domingo, 25 de mayo de 2014

Travesía Puerto del Pico - Hoyos del Espino.

Este año el tiempo nos sigue dando la espalda, si hemos tenido que suspender en dos ocasiones nuestras incursiones pirenaicas. Ahora durante la preparación de la transguadarrama ( un itinerario desde el Puerto de Somosierra a Cotos de algo más de 60 kms.), la nieve de hace tres días nos ha dejado manto blanco a partir de los 2.000 metros en nuestra sierra.
Por si fuera poco el tiempo tampoco es estable para el domingo y dan incluso probabilidad de lluvias por la linde Madrid - Segovia durante el día.

Ante tal panorama y con la preparación previa realizada nos decidimos a dirigirnos hacia la Sierra de Gredos, estaba claro que ya algo lineal con esa distancia y a dos días vista no podía ser factible por lo que planeamos una marcha de ida y vuelta desde el Puerto del Pico.

A las 8 en punto desde el aparcamiento del Puerto del Pico partimos hacia el Oeste en busca de la  parte alta de la sierra de Gredos con el objetivo de llegar al Peñón del Mediodía situado a casi 15 kilómetros de distancia. No seguimos ninguna marca especial de camino y tan sólo cruzamos los prados del puerto y comenzamos a ganar altura entre matorrales, rocas y restos de ramas quemadas hace ya algunas temporadas.


Podíamos ver algunos hitos de piedra colocados para indicar el camino, pero en bastantes ocasiones el mismo estaba difuso, por lo tanto no nos preocupaba mucho perderlo y seguíamos lo que considerábamos el itinerario lógico.
En 45 minutos llegamos a zona rocosa, situada en la vertiente Sur y comenzamos una trepada entre bloques para salir a la parte alta de la sierra.


Ésto nos iba a entretener por momentos pero iba a hacer de la ruta algo más amena. Sobre los 1850 metros y tras 450 de ascenso desde el puerto llegamos a la parte alta de la serranía. Desde allí podíamos divisar parte de la cuerda y la cercana cumbre de la Fría, hasta allí un amplio cortafuegos que tomamos para ir más cómodos y rápido.

Por el camino a "la Fría" el primer y único rebaño de cabras que vimos, eso sí cerca de 100 ejemplares pudimos contar, que huyeron vertiente Sur abajo ante nuestra presencia.


Justo antes de llegar a la cumbre de "la Fría" abandonamos el cortafuegos que bordeaba la zona rocosa por la derecha y ascendimos por rocas hasta la parte alta de este pico granítico situado a casi 2.000 metros de altitud y primera altura prominente desde el puerto.

Subimos a la cumbre y tomamos algo antes de continuar tras la primera hora y media y 5 kilómetros. Desde su parte alta avistamos parte del resto del itinerario y no parecía ser muy benevolente con nosotros; mucho piorno y mucha roca nos esperaba.


Continuamos el camino y tomamos una pequeña senda marcada con hitos, ésta superaba una zona rocosa por la derecha. Varias torres de granito nos obstaculizaban el camino, bordeándolas por la vertiente Norte y continuando rumbo al Oeste como casi todo el camino.

Las zonas rocosas terminaron y ante nosotros se presentó un mar de piornos. En esta ocasión no tenían gran tamaño y aún perduraban algunas sendas trazadas por las cabras que buscábamos con ahínco para poder progresar. Además al fondo podíamos ver las cercanías del Peñón del Mediodía donde se estaba formando una gran nube evolutiva.


Tras los primeros giros entre piornos, encontramos un trazado bastante limpio para progresar, transcurría por el mismo filo de la linde y dejando a la izquierda algunas caídas más bruscas hacia la vertiente de "El Arenal", pueblo que podíamos ver metros más abajo.

Por momentos la niebla procedente del Sur se nos echó encima y nos engulló, no podíamos ver el resto de cuerda pero el itinerario estaba claro, siempre al Oeste y además llevábamos el track en el GPS.


Tras los primeros 10 kilómetros de marcha el camino volvió a ascender con brusquedad, habíamos superado ya los 2.000 metros de altura y las rocas volvían a aparecer por el camino, la niebla no nos dejaba ojear el paisaje y el viento que acompañaba a las nubes nos hacía pasar algo de fresco incluso.
Rezábamos para que las nubes no tuvieran mucha carga húmeda.


Superamos los 2.150 metros de altitud y la nieve comenzaba a hacer acto de presencia pero no de forma continua, por lo que podíamos esquivar los pequeños neveros. Mantuvimos la altura durante algún kilómetro una primera antecumbre y después una segunda, hasta que dejamos atrás las nubes y apareció ante nosotros  la rocosa cumbre del Peñón del Mediodía.


Fue un visto y no visto, tan pronto nos engulló la niebla como ésta se disipó por completo y comenzó a irradiar el sol. Bordeamos la caída hacia vertiente Sur y sobre neveros más continuos fuimos aproximándonos a la parte alta del pico.


Donde llegamos poco después, cumpliendo los 14 kilómetros y 5 horas de recorrido. Mucho tiempo invertido en pocos kilómetros pero era la velocidad que nos dejaba la vegetación.
Comimos en la cumbre del Mediodía algo mientras comenzamos a valorar la nueva idea que estaba surgiendo, se trataba de en lugar de volver por la misma línea de cumbres y sus piornos, descender a uno de los pueblos más cercanos, ya sea Hoyos del Espino en la vertiente Norte o El Hornillo por la Sur y coger desde dicho pueblo un taxi que nos llevara al Puerto del Pico de nuevo.


La verdad que no lo pensamos mucho y nos apetecía improvisar un poco en busca de aventura, mientras divisábamos la zona del Circo de Gredos y la Mira con bastante nieve para ser prácticamente Junio.


Finalmente nos decantamos por Hoyos del Espino, pensando en los bocadillos de la Bodeguilla y el itinerario lo encontramos muy fácilmente; por allí bajamos, subimos, bordeamos los pinos y ahí está el pueblo.
Parecía todo muy fácil mientras teníamos por delante 8 kilómetros lineales desde el pico, -"vamos hacia allá".

Iniciamos la marcha rumbo hacia el Norte, en dirección Hoyos del Espino, tarde o temprano en línea recta llegaremos. La primera sorpresa que nos llevamos fue la nieve acumulada en la vertiente Norte. No nos habíamos metido aún entre los piornos y ya teníamos en zonas la nieve por la rodilla.


Menudo panorama, en pocos minutos de descenso rumbo hacia el Norte las zapatillas caladas, pero caladas, no humedecidas un poco. No había otra manera de bajar y para evitar las grandes masas de piornos, buscábamos partes con nieve.


Tras pasar la cota de los 2000 metros de altura, la nieve desapareció y debido a la cantidad de matorral decidimos cambiar de rumbo hacia la izquierda, hacia la Garganta del Jabalí, donde había más prados.


Dejamos atrás un fuerte desnivel, llegando a la claridad y prados de la Garganta del Jabalí, allí paramos un rato para quitarnos las zapatillas y calcetines y escurrirlos intentando quitar algo de agua. Nuestro próximo objetivo era un pequeño cortafuegos ascendente al otro lado del barranco.
Por lo que al continuar el camino cruzamos el arroyo de la Garganta del Jabalí y progresamos manteniendo la altura hasta dicho cortafuegos.


Comenzamos a ascender por el cortafuegos un corto tramo hasta una curva y desde allí vimos que éste se dirigía hacia la izquierda a una edificación rural para pastoreo más bien y dicha dirección no nos convenía muy bien, por lo tanto preferimos atrochar en línea recta hacia otro cortafuegos situado junto a un pinar, que entendimos que nos podía llevar a los pinares cercanos al Puente del Duque cerca de Hoyos del Espino.

Pronto descartamos la idea, cuando nos vimos incapaces de pasar entre los piornos siguiendo el itinerario pensado. Nos costó pelear un poco con las ramas pero es que nos engulleron literalmente.


Retrocedimos nuestros pasos y por el Arroyo de las Pilas descendimos hacia el Noreste en busca de seguir por lo menos los arroyos, zonas húmedas pero libres de matorral. El primer arroyo nos llevó a una zona extensa de prados y al Arroyo procedente de Garganta de la Cañada de los Pastores. 

Tras atravesar el húmedo prado nos saltamos a una finca vallada de piedra y repleta de florecillas amarillas, al otro lado de la misma estaba el cortafuegos que buscábamos, por lo tanto la atravesamos hacia los pinos, saliendo por el lado opuesto, zona donde comenzaba el cortafuegos.


Resultó que más que un cortafuegos se trataba de un camino de acceso a la finca, por lo que dicha pista nos debería llevar a zona habitada. La tomamos y no abandonamos hasta el final, primero nos llevó a ascender por terreno con poco desnivel un pequeño páramo de matorral y posteriormente a descender ya más bruscamente y mediante zetas a la zona de pinares cercana a Hoyos del Espino.

Tras el descenso, la pista nos introdujo en unos bonitos pinares alóctonos salpicados de verdes prados, unos paisajes más propios de américa que del sistema central.


Pronto reconocí la zona, donde estuve recolectando setas el otoño pasado y por la pista atravesamos los pinares para salir a la carretera que sube de Hoyos a la Plataforma de Gredos en las cercanías del Puente del Duque. Allí realizamos una parada para observar las claras aguas del Tormes.


Y proseguir ahora en ascenso por la carretera rumbo al Bar la Galana, lugar donde solemos parar cuando andamos por la zona, para dar por finalizado el itinerario con 21 kilómetros y 1300 metros de desnivel.

Mientras nos tomamos unos bocadillos y bebimos cervezas, llamamos al servicio de taxis que opera habitualmente por Hoyos que nos llevó por 15 euros al Puerto de Pico. Una buena forma de realizar itinerarios lineales por la Sierra de Gredos.



jueves, 1 de mayo de 2014

Cara Norte de la Alcazaba AD (700mts., 50º, IVº) Vía Polaris y Madrileños.

Nos propusimos como objetivo final de este invierno la "Couloir de Gaube" al Vignemale, era el segundo año consecutivo que perseguíamos este sueño. El año pasado no pudo ser y para este año ya la pospusimos en Febrero por la gran cantidad de nieve caída, ahora dos meses y pico después las condiciones son nulas tras ver las últimas reseñas. La cascada de hielo final, que es la llave de la vía estaba pelada de hielo pero nos resistíamos a tener que quedarnos otra vez con las ganas. La decisión era de ir sí o sí y a cuatro días vista, nevada buena en pirineos con nieve sin trasformar evidentemente. Para más inri, puente de Mayo muy noboso por los Pirineos.

Con estas condiciones no teníamos más remedio que replantearnos el itinerario y decidimos dejarla para el año siguiente nuevamente. Surgieron las dudas para donde dirigirnos y las escaladas en roca levantina nos tiraban (entre ellas el Peñón de Ifach). Finalmente quisimos aprovechar los últimos restos de nieve y vimos que en Sierra Nevada aún en las Nortes se podía "pinchar" algo.


Cambiamos bruscamente la dirección de la brújula y a última hora nos decantamos por el Sur, la mochila bien llena de todos los cacharros; de roca, nieve y mixto y para abajo sin David que tuvo que buscar a su perro perdido por toda Somosierra.

La idea estaba clara: Jueves aproximación por la Vereda de la Estrella, Viernes Norte de Alcazaba, Sábado Norte del Mulhacén y Domingo vuelta por la vereda al coche y para Madrid. 

El Jueves por la mañana salimos de Parla rumbo al Sur, camino tranquilo por la cantidad de coches del puente y llegada a Güejar Sierra para la hora de las cañas. Allí comimos algo de tapeo en la plaza y nos bajamos contentos a la ribera del Genil.
El Charcón hasta arriba de coches y el aparcar algo casi imposible. Tuvimos suerte y en un hueco aparcamos e hicimos las mochilas, ¡y qué mochilas! Los 20 kilos no le andarían muy lejos.
Comenzamos por la Vereda la Estrella pasadas las 15:00, casi mejor porque el sol creaba sombra en bastante parte de la misma y nos libraba de las altas temperaturas.
Qué decir de la Vereda de la Estrella: se trata de un camino comido a la roca y construido para la extracción de mineral de las minas del alto Génil.
De un inicio gana algo de desnivel, pero pronto mantiene la altura y vas echando kilómetros a las piernas mientras te cruzás con decenas de personas que aprovechaban la festividad del 1 de Mayo para darse una vuelta.

Tras pasar por un castaño milenario apodado "el abuelo", el siguiente objetivo es la curva del "coño", desde allí ya podemos ver la cantidad de nieve acumulada en las paredes Norte y nos lleva una hora llegar a ese punto aproximadamente.


 Podemos observar que la pared está bastante pelada, las reseñas por internet nos indican que la hecho alguna cordada hace una semana pero ya es bastante mal estado, así que ahora veremos nosotros. De primeras vemos que vamos a tener que hacer un "pupurrí" de vías buscando la nieve para poder ascender y con resaltes en roca. Así que quedará todo por ver "in situ" durante la mañana del día siguiente.

Cada 45 minutos tratamos de parar y comer algo, estamos ya en modo "stand by" de ahorro, ya que en 12 horas nos tendremos que levantar para iniciar la escalada.


 La senda cada vez es más aérea y nos vamos cruzando gente con menos asiduidad, parece que empezamos a ganar algo de altura, a la izquierda dejamos el desvío hacia la cuesta de los Presidiarios y el Refugio abandonado de Vadillo. Cerca de la segunda hora de camino.


Vamos bien de moral, la temperatura es perfecta y con la vista puesta en todo momento en la Norte de la Alcazaba, nos imaginamos la línea más probable; la directa, luego madrileños, el diedro de la polaris se ve bien. Todo son conjeturas, pero lo que es real es que la nieve escasea y nos la vamos a tener que jugar con la roca.
A la derecha descendemos un poco hacia la depresión del Barranco del Guarnón que traen las nieves del Corral del Veleta. Estamos cerca de la tercera hora y desde allí ascendemos levemente en busca de la intersección del barrancos, lugar donde la vereda de la estrella finaliza.
Es un bonito lugar donde confluyen los barrancos que bajan de Valdeinfiernos y Valdecasillas. Desde aquí cambia totalmente el terreno y los 1.700 metros dan paso a otro piso vegetacional.

Cogemos un camino marcado con hitos que gira a la derecha y continúa por el margen del Barranco de Valdeinfiernos, este pronto gana altura y entre agracejos espinosos y rosales nos lleva en poco tiempo hasta el Vivac de Cueva Secreta. Podría ser un buen lugar para quedarse pero nosotros queremos continuar un poco más hacia el Prado de las Vívoras y nuestro refugio secreto, situado más alto, escondido y más cerca de la pared para el día siguiente.


Dejamos Cueva Secreta a la derecha, hay mochilas y algunas personas por allí que se van a quedar a dormir, nosotros continuamos cruzando el puente del barranco para iniciar un ascenso con mucha inclinación hacia la parte baja de la Loma de Casillas. Hay que superar la loma y ganar casi 200 metros de desnivel con fuerte pendiente. Esto nos hace sudar para terminar el día y por fin cumbreamos la loma y nos ponemos a descender hacia el prado. Es difícil ver el refugio porque está escondido pero una vez llegamos tras 4 horas y 20 minutos desde el Charcón, nos vamos acomodando, esto es una maravilla, sillas, colchonetas y comodidades que en casa no aprecias pero aquí agradeces.


La temperatura a descendido, nos abrigamos y bajamos al barranco de Valdeinfiernos a coger agua para cocinar y beber que no nos hemos hidratado lo suficiente. Después a cenar aún con luz y organizar la morada y mochila para salir mañana muy temprano.

VIERNES 2 DE MAYO: NORTE DE LA ALCAZABA

Tras una agradable dormida, nos levantamos a las 5:00. Salimos a echar la "meadita" correspondiente y la noche no es fría. Incluso vamos a desayunar fuera. Comemos algunos cereales con el estómago cerrado y pronto nos echamos la mochila al hombro para iniciar la ruta. Es muy importante coger la nieve dura de las fajas de la pared y en el intento de ello salimos a caminar a las 5:30, buena hora.

A la luz de los frontales bajamos al Barranco de Valdecasillas, ahora toca cruzarlo. Esta vez lo hacemos bien por un punto débil con rocas y no toca meter los pies en el agua como me pasó hace unos años en mi primera Alcazaba. Ahora y sin camino alguno vamos ganando altura bruscamente entre matorrales, haciendo el "jabali", por rastros de sendas de cabras y cepellones herbosos. Esto duele, pero a primera hora de la mañana y de noche, parece que se digiere mejor. En poco más de 30 minutos hemos ganado 200 de desnivel por terreno in-caminable y por fin aparecen pedreras por donde poder ir ascendiendo más a ritmo.

La idea es ganar la loma del Espolón de la Alcazaba y desde allí y ya con luz, visualizar el resto del itinerario al pie de la pared. Tras ascender el primer tramo de matorral, iniciamos la subida ganando altura por pedreras de grano medio hacia unas rocas características que vemos más arriba. Serán nuestra referencia en cuanto a dirección.

Progresivamente llegamos a las rocas, bordeamos manteniendo altura el descendente espolón de la Alcazaba y ya podemos divisar toda la Pared Norte. La verdad es que se ve pelada, pelada. Habrá que hacer "virguerías" para buscar una zona por donde subir, pero eso es lo que nos gusta al fin y al cabo.


Hemos dejado el Espolón de la alcazaba a la derecha y nos dirigimos hacia el valle que forma el desagüe natural de la parte derecha de la pared. Atravesamos unos neveros bastante helados que nos hacen cantear bastante con la bota y buscar la roca para progresar más seguros. Cuando ganamos el fondo del mismo, vamos ascendiendo hasta llegar al inicio de los neveros continuos ya cerca de un estrechamiento que da acceso al inicio de la pared.

Estamos a unos 2.650 metros de desnivel, hemos ganado casi 700 desde el refugio en menos de dos horas de ascenso, es un buen ritmo pero ahora viene la parte entretenida.
Nos ponemos los crampones y sacamos un piolet, en lugar de ascender por el estrechamiento que vemos que está roto y cae agua, vamos a bordear por un lateral que vemos más seguro, aunque más laborioso.


Ascendemos por la pala hasta llegar a dicha faja y a derechas vamos progresando por la terraza para llegar a la canal principal. Ahora sólo nos queda superar un nuevo estrechamiento donde hay algo de hielo, se pone algo vertical pero tenemos ganas de "pinchar", así que lo superamos sin problemas.


Hemos salido a una amplia pala de baja inclinación ( unos 35º), desde aquí tenemos que elegir la vía por la que vamos a empezar y la cosa está muy pelada de nieve. Tenemos dos opciones claras; la directa que está muy mal y la polaris, que está peor.

Tras echar un vistazo nos vamos a ir hacia la derecha a la Polaris, creemos que solo hay un resalte, sin embargo la directa tiene varios escalones en roca.


Ascendemos por la ladera nevada hasta la entrada del corredor, allí hacemos una plataforma junto a la roca y nos ponemos todo el material para comenzar. Comenzaremos la progresión en ensamble de momento.


Inicio yo el recorrido, asciendo por el corredor una veintena de metros (en el tramo medio hay algo de hielo) a 45º, de frente una pared corta el corredor y por una terraza rocosa a la izquierda bastante fácil continúo.


Ahora de nuevo viene un tramo de nieve dura, con zonas con hielo y puedo avistar ya el punto débil de la faja, se trata de una zona más vertical de donde cuelga un tramo de hielo podrido y por donde cae agua.
Este paso va a haber que asegurarlo por lo que me dirijo en la vertical al pie de la pared de la faja y monto reunión con fisureros.

Una vez los dos allí asegurados, va a iniciar Juanjo el largo (que a posteriori nos presentaría el paso más duro de toda la pared, IVº). Con una corta travesía a derechas por hielo corcho se situa bajo el paso crítico.


Protege en la parte derecha con friends y por una pequeña chimenea asciende más bien con las manos en la roca y confiando de las punteras de los crampones sobre una pequeña placa. Uno de esos pasos de tirar y confiar para salir, sólo es un apretoncillo pero no te caigas. Después del paso una canal de 35º fácil de una treintena de metros para llegar a la reunión y superar la primera de las fajas.

Allí nos tomamos un pequeño respiro y tras una barrita energética volvemos a valorar, la "vía polaris" se ve mal, sobre todo la cascada de la entrada.


Así que para superar la segunda de los tajos rocosos, nos vamos a dirigir hacia la izquierda en busca de la "vía madrileños" que hace una travesía por los neveros donde estamos, en busca de un corredor oculto desde abajo.
Volvemos a la progresión en ensamble y por las fajas nos dirigimos hacia la izquierda caminando por tramos de nieve a 30º en busca de la entrada del corredor de los madrileños.

Tras divisarlo, nos dirigimos a su entrada, es inconfundible ya que tras una veintena de metros gira de dirección y traza una diagonal ascendente de derecha a izquierda oculta desde abajo y desde la aproximación.
La nieve esta dura y muy bien para progresar, además la pendiente es mantenida y no muy inclinada, por lo que disfrutamos bastante en ensamble hasta que llego al final del mismo.


El corredor se corta y justo a derechas sale una cascada de hielo de un par de metros que da acceso a otro estrecho y más inclinado corredor


Monto reunión y aseguro a Juanjo que sube hasta mi posición por el corredor, parece bastante cansado y tiene que parar varias veces durante la subida. Cuando llega le pregunto que tal anda y me contesta que bien que va a tirar. Je, je está hecho un tigre!!


La cascada se puede escaquear por una pequeña faja de roca y vamos a aprovecharlo, el hielo está impracticable. Esta vez montamos un largo ya que tras los primeros 10 metros no podemos ver que hay después.
Tira Juanjo y tras la faja continua progresando por el corredor de nieve dura, que pronto termina en un hilo de hielo.


Opta por salirse del tramo "blanco", y se mete a la roca de la izquierda para ir más seguro, ya que el fondo del diedro esta muy mixto.


Desaparece de mi vista y continua ascendiendo hasta aprovechar casi los 60 metros de cuerda y situarse bajo una nueva cascada de hielo por un corredor de nieve y rocas inestables. Una de ellas la oigo caer desde arriba e ir golpeando, en lugar de esconderme, miro hacia arriba para ver por donde viene. Bufff!!!, del tamaño de un balón de baloncesto pasa por el diedro abajo a toda velocidad, a un par de metros de mí. Menos mal que no vienen cordadas por abajo.


Me asegura y voy ascendiendo todo el corredor, con tramos mixtos, rocosos, hielo y otro bastante descompuesto hasta llegar hasta la reunión situada junto a la cascada.

La cascada está chorreando y es imposible meterse en ella, aunque en condiciones óptimas tiene que ser interesante. Por su parte derecha parece que hay varios diedros escalonados que voy a intentar aprovechar para superar la segunda de las fajas, ¡ya veremos!

Desde la reunión, paso bajo la cascada y comienzo a ascender por una zona corta de hielo para llegar a la roca, un par de gradas escalonadas me dejan ir ascendiendo, pero es un incordio hay pasos de roca mejor ascenderlos con la mano y otros con el piolet en mixto también, ya no se ni donde poner los piolets, porque la verdad que con ésto mixto me iban mejor las dragoneras que las cintas elásticas.


Parece que tiene buenos agarres la roca y salgo a la parte superior con menos dificultades de las esperadas (IIIº+). Ahora hay un pequeño embudo con nieve dura y hielo, que intento aprovechar para ascender hasta el final, aunque la roca me obliga a hacer algún paso en mixto por la parte derecha donde salgo del embudo.
Ya por encima por la faja de nieve me dirijo a la parte izquierda superior del embudo para asegurar mejor a Juanjo y monto la reunión en un gran bloque.
No tarda en aparecer Juanjo por el final de la cuerda y asciende en línea recta en lugar de realizar la salida por donde ascendí yo.


Ya hemos superado la segunda faja de la pared, la más difícil y la verdad que vamos bien, pero no vamos a confiarnos que es cuando ocurren los accidentes. Llevamos casi 5 horas de escalada sin sumar las 2 de aproximación.

Ahora viene una parte un tanto problemática en cuanto a seguir una ruta, aquí convergen varias vías de escalada y como esta todo bastante mixto no hay línea clara de ascenso, así que vamos a progresar en una línea ascendente a derechas en busca de la parte final del Espolón Noroeste de la Alcazaba.

Comienzo yo en ensamble y por unas fajas hacia la derecha voy superando un tramo de rocas, todos los seguros en roca y la progresión por nieve, está bastante bien el terreno.


Tras meter todos los cacharros disponibles, me dobla Juanjo y encabeza la cordada, ahora observamos una barrera rocosa por arriba y parece que hay un punto débil hacia la izquierda, nos dirigimos hacia allí.


Pasamos la barrera rocosa por la izquierda y sale un amplio corredor descompuesto y pelado de nieve hacia arriba que toma Juanjo.


Tras ascender unos 50 metros de desnivel llegamos a unos neveros bastante grandes, ya arriba, creemos que hemos pasado la tercera de las fajas más difusa que las otras dos y vuelvo a doblar a Juanjo, con todo el material para ir encabezando el ensamble.
Los neveros pierden verticalidad y escasamente estamos a 20º de inclinación, pronto nos damos cuenta tras salir al borde de unas rocas que estamos en el Espolón Noroeste de la Alcazaba. Espina dorsal de la pared que divide ésta en dos mitades Norte y Oeste.


Ésto nos llena de alegría, ya que tenemos que estar próximos a la cumbre y sabemos que la subida por el espolón es técnicamente fácil y no supera el IIIº. Bordeamos una parte más vertical del mismo espolón por la derecha entre bloques y totalmente por roca, y tras superarla volvemos a la izquierda en busca de salir más directamente a la cumbre por unos neveros tendidos.

La jugada nos sale bien, porque he oído a gente hablar. La cumbre tiene que estar tras esas rocas y efectivamente vamos ascendiendo y vemos a gente, en la cumbre.  ¡¡¡Bien!!!, bonita ascensión. Saludamos a los compañeros que allí están y buscamos nuestro sitio arriba. Nos sentamos en las rocas, comemos, bebemos e incluso llamamos a casa.

Más allá se ve el Mulhacén, con bastante más nieve que la Alcazaba, además se ve huella por su Cara Norte, está en perfectas condiciones para su ascenso, pero me da que mañana nuestro itinerario va a ser hacia abajo en lugar de hacia arriba nuevamente.

Son las 15:00 horas y empezamos a andar a las 5:30 y a escalar a las 7:30. Han pasado 7 horas y media de escalada y debido a tanto "ratoneo" en busca de nieve, nos ha llevado unas cuantas horas.


Creo que estamos bastante bien, el descenso es largo y quedan 5 horas de luz, no llevamos mucho margen ya que calculo que 4 horas emplearemos en llegar al Refugio del Prado de las Vívoras.

Descendemos rumbo al Sudoeste por tramos de nevero y otros de roca, vamos en busca de un colladito que da acceso a unas canales que te llevan a la Laguna de la Mosca. Nos cuesta un poco encontrar la correcta y es que hay varias parecidas, pero pronto aparece un pequeño hito en el collado, es el lugar indicado.

Lo que en condiciones normales debería ser un corredor de nieve, esta vez es una canal pedregosa de lajas de micaesquisto inestables. Tenemos que andar con cuidado y perder altura con tranquilidad, esto va a ser laborioso y lento.


Poco a poco, perdemos altura, a veces echamos las manos y otras simplemente nos dejamos caer entre rocas, ya vemos la Laguna de la Mosca abajo y la Norte del Mulhacén sobre la misma. Por fin aparecen los neveros, nos tenemos incluso que poner los crampones y el piolet, están duros y tienen buena caída a las paredes de la Oeste de la Alcazaba.


Continuamos con el descenso, estamos cerca de la Laguna de la Mosca y buscamos la buena zona para descender las Chorreras de la Mosca. No es fácil y hay que elegir bien la canal para descender con cuidado, esta vez está algo blanda la nieve y no nos presenta muchas dificultades, pero cuando pensábamos que estaba hecho, algunas placas de hielo con inclinación elevada nos exigen descender de cara a la nieve, para evitar problemas.


Uno no está seguro hasta que no está metido en el saco. Terminamos de perder altura por los últimos neveros hasta el borde de una nueva faja donde hay un vivac. Quizás lo más fácil hubiera sido dirigirnos hacia la izquierda del valle (junto al pie de la Oeste de Juego de Bolos), pero no!! intentamos descender por una chimenea por la que había bajado anteriormente, está situada entre terrazas pegada a la parte derecha según se desciende.
Si nos ha llevado un tiempo encontrarla, otro tanto destreparla, sobre todo yo. No me fío con tal peso en la espalda y la caída es fea. Por si fuera poco, ahora está el último nevero del día que te exige ponerte los crampones. ¡¡ al diablo con ellos !! Descendemos con lo puesto, es corto y al fin llegamos a tierra firme, marrón y rocosa como tiene que ser.

Perdemos altura ahora con rapidez, en la lejanía se ve el refugio, pero está a 500 metros de desnivel y es que Sierra Nevada tiene estas cosas, las distancias parecen visualmente más pequeñas que la realidad.

Son las 18:30 y ya parece que la jornada está resuelta a pesar de quedar una hora larga. Nos relajamos y aparecen las risas, miro a Juanjo y lleva una "cara buena", él me mira a mí y se descojona también. Paramos a beber agua del torrente y nos tiramos en los prados verdes. Ya no sabemos otra manera de llevarlo que bromear y es que la flojera nos hace reír.


Continuamos el camino, ahora por lo menos llevamos una senda y lentamente vamos descendiendo, nos cruzamos con un par de personas que van hacia arriba, nos parece bastante tarde pero bueno, cada uno hace lo que le place, y al fin y al cabo estamos en plena libertad, que es lo que se trata.

Estamos llegando al refugio-vivac, los prados desaparecen y aparecen arbustos espinosos, es la mejor señal de que estamos pasando a otro piso vegetal. Aún nos resta una corta pero inclinada subida para llegar al Prado de las Vívoras que nos tomamos como viene. Ya nos da igual 8 que 80.

Por fin y 15 horas después volvemos a nuestra morada, un chalet de campo especial. Comemos y bebemos sin parar y es que hemos gastado mucho. La Norte del Mulhacén va a quedar para otro día y es que esta ascensión nos ha llenado lo suficiente como para bajar a la civilización mañana mismo.


Tras la cena, pronto se hace de noche, nos metemos en los cálidos sacos y es que esta noche se va a notar que nuestro cuerpo ha pedido bastante calorías. Hoy no abro el saco ni loco. Sobre las 10 caemos en picado, ya no me acuerdo de más. Sólo que el despertador del móvil volvió a sonar a las 8 de la mañana....   ¡uy que noche más agradable!.

SABADO 3 DE MAYO, DESCENSO A GRANADA.

Amanece en el Prado de las Vívoras un día mas. Ya pega el sol de buena manera y nos vamos a tomar el desayuno y la vuelta con relajación. Unos cereales para desayunar mientras vemos 1500 metros de terreno por encima, encumbrados con el techo de la península, el Mulhacén.

Estiramos todo en el prado, la ropa, el material, las cuerdas, el saco, lo colocamos todo con la paciencia que otras veces no podemos aplicar. Y pasadas las 10:00 de la mañana partimos hacia el coche.

Es un itinerario largo, casi 4 horas de tranquila bajada con la mochila hasta los topes. Primero la subida a la Loma de Valdecasillas nos hace calentar un poco y después el brusco descenso a Cueva Secreta nos recuerda que los meniscos sirven para algo. Llegamos  a la senda desde Cueva Secreta y un culetazo en roca mojada también nos alerta que esto no ha acabado del todo.


Llegamos al final de Vereda de la Estrella, que para nosotros esta vez es el inicio, la tomamos y nos toca sufrir de nuevo pero esta vez sin fuertes cuestas, todo es mantenido y una senda para todos los públicos, paramos cada poco tiempo y echamos la vista atrás, donde la Alcazaba se levanta altiva.


Nos empezamos a cruzar con grupos de gente que han madrugado, algunos nos preguntan otros tiran decididos y los terceros nos miran con gesto raro por nuestras mochilas.
Gente variopinta por la Vereda de la Estrella de un sábado de Cruz de Mayo en Granada, yo no sé como irán pero nosotros llevamos el orgullo del tamaño de la mochila. Contentos por el trabajo bien realizado y disfrutando de una ruta como pocas que mezcla; cultura, naturaleza, deporte y adrenalina.

A las 14 llegamos al coche aparcado en el Charcón. La prioridad nos dice que nos vamos a bañar en el Río Genil, llevamos mierda en todos lados del cuerpo y hay que adecentarse. Después como segunda prioridad viene el alimentarse así que nos vamos a Granada donde se come bien y además es fiesta grande. Y la última prioridad es celebrarlo así que fino, cerveza y foyasa, para terminar el día a altas horas.