miércoles, 23 de octubre de 2013

Imja Tse 6.189 mts., días de cumbre.


primera parte del viaje y trekking de aproximación en:

http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/10/trekk-everest-2013-imja-tse-6160.html

Día 22 de Octubre, Chukung 4.700 mts. - Campo Base 5.100 mts.:

Nos levantamos a las 7:00, hoy toca hacer la mochila ya que nos vamos para el campo base, aparentemente me encuentro bien y Juanjo también, ya está bromeando. Tras retirar la cortina de la ventana al fondo veo el Imja Tse reluciente y me entra un escalofrío por todo el cuerpo, se lo digo a Juanjo y ambos lo admiramos desde la calidez de la habitación.

Metemos las cosas en el petate y hacemos la mochila de espalda lo más ligera posible, el desnivel es poco unos 250 según el guía y unos 400 reales, el itinerario no nos va a suponer mucho esfuerzo (o eso creíamos).

A la hora establecida vamos al comedor, la claridad ya entra con fuerza por las ventanas impulsada por la nieve y nos sentamos donde el día anterior, sólo faltan Alberto y Miriam que se hacen esperar. Entonces Miriam entra por la puerta visiblemente afectada y con una mala noticia., la preguntamos -¿qué pasa Miri?, y nos responde: -Alberto, está mal, ha pasado la noche fatal y no ha pegado ojo, ¡joe qué rabia!-. Nos quedamos perplejos los cuatro y entra Alberto por la puerta. Aparentemente se le ve bien, no tiene mala cara pero pronto nos comenta su situación. Nos explica que ha pasado una noche que no se la desea ni a su peor enemigo, se ha levantado varias veces a "potar" y no ha podido pegar ojo.
Nuevamente la altura le ha pasado una mala jugada, no es la primera vez que le ocurre, todos lo sabemos pero hasta día de hoy parece que todos íbamos de una forma similar aclimatando.

Desayunamos con la noticia revoloteando sobre la mesa y es que Alberto no puede ni siquiera desayunar, su decisión está tomada y es la mejor, va a descender hacia Dingboche por que su cuerpo se lo pide, es la mejor manera de tratar los síntomas derivados de la altura.

Tras el desayuno nos despedimos con tristeza pero la vida sigue y hay que continuar, son cosas que cuando uno viene a estos sitios ya tiene en cuenta que es muy posible que ocurran y nunca se sabe a quien le pueden tocar.

Los 5 restantes partimos de Chhukung con un ritmo fuerte con los dos guías hacia el campo base, los guías son hermanos y han ascendido unos 10 picos de 8.000 metros entre los dos. Nos llevan con ritmo militar desde un inicio, mientras comenzamos a caminar entre morrenas y glaciares por una senda limpia de nieve en forma de trinchera, a los lados unos 30 centímetros de espesor.


 Por el fondo del valle asoma el Makalu tras el Baruntse y dejamos a la izquierda la pared Sur del Lhose y del Nupse, estamos hablando de montañas de 7.000 y 8.000 metros, lugares inolvidables en definitiva.


El comienzo ha sido frenético y pronto nos hemos montado en lo alto de una morrena para dirigirnos hacia el Este. El Island Peak o Imja Tse ya se ve muy cerca, el objetivo final está a menos de 24 horas y el cuerpo empieza a entender que mañana puede ser un día grande, todas las energías de una temporada concentradas en un sólo día.


Abandonamos la parte alta de la morrena del Glaciar del Lhotse para descender a una pequeña depresión, que nos lleva en línea recta a la base de la arista Suroeste del Island Peak donde está la Laguna de Chokarma, estamos ya a 5.000 metros y se nota bastante la altitud, más que la altitud notamos que vamos demasiado deprisa y el corazón está a pleno redimiendo bombeando sangre.

al fondo el Lhose
La laguna está cubierta de nieve por lo que pasamos por la planicie en dirección al campo base que se puede apreciar al final del llano, este camino se nos hace interminable y por si fuera poco nos para un hombre de habla inglesa subido a una piedra y como un profeta nos dice lo siguiente: -No subió nadie ayer al Imja Tse, en la zona del "plateau" no hay huella abierta y las cuerdas fijas están ocultas bajo la nieve, hay que estar muy muy fuerte para abrir la huella y hacer cumbre-. Si ya de por sí el camino estaba siendo duro, esto nos terminó de bajar la moral, aunque quien sabe si podíamos ser nosotros los primeros-.


La altura nos hace mella y llegamos muertos al Campo Base situado a 5.100 metros, además nuestra agencia es la última por lo que pasamos por decenas de "iglús" amarillos de the north face hasta llegar a nuestra zona, donde hay instalada una tienda más grande como comedor. Nos reciben con un té como es costumbre y bajamos las pulsaciones sentados en las sillas, después nos traen algo de comer.

A mi me duele la cabeza bastante, Miriam y Cordeiro están igual y Jacobo no contesta directamente, intento tras la comida darme una vuelta para ver si el dolor se alivia y me dirijo hacia el inicio del ascenso de esta noche por terreno llano, cuando llevo unos 100 metros me doy la vuelta, prefiero descansar ya que con los latidos del corazón me duele más. Nos tomamos una aspirina y nos metemos en las tiendas de campaña a descansar, con el solecito exterior hay buena temperatura interior que nos permite estar relajados y semi-desnudos sobre los sacos, mientras hacemos la mochila para el día siguiente, graduamos los crampones y organizamos toda la tienda.


 Le digo a Juanjo que si me encuentro mañana así me quedo en la tienda y me dice con guasa, que si va a tener que tirar mañana de mí. (de los seis del grupo, nosotros dos hablamos de bajarnos juntos si a alguno le ocurría algo).

Juanjo, la verdad, es el único que mantiene un poco viva la llama del grupo, está bromeando y un poco entre risas se nos van pasando los dolores a lo largo de la tarde. La verdad que la zona es un tanto precaria con tanta nevada, las tiendas se encuentran separadas unas de otras por varios metros y por medio hay grandes cantidades de nieve acumulada cercanas al metro de grosor, los caminillos entre tiendas están llenos de barro y esto hace que el ir de tienda en tienda sea un tanto engorroso, pero te acabas acostumbrando al lugar.


Por la tarde sobre las 16:00 bajan dos grupos de españoles y nos comentan que han hecho cumbre, un grupo de dos y otro de tres han hecho cumbre, ¡bien!, tenemos huella abierta. Nos comentan algunas cosas del ascenso y unos de ellos nos dicen que han sido los primeros en los últimos 10 días tras las nevadas, su guía nepalí se merece un monumento en Namche por como ha abierto la huella y desenterrado las cuerdas fijas y nos comentan que hay un par de zonas técnicas y las grietas están muy abiertas. Nos cambia un poco la visión y renace la llama de la ilusión por la cumbre. ¡a por ella!

Tras la cena con un grupo de franceses, el sol se mete por el valle, nos deja las últimas luces naranjas hacia el Baruntse y la temperatura cae en picado, el termómetro baja de 0º en cuestión de minutos y aquí cuando es de noche solo existe un destino: el saco de plumas, además a la 01:00 de la madrugada hay que levantarse.

Baruntse

Con el suave "susurreo" francés y los pies fríos, caigo en mi propio sueño.

Dia 23 de Octubre; día de Cumbre, Imja Tse 6189 metros.

Sueño de un par de horas, después veo pasar las 22:00, 23:00 y las 00:00 el reloj interior marca -7º, así que ni me imagino lo que puede hacer fuera, miro al Juanjo que ha dormido mal todos los días y hoy ni se inmuta, vaya tío. Además hay alguno roncando por fuera.

Por fin son la 01:00, oigo la gente levantarse y hacemos lo mismo, despierto a Juanjo que ha pasado su mejor noche, ¡y yo sin pegar ojo!. Pero la verdad que por otro lado ya no me duele la cabeza y me encuentro bien aparentemente, es uno de esos momentos en los que llevas pensando mucho tiempo y que suele tener algo de especial, el famoso: día de cumbre.

Junto a los franceses acudimos a la tienda comedor, allí bien apiñados y pegados unos a los otros desayunamos a la luz de los frontales, un buen vaso de café solo me espabila, mientras Jacobo en frente mía se intenta comer un "porridge" británico que ha pedido sin saber ni lo que era y que trata de aderezar con azucar y café en polvo. Otra aspirina al canto, esta de manera preventiva.


Tras el desayuno cogemos las mochilas de ataque, son las 02:00 y terminamos de vestirnos, guardamos los plumas y partimos con el guía en cabeza por el camino que había intentado pasear el día anterior, Juanjo se queda rezagado de un inicio y a Miriam se le viene un par de veces el dichoso "porridge" a la boca con ganas de vomitarlo. Comenzamos como habíamos terminado la jornada anterior, con máxima agitación.

A la luz de los frontales recorremos un tramo de itinerario sin desnivel para situarnos a los pies de la ladera de ascenso inicial, aquí comienza la verdadera subida. La nieve cruje a nuestro paso, hay una considerable helada en la capa superior de la nieve y el reloj marca -10ºC. Por una pala de nieve de 30º de inclinación comenzamos a subir trazando zetas y siguiendo los rastros de otras huellas, el guía sherpa asciende demasiado deprisa y nos lleva con la lengua fuera, a veces la huella asciende bastante vertical y nos acelera más la respiración si cabe. Tras la primera hora de subida paramos en una pequeña terraza sin desnivel, hemos subido los primero 100 metros hasta los 5.200 metros y necesitamos parar para coger algo de aliento.


Hace bastante frío y sobre todo tenemos problemas en las manos, yo saco los guantes de gore y me los voy a poner sobre los de polartec y el resto se encuentra bastante bien, parece que la altura nos está dando una tregua a la cabeza, así que tras 5 minutos de parada continuamos. La pendiente continúa aunque uno se va acomodando al ritmo y al paso de la huella abierta, así y tras la segunda hora de recorrido llegamos a los 5.400 metros donde paramos de nuevo, bebemos agua y el frío se acentúa, estamos en -13ºC y no se puede parar más de 3 minutos ya que te quedas helado, parece que esto marcha sólo Miriam nos comenta que tiene ganas leves de vomitar, pero continuará.


Con los frontales alumbramos hacia arriba y parece que la ladera continúa, aunque vemos una zona rocosa por encima. Ascendemos por la pala que ya tenemos cogida la medida y mediante giros a derecha e izquierda ganamos altura y metros a la montaña, vemos que nos estamos adentrando en un estrecho corredor entre espolones rocosos que se estrecha a tal punto que se convierte en un metro de anchura y con una pendiente considerable. Finalmente la nieve desaparece y llegamos a roca, viene un tramo delicado en forma de embudo en donde la roca tiene hielo que brilla al alumbrarlo con los frontales, tenemos que extremar precauciones y hay que salir por unas terrazas hacia la parte derecha.


Tras salir de la zona delicada, vemos que hay unos hitos y el itinerario ahora no gana altura sino que mediante unas terrazas se marcha hacia la derecha, atravesamos un corredor de nieve para llegar a otro espolón por el que esta vez sí ganamos altura por su misma espina dorsal.



 La sensación de vacío es grande y  lo comprobamos mirando hacia abajo con la luz del frontal y observando que no hay nada más allá. Hemos completado la tercera hora de marcha y realizamos una nueva parada en una gran terraza de roca, allí vemos que hay una escalera metálica y unos pequeños vivac, estamos a 5.600 metros y creo que esta zona era donde se montaba antiguamente el campo avanzado del Imja Tse y que actualmente está prácticamente en desuso.

Tras la parada de algo más de 5 minutos, donde incluso como alguna barrita por ir cogiendo energías más que por que tenga hambre, todos nos encontramos bien, el ánimo ha crecido en el grupo y voy viendo opciones claras de hacer cumbre.

Partimos hacia arriba nuevamente, el espolón se ve impracticable e inclinado y nos pasamos al amplio corredor de la derecha por donde va la huella, la nieve está muy bien pero el corredor tiene unos 40º de pendiente, ascendemos unos 60  metros de desnivel por allí y nuevamente nos montamos en la misma arista que llevábamos mientras está amaneciendo. La primera visión de aquella zona y este amanecer jamás se me olvidará, no por ninguna montaña en concreto pero si por la magnitud del paisaje y la sensación de no ser nada en medio de hielo y nieve.



La verdad es que ahora el espolón está más tendido y se puede progresar bien, además con luz natural es otra cosa y progresamos de mejor manera mientras llegamos a los 5.820 metros donde se encuentra "crampon point", inicio de la zona glaciar y donde ,como su nombre indica, nos tenemos que poner los crampones.


 El glaciar es imponente y tanto a derecha como a izquierda los seracs que cuelgan son increibles, además el cielo acompaña tornándose de tonos violáceos y anaranjados por la fuerza del sol.


Llegamos más o menos regular a la zona, Jacobo viene un poco retrasado y Miriam tras preguntarla como está, me contesta que fatal y que viene un tanto mareada. Ahora tendremos un buen rato para ponernos los crampones y recuperar pulsaciones y energías. Hemos ascendido muy bien hasta aquí, hemos cogido a dos americanos que van por delante y los franceses que venían por detrás ya ni les vemos.

Yo termino de ponerme los crampones, arnés y sacar piolet, además aún me da tiempo para engullir un par de barritas, frutos secos, un power gel y beber agua en cantidad, mis compañeros aún están liados con los trastos y aprovecha para hacer fotos al Ama Dablam que nos muestra su cumbre iluminada por el sol, simplemente ¡ increíble!.


Los datos que teníamos del glaciar era que no hacía falta encordarse, pero el guía muy acertádamente me dice que sí, que este año estaba muy abierto, además los españoles ayer también nos dijeron que las grietas eran enormes. Le comento al guía hacer dos cordadas pero sólo teníamos una cuerda así que todos metidos en la misma, ¡toma ya!.
Al final descansamos casi 30 minutos, cosa que nos viene muy bien. A las 6:30 partimos por una loma rumbo a adentrarnos en el glaciar, en cuanto nos montamos en el mismo comenzamos a alucinar con las grietas, el corazón se nos encoje y los músculos se tensan en busca de la perfección en los movimientos.


 Pasamos junto a grietas muy profundas, afiladas aristas, contorneamos pequeños seracs y no puedo evitar pensar en escenas de los Alpes, además me da tiempo a hacer fotos ya que Jacobo viene tocado y nos hace parar cada pocos metros a toda la cordada.


Todo el itinerario glaciar supera todas las expectativas que tenía sobre él, me impresiona de verdad y ya el colofón final es un estrecho pasadizo entre grietas de una treintena de metros de longitud que más que asustarme me maravilla, esto es increíble, precioso.


Con un puente de nieve sobre una grieta cerramos dichas maravillas naturales, este tramo me ha dado alas, me encuentro muy bien y el cambio tan marcado de zonas de ascenso me ha hecho la subida bastante llevadera. Ahora estamos atravesando el gran "plateau" glaciar donde tenemos que parar a menudo para que Jacobo tome aire y beba agua, viene bastante asfixiado, ¡ay, esos kilos de más!.



Tras cruzar el tendido "plateau" llegamos a la base del corredor (zona de cuerda fija), esta vez en lugar de ascender a la izquierda hacia la depresión de la arista y recorrer la misma por su filo hasta cumbre, debido a unas grietas han trazado la línea de ascenso directamente a cumbre o a unos 10 metros antes de la misma y con ello está un poco más inclinado el corredor.
Son las 8:00 ya y llevamos 6 horas de ascenso, entre cuerdas y grietas, se me han pasado volando dos horas y ya nos encontramos a casi 6.000 metros de altitud, sólo nos queda ascender por la cuerda fija, ¡tenemos la cumbre hecha chicos!.


Nos restan 200 metros de cuerda fija, están divididas en 4 tramos de 50 metros y fijados al hielo mediante estacas fosilizadas. Primero va el guía y después tiro yo, llevan todos "jumars" excepto yo, que llevo un tibloc que para bloquearlo tengo que dar un golpe seco de muñeca que a menudo no basta porque resbala.
Por ello asciendo con el piolet en mano, que voy clavando para asegurarme, además de la línea de vida pasada por la cuerda.

Para ascender hay que realizar mucho esfuerzo, se coge poco oxígeno en cada bocanada y a cada paso tengo que parar y realizar varias respiraciones seguidas para descender las pulsaciones. El avance es muy lento, apenas 4 o 5 metros por minuto, pero la cercanía del final de la pendiente de unos 50º nos da ánimo.


Por fin llego a la última estaca del corredor, desde allí tan sólo me quedan recorrer los últimos 5 metros de arista a la cumbre.


Así tras una hora más de corredor llego a la cumbre del Imja Tse de 6.189 metros, donde están el guía sherpa y un americano con su sherpa, nos damos la enhorabuena y acto seguido miro hacia atrás en busca de mis compañeros mientras trato de recuperar el aliento tras 7 horas de ascenso. Veo que Juanjo viene detrás y 5 minutos después llega al punto más alto donde no entramos más de 6 o 7 personas. La felicidad nos inunda, el corredor nos ha costado lo suyo pero ha merecido la pena tanto esfuerzo, 5 minutos después llega Cordeiro y a otros tantos minutos Miriam, sólo falta Jacobo pero ni tan siquiera le vemos. Por un momento pienso que se ha dado la vuelta porque veo a uno descendiendo en el inicio del corredor, pero finalmente asoma el gorro ruso y el gore mammut que le caracteriza.

Mientras llega hacemos unos vídeos y fotos del resto de montañas, podría citar decenas de montañas situadas alrededor pero la cercana pared Sur del Lhotse eclipsa al resto, bueno casi a todo porque a mí me impresiona casi más el ver sendos glaciares por ambas vertiente que abrazan al Imja Tse y que con largas lenguas abarcan casi todo el valle, esto sólo lo había visto en reportajes televisivos de al filo.


Gran Pared Sur del Lhotse
30 minutos después de llegar, se aproxima Jacobo, va mal, cada metro se para y agacha la cabeza, le vamos animando diciéndole cosas y gritando su nombre, hasta que por fin llega a cumbre donde le dejamos coger aire. Le cuesta más de un minuto decir una sola palabra, va reventado y esperamos a que se reponga un poco para hacer una sesión fotográfica del grupo. ¡hemos cumplido el objetivo!. (días después me reconoce que se acuerda de pocas cosas de la cumbre).


Casi llevo una hora en la cumbre y aún nos queda lo más difícil que es descender, comienzo el primero por delante de los guías. Con la cesta vamos montando rápeles por las cuerdas fijas, tratando de evitar las cuerdas que usan los franceses que están ascendiendo en estos momentos. Algunas cuerdas están tan tensas por el peso del hielo pegado que cuesta bastante meter el rapelador, por lo que el último rápel lo realizo a lo bombero, sin seguro agarrado a la cuerda con los guantes, es el menos inclinado y me deposita en el "plateau" por donde desciendo unos metros para quitarme de la purga y la caída de hielo de las maniobras de mis compañeros de descenso. Me quito la mochila y me tiro boca arriba sobre la nieve para descansar.
Juanjo no tarda en bajar y repite operación, pero el resto de compañeros tarda bastante en llegar, aprovechamos para comer y beber mientras van llegando echando pestes del lío de cuerdas de subida y bajada con los franceses.


Descansamos todos e iniciamos el descenso, ahora vamos encordados porque viene el tramo glaciar que esta agrietado, en lugar de volver por el mismo itinerario y puesto que son las 11:00 de la mañana, descendemos por otro itinerario menos expuesto, en lugar de bajar por los estrechos puentes de nieve, bajamos por una cuerda fija un pequeño resalte y evitamos la peligrosa zona, para posteriormente perder altura por la bonita arista de nieve y llegar a "crampon point".


Personalmente me encuentro mejor, he notado mejoría con el descenso de altitud y la verdad que no he dejado de comer, Miriam y Jacobo también parece que estan mejor pero en cambio a Juanjo le ha dado un pequeño desfallecimiento, nos comenta que está sin fuerzas y además le duele mucho la garganta, no puede hablar, se le nota en la cara.


Ya sin crampones ni arnés, vamos descendiendo por la arista rocosa, la bajada es lenta y hay que tener cuidado porque las fuerzas van justas, además algunas zonas están expuestas y no conviene correr. Después nos adentramos al corredor ancho que tiene la nieve bastante blanda, nos hundimos bastante pero esto quizás nos da seguridad para bajar.

 

Nuevamente volvemos a la arista de roca, ahora toca el tramo de terrazas donde se encuentra el campo avanzado, allí hacemos una parada y volvemos a comer, el sol radiante calienta y cogemos temperatura mientras disfrutamos con las vistas y las aéreas terrazas por donde hemos ascendido.


Nuevamente tras coger algo de energía, deshacemos todo el itinerario de terrazas, vemos que hay algunos hitos que señalizan la zona por donde pasar, pero dudamos que pudiéramos haber seguido este itinerario solos sin guías por la noche. Hemos llegado al famoso embudo donde había hielo, ahora éste se ha derretido y secado y sólo tenemos que destrepar unas placas para llegar al nevero final. Nevero que se va ensanchando y que tiene casi 500 metros de longitud hasta el valle, la nieve está muy blanda y esto nos provoca varias caídas y resbalones, incluso a los guías pero no nos llevan muy lejos y nos volvemos a levantar para continuar con el trayecto.

Baruntse
Desde la pala de nieve, ya podemos ver el valle, nos quedan pocos metros y por arriba hemos perdido de vista a nuestros compañeros, nos hemos dividido en dos grupos y yo bajo con Cordeiro por delante, más bien la inercia nos deja tras 11 horas y media en el Campo Base, nos metemos en el comedor y pronto nos sacan un te, mientras van llegando nuestros compañeros pocos minutos después, ¡bien, cumbre conseguida!.

En la tienda comedor, vamos asimilando que hemos hecho cumbre y nos traen la comida, observamos que Juanjo y Miriam no están del todo bien, no quieren comer y en lugar de coger energías prefieren dormir, les obligamos un poco a comer pero no quieren y les digo que quizás nos conviene descender esta misma tarde a Chukung, por el hecho de pasar una noche más agradable en cama, con almohada, cenando un plato en condiciones, con estufa y sobre todo perder 400 metros más de desnivel. Juanjo me comenta que no es que no quiera bajar, sino que no tiene fuerzas para llegar abajo y realizar las tres horas de descenso. Van a descansar y dormir un poco hasta las 15:00 y entonces decidiremos el qué hacer.

Tras una hora, nuestras pulsaciones han bajado, vamos a ver como se encuentran los compañeros a las tiendas y parece que están algo mejor. No se deciden si bajar o no hacerlo así que creemos que es lo mejor para el grupo descender, por lo que vamos a decidir los que estamos mejor anímicamente. Parece que no nos cuesta mucho convencerlos de que vamos a bajar y con rapidez nos vamos cambiando de botas, camisetas y abrigo para descender a Chhukung, nuestros cuerpos lo agradecerán.

A las 15:15 estamos partiendo del campo base rumbo a Chhukung, el camino es llevadero, el paso de este par de días de yaks, porter y turistas ha ampliado la senda, pero esta está llena de barro.


 Vamos bordeando la cara Sur del Imja Tse, el glaciar colgante nos mira desde arriba, pero esta vez hemos vencido a la montaña. Además parece que a Juanjo el caminar le viene bien, así que vamos juntos cruzando el llano de la laguna de Chokarma Tsho y a buen ritmo en un día radiante en el que casi no se han levantado ni nubes.


El sol comienza a perder fuerza, eso se nota y la temperatura comienza a perder grados de su top, esto nos obliga a abrigarnos algo y aprovechamos para hacer alguna parada justo antes de montarnos en las morrenas alomadas. Este tramo como es de sube y baja nos cuesta más, los cambios de ritmo son continuos y el grupo se va alargando mientras el sol se mete definitivamente y tan sólo queda iluminada la gran pared sur del Lhotse y el Nupse.


Podemos ver ya abajo Chhukung pero aún nos queda media hora, me paro en varias ocasiones y veo como mis compañeros van llegando, trato de no perderles de vista, aunque están custodiados por los guías y porters que van por medio. Ahora más que nunca quiero llegar a la aldea y las piernas me van solas en esa dirección, las nubes se están comiendo Chhukung y la temperatura ha caído en picado, la sensación de frío se acentúa si contamos que llevamos 16 horas activos y las calorías consumidas habrán sido muchísimas.


Tras cruzar un arroyo por un puente de madera entro en la aldea, entre casas y lodges no tardo en encontrar el nuestro, ¡por fin en casa!, me quito la mochila y tras abrigarme espero a mis compañeros sentado fuera, no tardan mucho en llegar en 10 minutos estamos todos juntos nuevamente.

Celebramos la llegada, nos dan las habitaciones y entramos al cálido salón, la gente nos mira con caras raras y no nos quitan ojo, -debemos de tener unas pintas de muertos andantes!. El sufrimiento ya ha terminado, te caliente, estufa, y para cenar filete de yak, que Juanjo aún no puede asimilar, nos comemos su parte como pirañas, pero estamos todos bien aparentemente que es lo importante.

Esta noche aquí nos va a venir muy bien, así que ponemos el despertador para 10 horas después.....un descanso largo y merecido.

realizando entrada de la crónica de descenso de trekk en:
http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/10/trekk-everest-2013-imja-tse-6160.html



sábado, 5 de octubre de 2013

Trekk Everest 2013, Kala Patthar e Imja Tse.

Son ya muchos años los que un servidor lleva soñando con un viaje al Himalaya. No ha ocurrido antes no por ganas, ni por dinero, sino más bien por el afán de subir los peldaños de la escalera de uno en uno. En este mundo de montañas el subir dos escalones o no respetar las reglas de la montaña puede ser problemático e incluso mortal en ocasiones. Por lo que este año del 2013 creo que llega la ocasión tan deseada.

En cuanto al itinerario elegido no resultó difícil, en un primer viaje al Himalaya no te puedes ir sin ver el Everest, sí, aquel Everest 100 veces visto en documentales de al filo, aquel Everest que estudias en la escuela como pico más alto del mundo y del que conoces de memoria los campos y su silueta. Evidentemente el ascenso al Everest supone mucho, pero muy mucho, tanto económicamente como físicamente y siempre realizar un pico te deja un regusto especial de un viaje. Por lo que elegimos el trekk al Everest con el ascenso del Imja Tse o Island Peak.

cara abrupta del Island Peak
Si un viaje al Himalaya supone una gran ilusión personal, imaginaros con 15 amigos. Desde los orígenes de la idea, ( hace más de dos años), fui "engañando" a compañeros que aceptaron la propuesta de buen agrado, tanto es así que pronto se interesaron una decena de personas en el viaje. Viaje que sacamos en el calendario anual del club para el año 2013 y que en menos de un mes se llenaron las plazas, 16 éramos los elegidos.

Este viaje me ilusiona de sobremanera porque para muchos de ellos va a ser un cambio en sus vidas, me motiva como se han entrenado para llegar a estas fechas en forma, unos más otros menos, pero todos con la misma ilusión. Sé de buena tinta que algunos han tenido que hacer un esfuerzo económico muy grande, otros perder peso en poco tiempo y algunos más han luchado hasta el final para coger los días en sus trabajos. La verdad que a día de hoy y a 6 días vista de nuestra partida la emoción no es ascender  "sino sentir y vivir  juntos esto".




Tras las líneas introductorias y sentimentales voy a explicar un poco los datos técnicos del viaje:

vistas desde el Kala Pattar
Se trata de un trekking de aproximación al Campo Base del Everest, caminaremos durante 6 días todo el grupo unido hasta la aldea de Dingboche a 4.400 metros, donde realizaremos dos grupos: 10 se dirigirán hacia el Campo Base del Everest, ascendiendo al Kala Pattar de 5.540 metros y otros 6 nos dirigiremos hacia el Island Peak o Imja Tse de 6.189 metros. Posteriormente nos reencontraremos nuevamente en Dingboche para deshacer los pasos valle abajo hasta Lukla.

Hemos contratado los servicios de la agencia española Taranna, que a su vez subcontrata a Thansherku como empresa nepalí. Para el viaje llevaremos 8 porteadores y 3 guías de los cuales 2 se irán con el grupo al Kalla Pattar y 1 al Island Peak.

Hemos hechos unas camisetas conmemorativas de la actividad que portaremos durante nuestro viaje.



Os cuento un poco la historia de los componentes del viaje para que los vayáis conociendo:

Alberto Ajenjo: Casi 40, es nuestro activador muscular del viaje, dietista y entrenador personal. Ha subido 4.000 y 5.000 metros en varias cordilleras del planeta, su talón de aquiles la aclimatación.

Carlos CHC: Alguno menos que Alberto, fotógrafo profesional, siempre riendo, su primera experiencia fuera de España pero en poco tiempo ha subido como la espuma su cotización en el grupo.

Carolina Doñiga: Treinta y medios, la enfermera del grupo, años dirigiendo el club y ha estado por Alpes y Andes tocando los 4.000 y 5.000 metros anteriormente, la única del grupo que ha estado anteriormente en Nepal.

Cordeiro: cuarentón, derrocha simpatía, aporta serenidad y coherencia al grupo. Experiencia en 4.000 de Alpes. Veremos si es capaz de pasar 4 noches en el valle de al lado de su "rollo".

Daniel Pelegrina: El que escribe, trentaipocos, organizador y con experiencia en altura varios 4.000, 5.000, 6.000 y casi 7.000. Para servir al grupo.

Elena: Treinta de edad, no llega a los 50 kilos y veremos si no se la lleva el viento, tiene experiencia en España y Alpes, ha subido varios 4.000, uno de ellos el Mont Blanc hace dos años.

Guardiola: Casi 40, poco hablador, y de los que mayor en forma van, con recientes experiencias en 4.000 en Atlas y Alpes.

Jacobo Benítez: Para servir a la patria, ha pasado los treinta, y se ha puesto en forma a marchas forzadas, sin él no habría anécdotas, pero también es capaz de lo peor. Ha tocado los 4.000 y 5.000 en diferentes cordilleras.

Juan Carlos: treinta y medios, quién se lo iba a decir a él hace 4 años. Reenganchado para la causa no tiene experiencia en altura pero aporta siempre serenidad y lógica, bueno para el grupo.

Juanjo: treinta y medios, recién casado, se baja del avión de Tailandia y se monta en el de Qatar, es una incógnita como le habrán sentado las barras libres tailandesas, compañero de escaladas y con experiencia en 4.000.

Malillos: cuarentón hace unos años, de profesión "duro", lo mismo se muere en 10 kilómetros que te hace la Madrid-Segovia 15 días antes del viaje al Himalaya, otro que aporta criterio, sin experiencia internacional.

Miguel: Taitantos, lleva la barriga llena de ilusión, es de admirar los entrenamientos realizados para poder llegar a realizar a este viaje en forma, seguramente el viaje de su vida,  eso sí con el ventolín en el bolsillo.

Miriam: Casi 40, igual te escala, que te hace los puertos del Tour de Francia en bici, por físico no va a ser y encima tiene experiencia en altura: 4.000 y 5.000 metros. como supermán tiene la criptonita ella tiene el coco.

Natalia: Treinta y pocos, bien físicamente, la incógnita es si será capaz de subir el secador de pelo a pesar de las críticas, aporta simpatía y su mayor problema la dependencia de otros. 

Peluka: Treinta y pocos, escalador, y bueno para grupo y el club. Tiene experiencia en 4.000 en los Alpes, no sabemos si podrá pasar 17 días sin su perra Hanna.

Yayo: Muchos, es patrimonio del club y socio fundador. Su experiencia o físico es lo de menos ya que es imprescindible en este viaje, le cambiará la vida.


ÚLTIMAS VALORACIONES:

Hoy 11 de Octubre estamos todos nerviosos, el "washap grupal" no deja de sonar, son los últimos preparativos, los últimos empujones para hacer hueco en los petates. Los amigos nos desean suerte, nos escriben, nos llaman y aseguran que nos seguirán por este medio. Nos faltan muchos por venir pero así tenemos la escusa perfecta para volver en pocos años.

La verdad que hoy haciendo la maleta y con lista en mano dudo entre qué llevarme, cúal de los gorros, cuál de los calcetines, camisetas cortas, plumas fino o gordo, ¿pantalón más grueso?, me falta material. Por un momento me paro a pensar y recapacito sobre el mundo consumista en que vivimos y que te embauca sin darte cuenta. Seguro que los "sherpas" no dudan la ropa que ponerse, la de todos los días, a ver si aprendemos un poco de esa etnia con la que vamos a convivir en pocas horas.

Otro tema escabroso que nos llena la cabeza en estas últimas horas es la meteorología; vamos a llegar a Kathmandú justo a la par de posiblemente la última borrasca Monzónica. Las previsiones no son muy halagüeñas y dan lluvias durante el Lunes y Martes de más de 50 l./m2 cada día, lo que supone que no podemos tomar la avioneta que nos lleva a Lukla donde comenzamos el trekking y a caminar, nos jugamos perder un par de días los justos para poder llegar a nuestros objetivos, los picos Imja Tse y Kala Pattar.
Por si fuera poco, esta precipitación en las cumbres es en forma de nieve y dan más de un metro de acumulación para la del Imja Tse.  Esperamos verlo en situ y valorar.

DESCRIPCIÓN DE JORNADAS:

12 de Octubre: Vuelo Madrid - Doha en Qatar.

Nos dirigimos todos hasta la T4, se notaba el nerviosismo, algunos familiares nos despidieron allí mismo y pronto nos introducimos en los entresijos de la terminal. Fue todo bastante rápido y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos montados en el avión rumbo a nuestra primera escala, Qatar.

En Doha aterrizamos, sólo pudimos ver por la ventanilla del avión y ya de noche pozos y pozos petrolíferos de forma circular, buscamos un lugar confortable para pasar la noche en el aeropuerto, la sillas todas ocupadas, en la sleep hall ni una sola butaca, en la mezquita no era plan, así que nos fuimos al rincón mas alejado y entre macetas y cristaleras nos tiramos al suelo a pasar la noche, el aire acondicionado nos hizo abrigarnos y protegernos del suelo de mármol, pero por lo menos descansamos algo.

13 de Octubre: Vuelo Doha - Katmandú, Thamel.

Hemos intentado dormitar algunas horas consiguiéndolo algunos más que otros. El caro café matinal y unas madalenas muffins de chocolate nos han ido despertando al grupo antes de embarcar en nuestro vuelo hacia tierras nepalís por fin.
Los vuelos han sido agradables en general y Qatar airways nos ha mimado hasta llegar a la zona del Himalaya, donde nos esperaba el Monzón con ganas. Las intensas lluvias no nos han dejado en dos ocasiones aterrizar, haciéndolo finalmente en la tercera de ellas, si no llega a ser así nuestro destino final hubiese sido Delhi en la India.
En el tortuoso y viejo aeropuerto nos han esperado representantes de la agencia "thanserku" que nos han recibido con el característico collar de flores naranjas y nos han llevado hasta el hotel Malla, un hotel con más estrellas por fuera que por dentro y situado junto al Thamel. Hemos dejado los petates en las habitaciones y hemos marchado rumbo al Thamel, barrio cosmopolita donde puedes encontrar todo tipo de cosas para subir a cualquier montaña, eso sí la mayoría copias falsas de primeras marcas. Hemos cambiado los euros en Rupias nepalies y con un buen taco de ellas en el bolsillo nos hemos ido a cenar por el barrio.

Según referencias traídas desde España nos hemos dirigido al restaurante New Orleans, uno de los restaurantes de moda y más turísticos para degustar nuestros primeros menús de comida autóctona. También degustamos algunas cervezas EVEREST de gran tamaño para suavizar la cena y alargar la noche, con par de embarcadas entre las calles oscuras incluidas.


Mañana, o en breves horas mejor dicho (5:00 a.m.) nos levantaremos e intentaremos salir hacia Lukla en la avioneta, ahora está lloviendo y la cosa esta complicada con la misma previsión para mañana.
Buenas Noches son las 11:45 y nos vamos a la cama.

14 de Octubre: Monzón  tardío.

Hoy nos hemos levantado conforme lo establecido, a las 5:00 y la mañana nos esperaba lluviosa. Llegamos al "aeropuerto" a las 6:30, y teníamos el segundo de los vuelos del día.
Los primeros vuelos retrasados y llego la hora del nuestro, en un primer momento tuvimos esperanzas los petates colocados delante de los mostradores nos ilusionaban y hacían ver que íbamos a facturar, pero conforme pasaba la mañana nuestras ilusiones se iban como las nubes hacia las faldas del Himalaya.

El cansancio se ha hecho presa de todos nuestros cuerpos y en toda la sala del aeropuerto se ha instaurado un clima de pesimismo en donde decenas de personas tiradas entre petates ha sido la tónica del día.


Como bien definió alberto: "los bulos de generación espontánea" aparecían en la sala; que para de llover, que sale un vuelo, que se mueven los petates,,.. historias más bien generadas por nuestras ilusiones de volar que por la verdadera situación.

Como escribió Sabina, han pasado las 10:00 y las 11:00, las 12:00 y la 13:00, las 14:00 y las 15:00., así hasta las 16:00 donde nos han comunicado que el aeropuerto de Lukla no había recibido ni recibirá ninguna avioneta durante la jornada de hoy.



De estas situaciones hay que aprender, algunos grupos han cambiado sus trekk hacia la zona del Annapurna (Pokara) donde si se puede volar, otros han contratado por grupos un helicóptero (7.000 dólares del ala) ante la situación desesperada por conseguir objetivos.

Nosotros con un calendario muy apretado pero con algo de margen hemos cambiado con la agencia el último día de turismo por Kathmandú por este día de estancia aeroportuaria, tendremos que venir en otra ocasión a visitar la ciudad de Kathmandú, pero por lo menos tenemos todas las posibilidades del calendario intactas para llegar al Kala Pattar y al Imja Tse.

La verdad es que no ha parado ni un minuto de llover, hemos cogido los petates y con el bus nos hemos dirigido nuevamente al Hotel Malla. Hay gabinete de crisis, mañana dan una meteorología similar por lo que lo mas probable es que tampoco podamos volar, estamos un poco bajos de moral pero la montaña es así, esperaremos el buen tiempo, aunque dan una semana revoltosa y si esto se alarga un par de días más, se va a ir la borrasca monzónica de la mano de la posibilidad de ascender a los picos.

Estamos todos bastante cansados, llevamos tres días prácticamente de aeropuerto en aeropuerto y eso se nota en las caras, a pesar de estar inactivos esto desgasta y tenemos unas ganas bárbaras de comenzar a caminar ya. Además el picante de la cena ha hecho mella en el sistema digestivo de algunos y sobre todo de Ruben Guardiola que da pena verle.

15 de Octubre: Avioneta Katmandú - Lukla, comienza el camino.

Hotel Malla, son las 4:00 de la madrugada y estamos en pié, el día comienza caótico, a algunos no les han llamado el servicio de habitaciones y no están a la hora establecida, ¡empezamos bien!. Carreras por los pasillos mientras corroboramos que continua lloviendo. Con una bolsa de pic-nic en las manos como desayuno, vamos al aeropuerto en el minibús por realizar el mero tramite de estar allí y no perder la prioridad en los vuelos para la primera avioneta que salga el día que sea.
Llueve algo y entre la oscuridad llevamos los petates por alguna que otra campa de barro hasta llegar a la puerta del aeropuerto, está cerrado y allí nos hacinamos en la puerta junto a un grupo de australianos.
Abrimos el aeropuerto literalmente, somos los primeros y son las 5:00 de la mañana, ya sabemos de que va esto por lo que juntamos bancos, cogemos las buenas sillas y nos ponemos en una zona prioritaria donde desayunamos los huevos del pic-nic y algún que otro zumo de mango.
Cuando más confiados estábamos, a las 6:00 nos llaman que vamos a facturar los petates, al principio creo que se trata del típico "bulo de generación espontánea" pero es cierto, la locura se apodera del grupo. Vamos a las básculas de pesaje, nos dan los billetes y pasamos el control hasta llegar a otra sala de similares características donde ya hay gente esperando. Toda la inercia y alegría que llevamos se nos cae por los suelos cuando comprobamos que tan sólo hemos pasado al nivel B y que pasan las horas de reloj, por lo menos en esta zona hay tienda de souvenirs.


Pasan las 7 un café, las 8 nuestro vuelo se suspende, las 9 vamos a mandar unas postales a España, las 10 vamos a dormir que esto va para largo.

Todo hacía prever que íbamos a pasar una segunda jornada en el dique seco, a pesar de que ya no llovía y nuestros petates estaban montados en los carritos a pie de pista, llevaban ahí 4 horas por lo que me uní a la siesta general sobre las mochilas.Un griterío me despertó de mi sueño, lo primero que oí fué: "¡que nos vamos, que nos vamos!", abrí los ojos y unos corrían hacia un lado, otros cogían mochilas del montón y se dirigían hacia la puerta, así que a seguir la manada.

Con rapidez nos cortaron las tarjetas de embarque y nos llevaron en bus por la pista hacia los pies de una agradable avioneta, esta vez parece que va en serio. Mientras esperábamos observábamos salir otras de similares dimensiones y despegar por los aires... ¡yuhuuu que nos vamos!



Nos hemos montado en la pequeña avioneta como sardinas en lata y el cacharro ha comenzado a hacer ruido de verdad para calentar los motores. Pronto nos hemos ido moviendo por la pista para hacernos hueco en la recta de despegue y en medio de una ovación hemos abandonado el suelo de Kathmandú, mientras alguna lágrima caía de la emoción. Por la ventanilla el cielo cubierto, campos de arroz y colinas se han dejado ver entre las nubes hasta que 40 minutos después ya estábamos tomando tierra en el terrorífico aeropuerto de Lukla. Donde un centenar de sherpas se agolpaban junto a la valla metálica del aeropuerto, imagino que en busca de trabajo.
Varios de ellos van a ser los nuestros de todo el trekk y se llaman: Kalli, Karma, Nuru y Pienma.




Nos han llevado a comer a un lodge cercano, más picante aún que ha empeorado el estómago de otros cuantos y tras reponer fuerzas hemos comenzado el ansiado trekk, !por fin caminamos! con 4 sherpas y 6 yaks, rumbo a Pakding, situado a 2.600 metros de altitud y hasta donde teníamos que descender.

Durante el itinerario, hemos pasado sucesivas aldeas situadas en la parte derecha del valle, me ha sorprendido la cantidad de vegetación que hay y en la mayoría de las casas te venden agua, coca-cola, te y barritas de chocolates, el turismo es la fuente principal del valle.


En la mayoría de los pueblos, nos han recibido niños que nos saludan con un "namasté" al pasar, hay banderas de oración por todos lados y letras de oraciones esculpidas en numerosas piedras, todo tiene un halo de misticismo, aquí huele a montaña por todos lados.



Tras 3 horas de caminata y con la noche pisándonos los talones, hemos llegado a Phakding, el lodge está bien, es todo de madera y es bastante coqueto. Al calor de la estufa y del te hemos terminado el día con unos 12 grados en el termómetro y bastante cansados después del ajetreado viaje.

Todos nos encontramos bien, Rubén ha mejorado de sus dolores estomacales y mañana será una jornada larga donde ascenderemos a casi 3.500 metros, los cuerpos pueden ir comenzando a notar la altura.

16 de Octubre: Phakding 2.600 - Namche Bazar 3.450,
primera piedra de toque.

Hoy ha amanecido despejado, seismiles por la ventana, cielos azules espectaculares, esto es increíble. Desayunamos unas tostadas con mantequilla de dudoso origen animal y extrañas mermeladas super dulces, mientras preparan los petates en los yaks.

Partimos hacia arriba, la mañana ha salido fresca unos 12ºC, estamos aun a 2.600 metros por lo que hay ganas de comenzar a ganar metros valle arriba, pero de primeras no lo vamos a hacer. Comenzamos la caminata paralelos al grandioso torrente del Río Dudh Koshi, mucha vegetación por todos los lados y varias aldeas con niños y mayores sonrientes, mientras nosotros estamos de vacaciones ellos nos miran con la misma mirada que miran a cientos de turistas al día, no cesan de hacer sus rutinas matinales, se peinan, se lavan, pelan judías, patatas, recogen la cosecha o colocan su pequeño punto de venta.




Desde Phakding hemos descendido para cruzar el torrente por un puente tibetano y hemos continuado por el otro margen nuevamente dirección Norte, ya nos da el sol y esto cambia la forma de caminar, gafas, crema y manga corta para continuar, además ahora vienen tramos de ascenso y descenso.



El valle se hace profundo y aparece a la derecha el espectacular THANSERKU, primer montañón de la jornada, mas de 6.500  metros que nos acompañarán durante toda la jornada.

El camino se convierte en una montaña rusa en la que no ascendemos de 2900 ni descendemos de 2800, hemos cruzado puentes tibetanos y más poblados en los que el denominador común es el culto por el budismo; chortens, mantras grabadas, mandalas, banderitas y tambores giratorios de oración no faltan cada pocos metros durante todo el camino.


Nos hemos cruzado con un grupo de españoles que descendían de las alturas, ansiosos les preguntamos por como estaban las zonas altas y nos comentan que tras las nevadas, han tenido que evacuar a casi 100 personas del Campo Base del Everest, nuestro destino final, 2 metros de nieve les impedían descender hacia Lobuche, además no pudieron subir ni al Kala Patthar ni al Imja Tse. Con cierta preocupación continuamos el itinerario, -ya veremos lo que nos encontramos-.
Hemos parado en Bengkar a tomar un té y tras pasar Monjo, hemos atravesado la puerta de entrada al Parque Nacional de Sagarmatha donde hay un centro de interpretación de la naturaleza. Y donde hemos inmortalizado el momento.


Desde el paso la senda ha comenzado a perder altura hacia el fondo del barranco con cierta brusquedad y por un nuevo puente tibetano hemos cruzado al otro margen donde hemos visto ya Thumbug el pueblo donde hemos comido.


La verdad que ha sido agradable la comida, un poco lo de siempre arroz, salsa y algún trozo de pollo con verduras pero ya estamos acostumbrados a ello. La hemos reposado durante cerca de una hora porque
tras la comida empieza lo bueno, hay que ascender hasta el pueblo de Namche Bazar, pueblo principal del valle y con un duro desnivel de subida de 600 metros continuos.

Con paciencia todo es llevadero, así que tranquilamente hemos partido de Thumbug con las alforjas llenas y nos hemos dirigido por el fondo del torrente hacia la cercana división de barrancos el de Bhote Koshi y el de Budh Koshi, ambos traen moléculas de agua de por encima de 8.000 metros.

Hemos cruzado el último puente tibetano de la jornada que debe ser de construcción nueva ya que se ve el antiguo más abajo, todos ellos cargados de banderitas de oración, y comienzan las zetas para la ascensión a la capital del pueblo sherpa. Todo el ascenso ha transcurrido por una masa forestal de coníferas que nos propicia sombra, humedad y finalmente se nos ha hecho más corto y llevadero de lo pensado., hemos parado varias veces y hemos ascendido a un ritmo muy lento. Al mismo ritmo que la niebla se ha ido metiendo en el valle y nos impide ver el Everest desde cierto punto que era visible, así que no queda otra y tras una curiosa parada de control donde hemos tenido que apuntar las marcas de todos nuestros aparatos electrónicos llegamos a los casi 3.500 metros de Namche Bazar, que esta siendo engullido por la niebla.



Ya estaban los petates a nuestra llegada, así que nos hemos ubicado en habitaciones dobles y hemos salido a disfrutar del ajetreado mercado de montaña de Namche, aquí puedes subir en chanclas y comprar todo lo necesario para ascender al Everest, esto es increíble, bancos, cuadros, ropa, bares, etc., es el parque temático del montañero.

Tras el paseo se nos ha hecho de noche, así que subimos a cenar y terminamos el día aquí escribiendo con nuestro amigo del ciber que nos espera para el cierre.

Nos encontramos bastante bien, las risas no cesan en el grupo, cosa que es buena señal. El único pero es el cambio de alimentación que nos supone a todos extraños gases nobles y sonoros retortijones.

17 de Octubre: día de aclimatación, circular por Khumjung.

Antes de todo gracias por los mensajes de apoyo, los leemos todos los días después de cenar y nos dan mucha fuerza para seguir, a la gente le encanta y alguno suelta alguna lagrimilla.

Hoy no hemos madrugado tanto, los objetivos de la jornada eran subir hasta 3800 para aclimatar, ver el Everest y entregar material escolar que traíamos desde España en las escuelas de Khumjung fundadas por Edmun Hillary (primer ascensionista del Everest).

Tras el desayuno, hemos partido por las callejuelas de Namche Bazar, comenzando con un brusco ascenso escalonado hacia el Norte para ir ganando altura con rapidez. Con ritmo muy lento hemos superado unos 300 metros y hemos cruzado el antiguo "aeropuerto" de Namche hoy en día sólo usado en casos muy extremos. Desde allí hemos continuado en ascenso hasta llegar al hotel más alto del mundo, el Hotel Everest View, hotel de estilo japonés al que hemos entrado a su terraza lugar y desde donde se ve el Everest si las nubes nos lo hubiesen permitido. El sueño pronto se torna a realidad y los camareros nos echan de la terraza por no consumir mientras el Everest sigue escondido tras unos nubarrones blanquecinos.

En el hotel hemos descansado unos minutos antes de continuar por una agradable senda rodeada de matorrales de rododendro y extraños pinos, por la que pronto divisamos al fondo el pueblo de Khumjung.
Hacemos un alto en el camino, a diferencia de otros días hoy la nubosidad está abriendo en lugar de crecer conforme pasa el día y a pesar de no ver ni el Everest ni el Lhotse, disfrutamos de las vistas hacia uno de los picos mas espectaculares del planeta el Ama Dablam de 6.856.



Tras el momento fotográfico, hemos descendido hasta la aldea de Khumjung, lugar donde se encuentran las escuelas, es periodo festivo pero un profesor y algunos alumnos que por allí andaban nos han recibido con la alegría característica de este país, nos han enseñado un cuarto que tienen con dibujos y explicado un poco la política de la escuela. Les hemos dado unos cuadernos y bolígrafos por aportar un granito de arena a la formación de la comunidad sherpa.




Ha sido un encuentro muy agradable, del que hemos disfrutado y nos llevamos un grato recuerdo con tres dibujos hechos por los niños, que se vienen con nosotros a Madrid para colgar en la sede social del club.

El cielo se ha vuelto a cubrir de nubes y con una tónica un poco diferente al resto de días, parece que puede llover, así que marchamos de la aldea por un camino empedrado y escalonado



que nos ha llevado hasta un chorten con banderitas situado en un collado. Desde allí un descenso abrupto y serpenteante por una senda nos va a acercando de nuevo a Namche Bazar que con forma de teatro romano nos deja un paisaje alucinante.


Namche Bazar
Hoy pronto en el lodge, hemos aprovechado para relajarnos, comemos, luego un té y una larga sesión de duchas. Después hemos paseado por Namche aunque esto más que relajarnos, nos ha alterado, ya que al final te lías regateando y comprando entre las tiendas.
Hoy nos encontramos bastante bien, los dolores intestinales parece que están remitiendo. Y algún pequeño dolor de cabeza debido a la altitud nos acompaña a veces sobre todo a Jacobo, que tras la ducha caliente que nos hemos podido dar estamos seguro que mañana se levantara bien.

Hoy ha llegado un grupo de españoles que viene de arriba y nos han confirmado las condiciones existentes, mucha nieve y la incertidumbre de sí podremos ser capaces de ascender al Imja Tse por el tema de las aludes. A día de hoy la idea que más fuerza cobra es ir los 16 al Kala Patthar, del que esperamos nos abran la huella los grupos que van por delante.

Mañana partimos a dormir mas alto, a ver que tal se nos dan los casi 4.000 metros de Tiangboche.

Un saludo.

18 de Octubre: Namche Bazar 3.450 - Tiangboche 3.850

Tras la jornada de aclimatación de ayer, marchamos valle arriba, todo el grupo se encuentra en perfectas condiciones, y estamos aclimatando bien.
Hemos callejeado por Namche para salir por un collado superior, poblado de pinos, un camino que mantiene altura a 3.600 metros y que va dejando el profundo barrando de Dudh Koshi a la derecha mientras nos va introduciendo en las fauces del Himalaya. Hemos parado en el monumento del 50 aniversario y !tachan! ha abierto un claro y hemos podido ver el Everest al final del valle, todos hemos alucinado y con cámara en mano hemos inmortalizado el momento, a pesar de que pronto se ha vuelto a tapar. Otro sueno cumplido.


Everest
El camino ha sido agradable y tras los primeros kilómetros de llaneo hemos comenzado un fuerte descenso al fondo del barranco introduciéndonos en la masa forestal de pinos nuevamente. Nos hemos cruzado con un vasco que nos ha puesto la piel de gallina, el hombre venía derrotado tras caerle encima 3 días de lluvias, acatarrado y gripado totalmente nos dijo literalmente "esto ha sido un infierno para mí", y poco a poco nos íbamos haciendo la idea de lo que había podido caer de lluvia y de nieve por todo el valle.

De la zona de pinar nos hemos introducido en bonitos bosques umbríos de rododendros por momentos empedrados que nos han llevado entre los pasos de yak a los lodge de Phunki Tenga a 3.250 lugar donde hemos comido. Una comida relajada que hemos alargado para incluso alguno poder echarse una pequeña siesta.

Hemos concluido la tarea de descender hacia el barranco para por un gran puente tibetano pasar al otro margen donde había un control de permisos y unos bonitos tambores giratorios girados por la acción del agua. Realizamos una nueva parada de evacuación masiva y nos encontramos con otros españoles, cual paparazzi a famoso les asaltamos en busca de información y éstos nos confirmaron que habían podido hacer el Kala Patthar pero que los campos bases del Everest y Imja Tse aún tenían mucha nieve y continuaban cerrados. Era el primer remanso de personas que habían ascendido tras las nevadas.

Desde aquí el trazado del itinerario ha cambiado por completo, lo que había sido una bonita marcha en la que incluso habíamos perdido altura, ahora se ha tornado en un duro ascenso de 600 metros de desnivel positivo para llegar a Tiangboche. La senda pronto se ha empinado y asciende a través de zetas por un precioso bosque de rododendros de gran tamaño mientras las paredes del Kangtega se cubrían de niebla al igual que el resto del cielo.


Poco a poco hemos recorrido toda la ladera y en unas dos horas y media hemos llegado a la parte superior de una loma entre la niebla, donde se sitúa el paraje de Tiangboche. Digo paraje por que ni tan siquiera es un pueblo, hay un magnífico monasterio budista ( el más importante del valle) y una decena de lodges alrededor del mismo.

Ama Dablam
En uno de ellos nos hemos alojado y antes que anocheciera hemos salido a hacer una visita al monasterio y dar una vuelta por el bonito lugar, para terminar la tarde al calor del té y del salón del lodge.


Cuando pensábamos que el día estaba acabado entre la niebla, el frío de la noche ha hecho que se disiparan las nubes y entre Carlos y la luna llena hemos realizado un curso acelerado de fotografía nocturna, a los pies del Thanserku, Ama Dablam, Lhose y Everest. Un disfrute sin duda.



19 de Octubre: Tiangboche 3850 - Diangboche 4.400,
bienvenidos a la altura

En el planning inicial de marcha y desde Parla, la jornada de hoy la consideraba clave para la consecución de nuestros objetivos, sobre todo por el tema de la altitud, caminar, dormir y vivir por encima de los 4.000 metros erosiona, la prueba de ello es que por encima de esta altitud no nacen árboles y la roca lo comienza a dominar todo.

Para unos pocos (Alberto, Carlos, Juanjo y yo) ha amanecido antes, hemos ido a ver el rezo de los monjes budistas de las 6:30 de la mañana al monasterio de Tiangboche, cada uno de nosotros con unas intenciones  
hemos pasado la hora sentados en un lateral de la sala observando la solemne ceremonia.
Tras el desayuno general a las 7:30, la jornada ha amanecido con neblina y pocos picos hemos podido ver. Con unos 10 grados en el termómetro hemos iniciado un descenso hacia el Barranco de Imja Khola entre bonitos bosques para llegar a unos nuevos lodges de los poblados de Deboche y Milinggo situados a casi 3.800 metros. Ya en el fondo del barranco ha salido el sol y nos hemos cambiado la ropa nuevamente, este barranco ya nos es más familiar se estrecha y el agua es más brava y caudalosa.

Tras dejar atrás un puente de metal tirado por las aludes posiblemente, hemos continuado por el barranco para ya sí pasar al otro lado del cauce por uno de madera de nueva construcción


 y ganar altura momentánea por una senda con zetas, que nos ha llevado hasta Pangboche, poblado situado a 3.930 metros y punto de encuentro y parada para los grupos que se dirigen al grandioso Ama Dablam (desde allí sale el camino de ascenso al campo base del mismo). La visión hacia uno de los picos más bellos del planeta no ha tenido ningún desperdicio.



Hemos ido bordeando totalmente el grandioso Ama Dablam y continuado desde Pangboche hasta Shomare, el lugar elegido para comer, situado a casi 4.000 metros es un lugar más pequeño, pero no por ello deja de guardar uno de los tesoros del himalaya, como son sus gentes.


Nos hemos despertado del letargo producido por la comida y el cálido sol e iniciado la marcha por el valle que a partir de aquí se abre. En el Himalaya la barrera de los 4.000 metros se agudiza, esto ya es otra historia, el paisaje cambia por completo, y los poblados, vegetales, en definitiva la vida va desapareciendo. Nosotros también los hemos notado y además se ha levantado un viento leve de Norte que traspasa los chalecos. Bienvenidos al Himalaya.



Hemos continuado algún kilómetro más por el amplio valle hasta la división de torrentes, allí se juntan el Imja Khola y el Lobuche Khola, traen aguas del Lhose y del Everest uno y otro. Nuestro objetivo era cruzar a montarnos en la morrena que divide ambos torrentes y por un puente metálico hemos pasado a la misma.





Una fuerte subida nos ha esperado paciente para poner a prueba nuestros corazones durante el último tramo a Dingboche y es que aquí parece que es habitual terminar la jornada echando el corazón por la boca. Desde los 4100 metros del puente hemos ascendido a los 4400 de Dingboche, estirando el grupo y pisando las primeras nieves depositadas hace ya unos días.


Hemos pasado por un breve collado sobre la morrena, desde allí ya hemos visto el poblado de Dingboche, ¡por fin estamos! y por primera vez en el trekk siento los latidos del corazón en la cabeza. 
A nuestra llegada la niebla estaba cubriendo todo el pueblo y la temperatura ha descendido bastante hasta los 6ºC. Nos hemos alojado en un confortable lodge con un comedor acristalado perfecto.


Tras reposar y tomar un té, hemos llegado algunos con leve dolor de cabeza, lo normal es que remita en cuanto nuestro cuerpo vaya asimilando la altura y vaya generando glóbulos rojos, en mi caso y tras un par de horas no ha sido así y continuo con un dolor molesto. Así que para venir a escribir estas líneas me he tomado una aspirina granulada, que en 3 minutos me ha sacado del apuro.

Mañana intentaremos para aclimatar subir a un pico cercano de 5.000 metros llamado Nangkartshang o acercarnos a la aldea de Chukung.

Seguimos agradeciendo vuestros comentarios, sobre todo los de las felicitaciones a Carlos, que a buen seguro no olvidará el día de su cumpleaños del año 2013.

20 de Octubre: Jornada de aclimatación.

En la jornada de hoy nos hemos separado en tres grupos; el primero de ellos formado por 7 personas (Cordeiro, Malillos, Jacobo, Miriam, Juanjo, Guardiola y yo), nos hemos dirigido a un cercano pico de 5.050 metros de nombre impronunciable con el objetivo de ganar altura para aclimatar para los futuros días.

El pico lo tenemos sobre la aldea de Dingboche y partiendo a primera hora hemos ascendido por el camino de subida a Lobuche, abandonándolo en la parte alta de la loma del propio pico Nangkartshang, lugar donde hay un chorten con banderitas de oración.



Desde allí hemos ascendido por la loma en dirección Norte, se trata de una estrecha senda serpenteante que gana 500 metros de desnivel a capón y en donde la nieve ya ha sido copiosa teniendo en las cercanías del pico espesores de 50 centímetros.



A parte de aclimatar, lo mejor del ascenso al Nangkartshang son las vistas que se obtienen desde aquí, incluida la visión del Makalu, nuestro 3er ochomil visto en el viaje.

Makalu
 El segundo grupo formado por 6 personas ( Natalia, Elena y los 4 Carlos), se han dirigido hacia la aldea de Chhukung situada a 4.730, por el valle del Imja, camino normal para el Imja Tse y su campo base.

Por el precioso itinerario puedes observar la unión de 6 de los principales glaciares de la zona, el del Nupse, Lhotse, Imja, Ambulapcha, Ama Dablam y Chhukung, sólo con ver el circo que forman todas estas montañas y sus glaciares merecen la pena realizar la marcha.



El tercer grupo formado por Alberto, Miguel y Carol, han decidido quedarse en Dingboche, tanto por descansar como por mejorar se lenta aclimatación. Pasando una agradable jornada de lectura al sol.

A las 14:00 horas todo el grupo vuelve a estar junto, comemos en el lodge y repasamos la ruta matinal, los del pico hemos sufrido un pequeño dolor de cabeza que ha remitido por sí solo, eso es buena señal.

Durante la jornada de mañana nos separaremos en dos grupos, que nos dirigiremos a valles distintos. En cuanto al grupo del Imja Tse, me he reunido con el guía de ascenso, se trata de un sherpa que ha ascendido al Everest en 4 ocasiones y quiere que subamos ya mañana al Campo Base para estar allí dos días, le he hecho ver que nuestra aclimatación es muy justa respecto a otros grupos que proceden del Kala Patthar y queremos subir al Campo Base en dos días haciendo noche primero en Chhukung para subir más progresivos, aunque tengamos sólo la bala de cumbre para el día 23. Además retrasando la cumbre un día dejamos pasar delante otras cordadas que nos podrían venir bien para abrirnos huella ya que aún no ha subido nadie al Imja Tse desde el 12 de Octubre por las fuertes nevadas.
Se muestra bastante reacio en un principio, pero finalmente acepta la propuesta.

Nuestros compañeros del Kala Patthar, lo tienen todo bastante claro, su propuesta es ir a Lobuche, después al Kala Patthar descendiendo a dormir a Gore Shep y el tercer día los que estén fuertes irán al Campo Base del Everest y los que no de vuelta a Lobuche, para el cuarto día volver a Dingboche

Ahora aquí se ha metido el sol y hace bastante frío (unos 0ºC), lo dicho, mañana nos separaremos en dos grupos y estaremos durante cuatro días sin saber nada los unos de los otros.


21 de Octubre: El grupo de divide.


Grupo A: Diangboche 4.400 - Lobuche 4.900.

Como comentamos el grupo se separa, mis compañeros se dirigen a Lobuche que ya está a una altura considerable, el dormir bien allí va a ser lo mas difícil y todos están bien, aunque algo nerviosos ya que la mayoría son primerizos en estas altitudes. Tienen un largo itinerario de unos 15 kilómetros a más de 4.500 metros de altura. Lo realizan con rapidez aunque la altura y el viento hacen que las gargantas con tan solo respirar ya sufran un poco.

Grupo B: Dingboche 4.400 - Chhukung 4.700

Nosotros hemos aprovechado la jornada para aproximarnos a Chhukung, situado a 4.700 y quedarnos aquí a dormir, es un corto trayecto de hora y media pero llegar al Campo Base en una sola jornada nos supone muchos kilómetros y mucho desgaste físico para un día antes del ascenso a cumbre por lo que esta jornada nos ha venido bien.

de camino a Chhukung
Monumento a Jerzy Kukucza, en la Sur del Lhotse, detrás, murió en 1989
Además vamos a actuar con inteligencia, ser prudentes y dejar que otros grupos que esperan en el base abran la huella a cumbre y saquen las cuerdas fijas que están enterradas bajo la nieve.
Chhukung es un poblado muy cómodo y confortable, el lodge está bien, incluso mejor que el de Dingboche, más tranquilo, además comemos carne de Yak abundante, jejeje.

vistas desde la habitación,  Baruntse y Ampulatcha
Nuestro recorrido hasta aquí ha sido precioso, tenemos al lado la Pared Sur del Lhose y hemos contorneado las paredes del Ama Dablam, además todas las formaciones glaciares de la Cuerda de Ambulapcha en forma de flautas de órgano me recuerdan a las de la Cordillera Blanca en Perú.

Por la tarde hemos aprovechado unos para recordar el uso del jumars en la cuerda fija y otros para ascender por segunda vez a 5.000 metros hasta una antecumbre del Chhukung Ri, un cerro situado sobre la aldea y que tiene unas vistas alucinantes del valle, además por la tarde a última hora y con todo el cielo repleto de nubes bordeando cimas.

poblado de Chhukung con Ama Dablam detrás

Cuanto se mete el sol la vida cambia aquí, no salimos del salón con otras expediciones y no nos separamos de la estufa alimentada con excremento de yak, mañana iremos al Campo Base a casi 5.000 metros y nos encontramos todos bien.

22 de Octubre: Primera de las cumbres.

Grupo A: Lobuche 4.900 - Kala Pattar 5.550 - Gora Shep 5.150

Los levantan muy pronto a los compañeros a las 5:00 de la mañana ya están en marcha, ademas no les han dado desayuno, salen en una mañana fría con menos 9 grados y apenas sienten los dedos,  por el Glaciar de Kumbu rumbo a Gora Shep, donde llegan tras tres horas. Allí algunos integrantes se encuentran mal y deciden esperar una hora y media para reponer fuerzas, el Kala Patthar esta 400 metros por encima.

Tras el descanso se animan unos a otros y deciden continuar hacia arriba a ritmo lento, la altura hace estragos y tras un gran esfuerzo el grupo llega junto a la cumbre del Kala Patthar tras tres horas desde Gora Shep. La alegría y la emoción les invade y mas calientes con el sol disfrutan de la cima y de las vistas hacia el cercano Everest.

Kala Patthar, al fondo Everest y Nupse
Una hora en la cumbre de éxtasis para iniciar el descenso a Gora Shep de nuevo donde descansaron y celebraron lo que la altura les dejo.

Grupo B o grupo del Imja Tse:

enlace para los días de cumbre:

http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/10/imja-tse-6189-mts-dias-de-cumbre.html


Glaciar de Imja Tse.

23 de Octubre: grupo A: Gora Shep 5150 - Campo Base Everest 5350 - Lobuche 4900

Durante la cena del día anterior, se comenta que la idea de ir al Campo Base no merece la pena ya que no había expediciones y desde el Kala Pattar habían tenido buenas vistas hacia la zona del Khumbu.
Ademas se levantaron varios tocados de la garganta del día anterior y con bastante cansancio, así que deciden descender hacia Dingboche, 17 kilómetros por morrenas glaciares. Tras una dura jornada llegaron a la hora del te y celebraron la cumbre con unas cervezas y algunos Ibéricos exportados.

24 de Octubre: final inesperado, desajuste de grupos.

Tras el ascenso al Imja Tse, hoy no hemos puesto despertador, la luz ha entrado por la ventana muy pronto, pero esta vez nos tapamos la cabeza con los sacos y aguantamos hasta las 9 de la mañana, unas 10 horas muy bien dormidas.
Con los deberes hechos la vida se ve de otra manera, el sol brilla más fuerte y las montañas son más bellas, ya da igual derrochar energías, alegría, por encima de todo está el disfrutar.

Yo me he levantado bien, con ganas y entero, no parece que ayer la jornada fuera de 16 horas. En el desayuno propongo a mis compañeros el ascenso al Chhukung Ri, montaña de 5.550 metros, situada a algo más de 800 metros de desnivel por encima del poblado. Me da la sensación que se lo toman como la típica "bravuconada" pero voy muy en serio, la verdad que no parece entusiasmarles a ninguno y yo no me quiero resignar a descender una hora hasta Dingboche y pasar la mañana y la tarde de descanso, prefiero estrujar la naranja y sacarle todo el jugo posible al viaje. Además según mis cálculos 6 horas bastarán para ascender al pico y descender a Dingboche con lo que desde las 15:00 tenemos toda la tarde para celebrar los dos grupos juntos, las ansiadas cumbres con unas cervezas Everest.

A mis compañeros los encuentro bien, tan sólo a Juanjo le veo desganado físicamente y es que aún arrastra los dolores de garganta y desapetito, Miriam, Jacobo y Cordeiro encuentran más motivaciones montaña abajo que hacia arriba, por lo que marcharé sólo. El camino es inconfundible, llevo gps y hay bastante más gente ascendiendo por la pala inicial al Chhukung Rí.

De esta manera me despido de mis cuatro compañeros que veré en Dingboche a la hora de la comida y atravieso el poblado hacia el torrente de agua del Lhose Nup Glaciar. Aún hay bastante nieve en el valle, los matorrales están cubiertos y tengo que encontrar algún caminito abierto en la nieve para no meterme hasta la rodilla. Llego al torrente y viene bastante crecido, por allí había pasado dos días antes y pude cruzar por unas piedras, hoy es imposible, así que voy aguas arriba en busca del punto débil de vadeo. Parece que por aquí se bifurca el torrente y hay menos agua y logro pasar al otro lado donde comienza la ladera del Chhukung Ri.

Toda la ladera tiene orientación Sur, por lo que está pelada de nieve, muy cómodamente voy ascendiendo por una senda que cada vez toma más inclinación y voy notando claramente que mi cuerpo está aclimatado a 5.000 metros, no me cuesta mucho llevar un ritmo cómodo y casi similar al que podría llevar en las sierras españolas.



En una hora estoy en un llano con muchos hitos a algo más de 5.000 metros, hay bastante gente ascendiendo al Chhukung y descendiendo del mismo, además se ha levantado una leve brisa que me obliga a poner el gore tex. Continúo la marcha y veo que hay mucho japonés o koreano, suben muy lentamente y es que estarán en periodo de aclimatación, desde allí la senda continua hacia el Norte en dirección al Nupse y está algo embarrada por el deshielo de la nieve. Ya puedo ver el objetivo, se trata de un pequeño circo cerrado con tres cumbres, la que asciende todo el mundo está a la izquierda de 5.400, en frente está la principal, algo rocosa y donde hay algún tramo de trepada, es la más grande y con 5.550 metros no tiene nieve hasta la cumbre. Luego a la derecha hay otra secundaria que de un comienzo me hace dudar si es la más grande pero conforme voy ascendiendo me doy cuenta que no y que es bastante más pequeña que la principal.

Me queda poco para llegar a un leve collado entre la cumbre principal y la más habitada, ya si voy notando la altura y me tengo que parar cada ciertos minutos, ya son 5.300 metros y se nota. Un esfuerzo más y llego tras dos horas al Collado, allí hay un gran hito y unas banderitas de oración, además de unas cuantas personas descansando.

collado de Chhukung, vistas del Lhotse y Nupse
Todas las personas que he visto se han dirigido desde aquí hacia el Sur, hacia la cumbre de 5.400 y tan solo he visto a tres descender de la principal, observo por donde descienden y emprendo el camino por el filo de la arista. Está entretenida, por momentos se puede ir caminando entre rocas, pero hay algún tramo que te obliga a echar las manos y cambiar de vertientes.

Noto la altura pero me queda poco y voy a darle un poco de caña al corazón, corazón que pronto me dice que pare para respirar y relajar pulsaciones. La cumbre se hace esperar, parece que ya está ahí, pero tiene varias antecumbres engañosas y cuando hago la tercera hora ya diviso el hito principal con sus banderitas típicas, -"esa sí es la buena"-. El último apretón me deja arriba exhausto, tomo aire y contemplo el lugar, es alucinante, tiene unas vistas increíbles; veo el Pumori, todo el valle de descenso hasta Tyangboche, el Island, Lhotse y los glaciares me rodean, que más se puede pedir. Hacia el Oeste se ven montañas más grandes y nevadas que no logro diferencia pero que días más tarde me confirman que se trata del Cho Oyu.



Makalu sobre el Imja Tse
Lhotse
Con estas vistas privilegiadas realizo fotos hacia todas direcciones e inicio el descenso por el mismo itinerario de subida. Quitando el primer tramo de cresta de roca fácil el resto es un descenso rápido, pronto comienzo a perder altura por la arista con la vista puesta en el leve collado y el grandioso valle hacia el Sur.


En poco tiempo llego al collado, donde ni siquiera me paro, continuo descendiendo trazando zetas rápidas y perdiendo altura con rapidez, he dejado atrás los 5.300 metros y la senda es abrupta. Cerca de una hora tardo me lleva descender a las inmediaciones de Chhukhung, esta vez si encuentro paso rápido en el torrente y atravieso la población a las 13:30, por un momento pienso en dirigirme al mismo lodge donde he dormido para comer, pero Dingboche está cerca, a tan sólo una hora, por lo que antes de las tres estaré con mis compañeros, tomando una merecida Everest de cristal.
Callejeo por Chhukung y me despido del agradable poblado, caminando valle abajo a toda velocidad, no hay mucha gente en el camino y es que es la hora del almuerzo, todo el mundo ya está en sus alojamientos.


La nieve va desapareciendo del camino, he dejado atrás la cota 4.600 y ya puedo ver Dingboche al fondo del valle, además ya hay arbustos espinosos de flores rojas, (tipo agracejos) cosa que me alegra, ya que me da a entender que el oxígeno es mayor en estas altitudes. Las ganas de llegar ya, me juegan una mala pasada y el último tramo se me hace largo viendo los lodges durante un largo tiempo que nunca llegan.

Por fin llego a Dingboche, lugar donde iba a ocurrir una de las más grandes desilusiones de "mis montañas"; deseando ver a mis compañeros atravieso el poblado rumbo al lodge donde nos alojamos y allí antes incluso de entrar veo a Nuru, (nuestro sherpa organizador) que sale del establecimiento y se dirige hacia mí con la mochila puesta. Le saludo y me dice en inglés que tenemos que descender, -¿cómo?, no doy crédito, le realizo más preguntas y él sólo quiere ya iniciar el camino, de hecho ya vamos caminando hacia abajo.

Por unos momentos camino con él y le digo que donde están mis compañeros, me dice que en Tyangboche, que todos han descendido valle abajo y se encuentran allí. Pero no puedo entenderlo, habíamos quedado allí en juntarnos días antes y no había nadie. Veo que son las 15:00 horas y que bajar a Tyangboche me supone 4 horas de descenso, con lo cual la noche la tengo asegurada, no llevo comida, dinero, frontal ni demasiado abrigo y le pregunto que donde está mi petate que quiero quedarme aquí para pasar la noche, a lo que me responde que lo han bajado las mulas a Tyangboche.

Más perplejo aún me quedo, estoy literalmente tirado en Dingboche, ni siquiera tengo unas rupias para poder llamar a casa para decir que he descendido bien del Imja Tse. Bastante malhumorado le digo a Nuru que necesito comer algo para descender y me da una coca-cola y un twix, no estoy para muchos trotes así que le obligo a parar antes de salir de Dingboche para comer algo en el último lodge del poblado, por lo menos una sopa de noodles caliente, para emprender las 4 horas de descenso.

Mientras como la sopa le doy vueltas al tema, es tontería ya quedarme aquí, así que la única opción es descender valle abajo hacia Tyangboche, ahora espero que no me ocurra ningún contratiempo debido a estos cambios de planes que según el sherpa ha decidido el grupo que descendía del Kalla Pathar.

Tras comer partimos de Dingboche dejando atrás un paisaje que no olvidaré y que seguro que pisaré algún día.


ascendemos una morrena para ganar algo de altura, ahora sí están llegando algunos grupos de trekk con los que me cruzo, hace viento por el valle y me abrigo con lo único que tengo "mi viejo gore" que no me he quitado en toda la jornada.

El sherpa Nuru va muy deprisa, sabe que vamos con la hora justa para que se haga de noche y le voy perdiendo de vista a menudo, la verdad que me da un poco igual y voy parando a hacer fotos ya que soy consciente de que la noche nos va a comer y no quiero forzar en demasía porque aún quedarán dos días más de marcha y ayer fueron 16 horas.

La tenue luz del atardecer va generando tonos ocres y el azul del cielo es muy intenso, voy tomando fotos y disfrutando del descenso en la medida que el "coco" me deja.


Sobre las 16:00 horas el sol se pierde tras las montañas del Oeste, la temperatura desciende y todo se hace menos fotogénico, es hora de apretar un poco, mientras paso por las aldeas de Orso y Shomare, ahora no hay nadie ni caminando, ni por los poblados, la jornada ha terminado para el pueblo sherpa.


El único acompañante que llevo es el Barranco de Inja Khola, Nuru también marcha por delante y se para a veces para esperarme, cuando voy a llegar continua caminando y cada rato realizamos una parada para comer algo, sobre todo me insta a que beba coca-cola y tome chocolate, me quiere insuflar azucar a toda costa para que termine el día en condiciones, pero por momentos el marchar solo me ha creado una satisfacción personal plena, no siento cansancio e incluso el ayudar a una anciana que se estaba levantando con un gran cesto de ramas y me ha extendido la mano me ha llenado de energía.

Estamos próximos a Pangboche, mitad de camino de descenso, echo la vista atrás y veo el Lhotse y Nupse, me despido de las altas cumbres himalayíticas y continúo mi camino.


A mi izquierda está el Ama Dablam, desde aquí, Pangboche, se inicia la marcha hacia su cambo base, este año en Octubre tiene mucha nieve y está siendo imposible su escalada, la cantidad de pegatinas de marcas y agencias en los lodges atestiguan que desde aquí se sale hacia algún lugar importante y me gustaría venir a intentarlo dentro de unos cuantos años.

Realizamos una parada en la aldea, Nuru ha entrado a un lodge a visitar a algún amigo, yo me quedo fuera jugueteando con un niño, me regala una mirada limpia y sincera que yo cambio por la segunda barrita del twix. A pesar de tener decenas de chocolates en el mostrador de la tienda de la madre, el twix se lo come según se lo doy, es bastante consciente ya con unos 4 años lo que es un regalo y lo que es subsistencia familiar.


Sale Nuru y continuamos hacia abajo, ahora parece que el camino pierde desnivel brusco hacia el margen del torrente. Esta vez me espera y hablamos más tranquilamente en inglés hispanizado, su especial preocupación es que ésto no genere ningún problema en el grupo y así me lo transmite (claro se está jugando las propinas en un problema claro de coordinación y las propinas aquí son medio sueldo).

Posteriormente realiza varias llamadas y me pone el habla con Alberto, mi compañero que no pudo ascender al Imja Tse y que me dice que está en Namche Bazar. Hablo con él durante un largo tiempo y me comenta que lo ha pasado muy mal en el descenso continuado de aldea en aldea con principio de edema y que lo ha realizado en solitario.

Tras terminar de hablar veo que hay un panorama un tanto preocupante: Alberto solo en Namche, yo descendiendo casi de noche y el grupo restante supuestamente en Tyangboche, donde se habrán juntado los 10 del Kalla Pathar con los 4 del Imja Tse, además allí están los petates de los 16 integrantes.


Al mismo tiempo que la noche se echa encima cruzo el puente sobre el torrente, me queda que recuerde un pequeño llaneo ya por zona de bosque y el ascenso de 200 metros de desnivel hasta llegar a la loma del monasterio y los lodges de Tyangboche, unos 3 kilómetros lineales.

Tras introducirnos en la masa forestal de rododendro llegamos a Milinggo, una zona de lodge alternativos, allí me pregunta Nuru si tengo frontal, le comento que no y el me dice lo mismo que tampoco tiene, así que con el móvil va alumbrando algo que más bien es nada. Se nos une al grupo un viejo sherpa que le da por cantar y que nos acompaña por las cuestas empedradas a oscuras. Esto es un tanto extraño y pintoresco, al grupo solo le falta Dorothy para parecer "Mago de Oz", por cierto yo sería el hombre de hojalata por lo de las articulaciones oxidadas.

Al cabo de 15 minutos aparecen entre la oscuridad dos personas: se trata de Karma, el sherpa del grupo, con un amigo, ambos traen una linterna y un nuevo móvil para alumbrar. Me pregunta: How are you? y le contesto: very angry, esas fueron las únicas palabras que crucé con él durante el resto de subida al lodge.

Por fin entre árboles aparecen luces, ya estamos llegando a los lodges, por mi cabeza pasan supuestas conversaciones, preguntas y respuestas posibles sobre la decisión del resto del grupo de marchar de Dingboche una jornada antes de lo establecido por el calendario. Pero todas esas fabulaciones son cortadas bruscamente cuando comienzo a oír cada vez con mayor intensidad, los cánticos de ¡qué viva España! desde el interior de nuestro lodge.

Sufro un colapso mental porque no entiendo muchas cosas que están ocurriendo, no sé como actuar, si entrar o no entrar, pedir explicaciones o no. Necesito unos minutos de reflexión que encuentro entre unos pinos en la oscuridad, las estrellas brillan fuertemente y la ética y moral se la lleva el mismo viento que agita las banderas de oración del lugar sagrado...

25 de Octubre: Tyangboche 3860 - Namche 3450.

Amaneció otro día radiante sin nubes en el Himalaya, nuestro destino es Namche Bazar de nuevo, pero las vistas desde la pradera de Tyangboche bien merecen unas últimas fotos de los colosos; Everest, Lhotse y Ama Dablam.

El grupo en general se encuentra bien, tan sólo algunas gargantas están magulladas por el viento frío que corre en las alturas, las caras son de cansancio, pero cansancio satisfecho por como han ido las cosas por arriba.


Estamos deseando bajar ya a Namche, la comodidad de la capital sherpa y sobre todo una ducha son necesidades primarias ahora mismo. Así que emprendemos el camino valle abajo.


 Tras algunas fotos nos introducimos en la masa forestal de rododendro perdiendo altura con rapidez hacia el Oeste en busca del fondo del barranco y el Puente tibetano de Punki Tenga. Son 550 metros de desnivel negativo en poca distancia que salvamos con rapidez en poco más de una hora. Tras atravesar el puente tibetano realizamos una primera parada a tomar un té y poco después reiniciamos la marcha en un duro ascenso de los últimos de todo el trekk.

Se ve que vamos bien, con la pierna dura ya que el grupo sube a ritmo e incluso los sherpas nos tienen que parar en varias ocasiones para ir más lentos. Para salir del barranco de Dudh Koshi ascendemos unos 250 metros que nos sitúan en la senda principal del valle, que va laderando en la cota 3600 la parte derecha del barranco.


Realizamos alguna parada de descanso en el camino donde admiramos a los porteadores con sus pesos y cargas imposibles.


Atrás van quedando grandes picos que nunca podremos borrar de nuestras retinas.


Nos queda una sola hora para llegar a Namche, las nubes han hecho acto de aparición sobre las montañas, de forma evolutiva, pero no nos asustan, tenemos todo el trabajo casi hecho y la ducha nos espera pronto, también pensamos que nuestro compañero Alberto, pero nos enteramos que ha descendido a Lukla, por lo que el reencuentro de todo el grupo se hará esperar una jornada más.


Nos encontramos con los primeros huertos de Namche, la población está cerca y lo que a la subida parecía un poblado, ahora nos parece una gran ciudad. Se nota la temperatura, incluso hace calor a esta altitud.


Por fin aparece ante nuestros ojos, la población asentada en un anfiteatro. Con ganas el grupo se desboca y se parte, cada uno tira por una calle de Namche para llegar al lodge tras 4 horas y 40 minutos desde Tyangboche.



La ducha es prioridad, pero el modo de organizarnos crea polémica, así que realizamos un sorteo para que tras la comida nos duchemos todos a lo largo de la tarde. Comemos de lo lindo como durante todo el trekk, esta vez unas patatas fritas y cocidas al final de la comida hacen las delicias del grupo, y un café con leche me termina de asentar el cuerpo.
Tras el tardío lunch, iniciamos el ciclo de duchas, así que conociendo la posición, unos turismo-compras-ducha y otros ducha-compras-turismo.

La locura de las compras en Namche Bazar merece un capítulo a parte, entre regalos, cosas baratas y prendas falsas a bajo precio, copamos las tiendas principales del pueblo. Y los regateos, cambio de rupias, pruebas, préstamos de dinero y etc.. nos llevaron a las 19:30 hora de la cena, en donde los últimos llegaron tarde incluso, embaucados por sus últimos chollos.


26 de Octubre: Namche 3450 - Lukla 2850.

Otra noche fantástica hemos pasado, ahora el dormir ya fluye como el comer o como el caminar, tenemos perfectamente automatizados todos los mecanismos y el cuerpo pide descansar.

No madrugamos mucho a pesar de saber que la jornada va a ser larga, es la última de marcha y por ello hay que disfrutarla al máximo. Bajamos todos los petates a la puerta por última vez, los sherpas se encargan de cargar los yaks mientras nosotros desayunamos, maldita rutina.


Salimos del lodge en dirección a Lukla, pero antes queremos atravesar todo Namche para grabar los últimos recuerdos del magnífico poblado, salimos por la parte opuesta. Los niños nos salen a despedir; "namasté", y comenzamos a descender dejando atrás las últimas casas, el pueblo sherpa nos ha dejado huella.

Nos introducimos en la zona de pinar, situado por debajo de los 3.300 metros, las aldeas desaparecen y perdemos altura hasta la confluencia de barrancos Dudh y Bhote, 500 metros de desnivel que nos dejan en el fondo del grandioso barranco.


Tras un par de horas de marcha volvemos al poblado de Jorsale a comer, fue donde comimos de subida y repetimos, desde su terraza se ve parte del valle y alguno de sus puentes tibetanos.
El sol está apretando, nos embadurnamos de crema y emprendemos de nuevo el camino. Están subiendo bastantes trekks, así lo atestiguan las numerosas caravanas de yaks con las que nos cruzamos.


Cruzamos varios puentes tibetanos más y tras un buen repecho salimos del Parque Nacional de Sagarmatha, el cielo está un tanto encapotado por momentos y el camino más bien mantiene la altura por el valle en lugar de perderla.

Llegamos a Packding, mitad de camino y aún nos queda una buena caminata hasta Lukla, para ser el último día se me hace la jornada más pesada, pasamos por numerosos poblados que tienen bastantes cambios de pendientes, hacia arriba, abajo, curvas y demás obstáculos que hacen que el camino se haga un tanto pesado por momentos.


Llevamos ya 8 horas de marcha y parece que Lukla nunca llega, además la falta de sol hace que incluso nos tengamos que abrigar algo. En una última parada en un pequeño establecimiento nos reagrupamos, unas chocolatinas y un trago de agua, ¡ya está ahí mismo!, el último esfuerzo.

30 minutos más tarde estábamos cruzando un pequeño pórtico que da entrada al poblado de Lukla, allí nos esperaba Alberto, en buen estado aparente.
Nos dirigimos al mismo lodge, que donde comimos en la ida, tiene un pub en los bajos y además hay gente tomándola. El grupo decide salir a comprar algo mientras comienza a llover, yo me ducho con agua fría y al final acabamos donde era inevitable; en el pub. Everest por aquí, Everest por allá. Hasta que nos subimos a cenar.



Perdí la cuenta de las Everest que nos tomamos y no voy a contar todo lo que ocurrió aquella tarde-noche porque fue un tanto largo y turbio, pero seguro que dueños, sherpas, camareros y gente de la zona tardará en olvidarlo, al igual que nosotros.


27 de Octubre: Suspensión vuelo Lukla-Kathmandú.

Dormimos apenas 3 horas, y es que la noche fue muy larga, el despertar fue generalizado en aquella ala del lodge, los compañeros a sabiendas de que podía haber algún despistado dormilón, aporrearon todas las puertas y esto tuvo su efecto, ya que estábamos casi-puntuales en el comedor para desayunar.

Tomábamos una de las primeras avionetas, así que había que estar muy pronto en el destartalado aeropuerto, cada uno cogió su petate al hombro y nos dirigimos con todo el peso camino del mismo del cual nos separaban unos 500 metros un tanto largos, tan lastrados.



Al llegar allí había un par de grupos por lo tanto en la tercera avioneta volaríamos supuestamente, el cielo estaba cubierto pero las primeras avionetas salieron en condiciones, tras embarcar y pesar nuestros petates nos dieron un ticket con numeración y se las llevaron hacia la avioneta, mientras tanto nosotros pasamos por unos escaner, bajamos a otra sala y de seguido caminamos para montarnos en la avioneta. Arrancamos motores y nos perfilamos en la recta de despegue sin tener ni idea de lo que iba a ocurrir a continuación.



A punto de despegar el piloto recibió y dio indicaciones por la emisora y con las mismas volvió a girar para dirigirse al lugar donde habíamos embarcado en el avión. Paró los motores y nos hicieron bajar de la avioneta, alegando mala meteorología.

De nuevo en la sala de espera inferior, pasó una primera hora y una segunda, el personal ya se relajó y pasamos la jornada sin mayores cambios mientras veíamos por la tarde como incluso caía algo de lluvia.

Fueron otras 10 horas de jornada aeroportuaria, hasta las 5 de la tarde donde vino un representante de Thanserku y nos dio las indicaciones pertinentes para que nos dirigiéramos nuevamente al lodge donde habíamos dormido la noche anterior.

Menudo plan!, nos pusimos en contacto con nuestro enlace español de la agencia y nos comunicó que si mañana nos salíamos en la primera avioneta nos pondría un helicóptero para sacarnos de Lukla y no perder el vuelo internacional, que salía esa misma tarde.

Con todo en el aire, media vuelta y a pasar la tarde-noche en el poblado, disfrutando los últimos momentos de la etnia sherpa.

Los malos presagios revoloteaban nuevamente sobre el grupo, durante el trekking la meteorología había sido perfecta pero antes y después la cosa estaba realmente revuelta, la meteorología para el día siguiente la verdad que no era muy buena, daban chubascos por el medio día y tarde y algo más estable a primera hora, pero aquí ya se sabe con cuatro nubes y como vuelan a vista sin aparatos gps, no se la juegan, y bien que hacen.

28 de Octubre: vuelo Lukla- Kathmandú- Qatar.

Esta vez la toca de diana era aún antes, queríamos estar los primeros en el aeropuerto, así que a las 4 arriba.

Tras el desayuno todos hacia el aeropuerto, esta vez no había que llevar los petates ya que se habían quedado en el maletero de la avioneta, llegamos allí los primeros Juankar y yo, abrimos la puerta de la verja y entramos en las instalaciones, aún no estaba ni encendida la luz, así que esta vez primeros de verdad.

Comenzaron a llegar el resto de compañeros y otros grupos, directamente nos bajaron a la sala de abajo, hoy si que estaba peor el cielo, las nubes habían bajado algo y yo ciertamente tenía esperanzas 0.

Pero aquí no hay nada lógico y nos embarcaron nuevamente en la avioneta. Arrancaron motores y nos enfilamos en la pista, hasta que salimos volando valle abajo. ¡por fin!. Había una pequeña capa de nubes pero después había bastantes claros, podíamos ver montañas nevadas hacia ambos lados, aquello podría ser el Cho Oyu, aquello de más lejos los Annapurna y alucinamos con las vistas, hasta que algunas turbulencias calmaron los ánimos y nos hicieron callar un poco.


Planeamos hasta Kathmandú y con un aterrizaje perfecto llegamos a la gran urbe, había salido todo bien por hoy, incluso algunas mochilas que teníamos en la siguiente avioneta llegaron poco después, así todos contentos nos dirigimos hacia el hotel donde habíamos estado en nuestra estancia en Kathmandú con el fin de recoger nuestras pertenencias que dejamos los primeros días.

Además muy amablemente nos dejaron los servicios de la piscina para poder ducharnos y cambiarnos cómodamente de ropa.

Hicimos varios grupos para perdernos unas horas por el Thamel y realizar las últimas compras, disponíamos de unas 3-4 horas para volver al hotel y dirigirnos al aeropuerto internacional para volar rumbo a Europa.


Nos despedimos del barrio más ajetreado de Kathmandú, la verdad que no habíamos podido hacer turismo por la capital, pero otra vez será y terminamos de fundirnos las últimas rupias en una agradable comida en un bonito establecimiento ajardinado y un tanto europeizado y después pasear hasta el hotel a la hora indicada.



En un autobús nos llevaron al aeropuerto, allí realizamos los trámites y nos metimos en varias salas a descansar, coincidimos con otros grupos europeos de trekk que nos informaron sobre el mal tiempo de la quincena en la zona del Annapurna. Posteriormente con un poco de retraso nos pusimos en marcha hacia Qatar donde llegamos unas cuantas horas después y donde pasamos la noche nuevamente en el mismo rincón que hace unos 15 días.


Unas cuantas dormitadas, un café y un bollito para el cuerpo y esta vez sí más puntuales salimos para España para poner fin a la aventura de nuestra primera experiencia en el Himalaya.

A buen seguro, que a algunos de nosotros este viaje no se nos va a olvidar fácilmente, para otros será el viaje de su vida y para algunos más será el primero de otros a la "gran cordillera".