va ascendiendo poco a poco, no le puedo ver, pero pronto aparece el casco azul al otro lado de la cuerda y con unas vistas alucinantes el refugio de fondo.


LARGO 2º, (30 metros, Vº):
Descripción: El segundo largo, asciende por un diedro irregular situado sobre la reunión, pero para acceder al mismo es mejor ascender por una placa a la izquierda y más arriba escalar un par de metros para volver al  diedro. Tiene un par de pasos duretes, pero los cantos son buenos y ya se sabe "esto es Galayos", el patio está asegurado.

Crónica: Le toca a Juanjo, no tenemos muy claro por donde es, Jou a penado por un diedro situado sobre la reunión y le dan de IVº+ en los croquis, eso sí graduaciones de las de antaño. Nos extraña mucho que vaya por ahí, por lo que vamos a ir viéndolo.
Juanjo comienza por una plaquita situada a la izquierda, tiene regletas por donde subir y pronto sale a un hombro, desde allí puede ver dos diedros; el de la derecha por donde ha subido Jou y otro más a la izquierda pero se ciega casi arriba y parece más duro. Mejor el que han elegido nuestros compañeros.


Tras una corta travesía a derechas por una zona sin buenos pies, se recoloca en el diedro, unos bloques le cierran el paso, pero tras un pequeño "aupe", por arriba hay buenas manos para tirar y sale por encima.


Desde allí el diedro se abre y se convierte casi en chimenea, asciende por dentro y llega a una nueva terraza donde está situada la segunda reunión de este largo entretenido.
Me da el ok, me calzo los gatos y subo exactamente por el mismo itinerario, a top es más fácil, pero aún así la dificultad se palpa.

LARGO 3º, (65 metros, IVº):
Descripción: Es un largo fácil que recorre enteramente una canal/chimenea y tiene su final bajo la cumbre del Pequeño Galayo. Es imposible la pérdida y se trata de una sucesión de escalones con perfecta protección, la mayor dificultad la tiene en su mitad y si se quiere incluso se puede "escaquear" por la izquierda. Este largo son 65 metros por lo que la cuerda no llega y es conveniente realizar unos metros en ensamble.

Crónica: Viene el largo fácil, me toca a mí y tras cambiarnos los cacharros tiro hacia arriba, disfrutar es poco, voy protegido del patio, con fisuras por doquier y los pasos son escalonados de dificultad baja. Hubiera dado para hacerlo enteramente en ensamble.


Tras los primeros 20 metros, miro hacia atrás, ya está lejos Juanjo y he metido un par de cosas sólo, pero es que no da para más.


Intento meterme por las zonas más juguetonas y busco la dificultad en los resaltes, por darle un poco de picante, pero es todo bastante sencillito.
Cuando me da el sol y estoy llegando al Rambo, Juanjo me para, he llegado a los 60 metros y va a desmontar la reunión para continuar en ensamble.
Continúo unos metros más para montar un puente de roca en una de las muchas que hay y asegurar el ascenso de Juanjo, que en 2, 3 minutos ya anda por allí.


Hemos llegado a los pies de la cumbre del Pequeño Galayo y nuestros compañeros ya han rapelado de la misma, nos juntamos los 4 y tras una foto, quedamos un poco más adelante para vernos.


LARGO 4º, (20 metros, Vº+):
Descripción: Es el último largo del Pequeño Galayo y la culminación de la escalada. Se asciende por terrazas hasta situarse bajo una corta pero explosiva fisura. Son 2 o 3 metros de fisura que se hacen en bavaresa rara a izquierdas y que te depositan casi en la cumbre.

Crónica: Ahora llega la mayor dificultad de la jornada, la conocíamos ya de otro año pero sólo de vista, el año anterior habíamos visto a una cordada intentar y repetir unas cuantas veces dicha fisura sin éxito, nosotros desde la Tonino Re. Ahora estábamos debajo.

Juanjo comenzó ascendiendo por unas terrazas hasta situarse bajo la fisura, desde allí protegió cómodamente, e incluso aún subió algún metro más hasta la misma fisura para meter un cacharro en su mitad, protección fabulosa.


Tras la protección vino la acción, y apretando los dientes y aguantando la respiración en tres o cuatro pasos en bavaresa salió de la fisura por arriba. ¡Alé! en un pis pas estamos arriba. Ya le perdí de vista por arriba y la cuerda corrió 5 metros más hasta que Juanjo llegó a las argollas de la reunión cimera.

Tras las esperas habituales de montaje de reuniones me tocaba a mí. Fui ascendiendo por las terrazas hasta situarme bajo la fisura, más fácil en la práctica que lo que parecía desde abajo. Observé que eran 3 metros de fisura y que llegaba con la mano hasta el 2º de ellos, desmonté el friend y tras un apretón superé el paso para llegar a la zona más fácil que me dejó en cumbre.

Disfrutamos un rato de las vistas, mientras veíamos a nuestros compañeros terminar de realizar la travesía hacia el Gran Galayo, situado en frente.


La verdad que el Gran Diedro del Gran Galayo desde esta posición es fabuloso, la línea oblicua que forma el diedro es perfecta y subir por allí tiene que ser una pasada.


Así que no vamos a demorar más e iniciamos las maniobras de descenso, con un rápel de unos 20 metros que nos deposita en la base.


TRAVESÍA DEL PEQUEÑO A GRAN GALAYO
En lugar de continuar en ensamble, guardamos las cuerdas y las porteamos en la espalda, la travesía hasta el hermano mayor de los galayos es sencilla, son pasitos de IIº y algún IIIº+ aislado.

Iniciamos el camino por unas terrazas situadas en la vertiente sur, están señalizadas con hitos y ligeramente en descenso van dirigiéndose hacia el Gran Galayo. Tiene algunas trepadas y destrepes de IIº+ a lo máximo.



Tras contornear un par de agujas las terrazas nos llevan en dirección a un collado terroso, pero antes de llegar a él, hay una placa a la izquierda por la que se puede ascender para salir a la misma arista y disfrutar un poco más de la sensación de vacío. La placa está fisurada por su inicio y se puede ascender más o menos cómodamente (IIIº+).


Salimos a la arista, detrás dejamos un par de agujas y continuamos por la parte alta por una sucesión de escalones fáciles hasta llegar a la parte alta de una nueva aguja.


Desde aquí destrepamos hacia la vertiente Norte, ya estamos casi a los pies del Gran Diedro y sólo nos queda una corta travesía fácil de caminar para llegar justo a la base donde esta Jou asegurando a Rambo que ya casi está en el final del diedro.

ESCALADA: GRAN DIEDRO DEL GRAN GALAYO (Vº, 90 metros):
LARGO 1º, (IVº+, 60 metros):
Descripción: Sencillamente brutal. Se tratan de 60 metros de diedro bastante regular en cuanto a morfología. Y con múltiples agarres y zonas para proteger. La dificultad va en aumento, no llegando a haber nunca pasos mayores de Vº.

Crónica: Mientras sale Jou hacia arriba, nosotros nos organizamos con las cuerdas que traíamos en la espalda. Estoy estirando la cuerda y no dejo de mirar hacia arriba, son 60 metrazos lineales de "diedraco"


Y la dificultad no parece mucha, tan pronto como he terminado de pasar la cuerda y hacerme los dos nudos de ocho, miro hacia arriba y Jou ya ha desaparecido. Voy a iniciar la escalada.

El inicio parece vertical y la fisura del fondo del diedro se estrecha, esto te obliga a escalar por fuera, pero la protección es excelente y entra de todo, aunque trato de no pasarme por eso de la fricción de la cuerda, es más lo reconozco me gusta meter más bien poco.
Un poquito más arriba la cosa se presenta más fácil, y el diedro se abre, incluso pudiendo ir por dentro haciendo casi chimenea.



En su mitad se puede montar una reunión intermedia para cuerdas menores a 60 metros, pero nosotros como las llevamos tiramos hacia el final. Tras una parte media más fácil la fisura que forma el diedro se vuelve a cerrar, aparece algún paso de mirar más y por la parte izquierda supero un par de pasos algo más aéreos y verticales aunque nunca difíciles.



Llego al final del diedro, allí está el Rambo escondido a la derecha en el inicio del siguiente largo, pero tengo espacio de sobra para montar la reunión y con un puente de roca la monto y aseguro a Juanjo.

Comienza a ascender con rapidez, mientras charlo con Rambo de "la socio-economía de las arañas", vamos de algo vanal y sin importancia.
Juanjo ya está cerca y le hago unas cuantas fotos que le gustaría tener como poster en la pared de su casa.


Y llega a la reunión a la vez que Rambo se marcha hacia arriba rumbo a la cumbre, por el segundo y último largo de la vía. Cambio de cacharros y afrontamos el último largo.

LARGO 2º, (Vº, 30 metros):
Descripción: La vía cambia de rumbo brúscamente. El segundo largo recorre unos 5 metros de diedro a derechas del Gran Diedro para salir a terreno fácil para ir caminando unos cuantos metros hasta la base de un murete, por allí ascienden varias vías. Un par de diedros floreados y una fina fisura con otras más horizontales, por allí vamos.

Crónica: Tras el cambio de "útiles de escalada", parte Juanjo hacia arriba, tras superar el primer tramo adiedrado desaparece de mi vista y sólo veo correr las cuerdas.


Tras poco más de 5 minutos las cuerdas se paran sobre su mitad y entiendo que está montando la reunión.
Así lo delata su grito -"reunión"- y me preparo para salir hacia arriba.

Tras la nueva señal, voy hacia arriba, tras el diedro inicial, el siguiente tramo me sorprende, esperaba algo rocoso y resulta que es un tramo de ir caminando más bien arenisco. Camino hacia el muro donde provienen las cuerdas, parece un tramo entretenido.


La cosa se pone vertical y una fina fisura va ascendiendo en la vertical, también presenta el muro fisuras horizontales que forman el suficiente saliente como para poder ir escalando sobre regletas. Un tramo bonito pero corto por el que pronto salgo por encima y llego a la reunión que ha montado Juanjo en un buen puente de roca nuevamente.
Desde allí a la cumbre caminando fácilmente unos metros por bloques hasta llegar donde están nuestros amigos y celebrar la bonita escalada.


 Aprovechamos para comer algo y beber agua, tenemos todas las agujas por debajo y especialmente el Torreón, desde donde se aprecia verdaderamente su verticalidad.


DESCENSO
Nuestros compañeros parten hacia abajo y nosotros vamos a esperar unos minutos para cambiarnos las zapatillas por los gatos y enrollar las cuerdas. La verdad que ha estado bien la escalada y el calor ha sido disipado por una leve brisa que viene de norte.

Estamos preparados así que comenzamos el descenso, descenso en el que no hay que sacar la cuerda pero que tiene algunos pasos delicados de casi IIIº, así que extremamos precauciones y descendemos con cuidado por una sucesión de fisuras escalonadas rumbo a la Canal del Gran Galayo.


Llevamos bien los destrepes, estamos llegando a la base y hemos tenido un pequeño percance con una roca que me ha golpeado en la rodilla, la tengo dolorida pero podré bajar sin problemas hasta donde están los compañeros.
Ya todos juntos tenemos varias opciones para coger la Canal del Gran Galayo y decidimos dirigirnos hacia la más habitual y más cercana a la Punta Don Servando, los hitos van hacia allá y es la más lógica tanto ahora como en invierno para llegar al refugio.


Tras seguir los hitos, éstos nos llevan a la portilla, hay dos opciones paralelas y cada pareja tira por una de ellas. Se tratan de unos destrepes fáciles pero un tanto sucios de arenilla y roca suelta, por lo que no conviene ponerse muy debajo. Acertamos separándonos y poco más abajo donde el peligro de roca suelta es menor nos volvemos a juntar para ya con más tranquilidad ir descendiendo por la Canal del Gran Galayo rumbo al pie de vía donde hemos dejado las mochilas.


Llegamos a las mochilas, allí nos sentamos y reponemos fuerzas, tenemos que descender a los coches aún y nos llevará un par de horas, por lo que nos lo tomamos con tranquilidad.
Nuestros compañeros dejan las mochilas en el vivac de los pies del Pequeño Galayo con la intención de ascender al día siguiente la Tonino Re y nos comentan que también van a bajar al coche para tomarse una cerveza con nosotros y sobre todo para pegarse un baño en las piscinas naturales de Guisando.

Buen plan!!, aceptamos con mucho gusto y los cuatro nos dirigimos hacia abajo, primero hacia el refugio para coger agua que bajamos secos.


Y después por el camino de las zetas dejando a la izquierda la Apretura.
El camino se convierte se nos hace muy llevadero, hablamos de muchas cosas pendientes y con el Rambo uno no se aburre, bueno ni con el Rambo, ni con Jou, ni con Juanjo, la verdad que los cuatro no nos aburrimos.

Cuando nos queremos dar cuenta hemos dejado atrás la apretura y las agujas de Galayos ya son historia, ahora el calor si que apreta y sólo pensamos en darnos un baño merecido en las piscinas naturales.



Así a paso rápido perdemos altura por la Garganta de los Galayos para llegar a las 18 horas y casi con 10 horas de actividad en el cuerpo a la Plataforma del Nogal del Barranco.
En otras ocasiones el baño no se hubiera hecho esperar y hubiéramos usado el propio pilón de la plataforma como "jacuzzi", pero Jou me jura que conoce otro lugar mejor y a toda prisa marchamos por la carretera a las piscinas naturales de Guisando.

La verdad que tenía razón, aquello parece una piscina pública, repleta de gente y nos pegamos un fresquito baño para secarnos al sol y disfrutar del final de la jornada con un par de jarras de cerveza en la mano.

Jarras que si no es por mi persona se hubieran reproducido en otras cuantas más en Arenas. Esta vez me tocó a mi hacer de pastor y dirigirnos en coche hacia la vertiente Norte de la sierra donde habíamos quedado con otros amigos para el día siguiente realizar una ruta hasta las Cinco Lagunas de Gredos.
-"Qué no sólo de pan vive el hombre"-.







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