jueves, 31 de diciembre de 2015

Puente de los Poyos, Vía UBSA

INTRO
Se sabe o da por hecho que la gente que se dedica a la escalada o montaña en general de una forma más apasionada, tienen unos valores vitales un tanto "atrofiados".
Sí, no somos muy consumistas, ni muy materiales, nos gusta dormir por ahí tirados en hoteles de mil estrellas y disfrutar con los atardeceres en lugar de ver conciertos de violonchelos en Madrid centro.
La gente ve con ojos desorbitados que no pasemos cenas de nochebuenas, nocheviejas, reyes e incluso cumpleaños propios con la familia, pero es que "semos asín".

El calendario lo inventaron los romanos cuando en la tierra las montañas ya llevaban muchos millones de años formándola, y eso por no entrar a hablar de temas religiosos; eucaristías, epifanías y nacimientos varios.

Bueno, al grano.
Las fechas del calendario del 2015 habían pasado con lentitud, las vacaciones las había disfrutado pronto, más concretamente en Enero para irme a Patagonia y el año se había hecho pesado y duro. Durante los últimos meses me andaba moviendo con lentitud y veía como el final del año no llegaba, al igual que ciertas placas de adherencia de la pedriza donde ves que la próxima chapa aún queda lejos.

Las nieves no acababan de llegar a la península y a pesar de ello los días estaban siendo más otoñales que invernales. Con estas características y moviéndonos entre festividades cerramos el calendario con la dignidad propia de un montañero de ideales. ¿Y si salimos el último día del año a la pedriza? Objetivo: Puente de los Poyos en artificial.

El Puente de los Poyos había aparecido en mi vida como la chica nueva de la oficina. Había oído hablar de él, lo había visto en fotos pero me reservaba tal fecha como bala en la recámara de aquel típico día sin ideas.
Un par de meses antes, nos acercamos a contemplarlo y aluciné con tal monumento de granito, posiblemente el mejor tesoro escondido de la Pedriza. Entonces aquella chica nueva me enamoró y en "la última fecha" nos propusimos su realización completa.

Para tales quehaceres llamé al Rambo a sabiendas de sus artes artificiales, y además vinieron Gayu y Abel de acompañantes, para dar sus primeras clases de Ae, con pocos medios y muchos enteros.

El día de antes cuando me senté a ver las características del itinerario, sólo me preocupaba una cosa: las 2 horas que me tendría que quedar colgando de la reunión intermedia sin moverme, así que me fabriqué una guíndola casera con un trozo de troquel roto y unos cordinos.

Arreando que es gerundio.
Llegó la fecha y el día otoñal era el nuestro, en el aparcamiento de Canto Cochino junto a otros pocos coches nos abrigamos de los 4ºC existentes. Había llovido esa misma noche, todo estaba mojado y una densa niebla poblaba desde las copas de los pinos  hasta las paredes de granito de los riscos.

A las 9:30 de la mañana partimos por la conocida "autopista" camino de las cercanías del Giner de los Ríos, allí y antes de cruzar el puente del Arroyo de la Majadilla en la zona conocida como el Llano Peluca, giramos a la izquierda para subir ahora paralelos al Arroyo de los Poyos por el itinerario balizado como P.R.2, con marcas blancas y amarillas. A la derecha entre la niebla el Risco del Pájaro a veces nos enseñaba su cabeza y otras lo teníamos que intuir.

Nos fuimos adentrando en el corazón de la Pedriza con tranquilidad, era un día de duendes y llegamos a 4 caminos, otro lugar importante y señalado. Tomamos el camino de la izquierda rumbo al Oeste y comenzamos a ver algo bastante feo; decenas de árboles talados que aunque posiblemente recomendados por ingenieros y organizados como talas controladas, verdaderamente yo lo llamaría contaminación visual.


Continuamos camino arriba hasta llegar a otro punto característico que habían derruido los personajes de las talas. Se trata del desvío del camino que lleva al Puente de los Poyos, allí hace unos días y desde hace ya años había un hito de piedras formando un puente en referencia al propio Puente de los Poyos, pues bien se lo habían llevado por delante.


Tomamos el desvío del Puente de los Poyos a la derecha y caminando entre la niebla observamos algo raro entre los árboles. Más perplejos nos quedamos al observar que toda la maquinaria empleada para las podas controladas descansaba un día festivo como hoy.


Pronto nos quitamos de la cabeza el tormentoso camino "desnaturalizado" y tras una fuerte a la vez que corta senda, entre bloques y robles llegamos al monumento natural llamado el Puente de los Poyos.
Por muchas veces que puedas observar el lugar, nunca te deja indiferente y la primera visión es alucinante.

Nos organizamos para comenzar. Montaríamos dos cordadas independientes y lo realizaríamos en dos largos, aunque en uno con cuerda de 70 también es posible hacerlo. En una Rambo y yo y en la otra Gayu y Rambo, que usarían parte de nuestro material.

VÍA A REALIZAR
La morfología de la Vía UBSA es bien sencilla; en un primer largo se recorre la parte inicial del puente, zona vertical que poco a poco va cogiendo inclinación tumbada, hasta el punto de llegar a un corto techo donde se realizan uno o dos pasos en A1, unos alien son recomendables. Dichos seguros flotantes te acercan lo suficiente para llegar a los dos parabolt de la reunión totalmente colgada.
El segundo de los largos recorre totalmente el techo tumbado para llegar a una instalación desde donde se rapela o eres descolgado por el compañero asegurador.

MATERIAL
El material necesario es una cuerda simple, una veintena de cintas express y los dos o tres seguros medianos (semáforo de alien).

Con estas características me tocaba salir a mí primero.
Mis sensaciones con los estribos son variopintas, me gusta, la verdad que me agrada ir progresando por terreno imposible con otro método, pero sólo para un rato, cuando el arnés se te empieza a clavar las ganas se van como la bruma mañanera.


En este caso comencé bien, las dos tres primeras chapas son para hacerse uno con la dinámica, pim, pam, pum, como diría Rambo.


En cuanto coges la dinámica la progresión se hace incluso rápida.
De reojo miraba hacia la Pedriza anterior donde la niebla la cubría por completo y en contadas ocasiones asomaba sobre esta la silueta inconfundible del pájaro, un lujo de día para esta práctica.

Durante el inicio la pared te sirve como apoyo principal, ésta se va inclinando cada vez más pero siempre te da tregua para tener ese apoyo para estirarte hacia la siguiente chapa, así hasta un punto donde ésta se inclina un poco más.


Alguna chapa aleja un poco más pero estirándote se llega a la siguiente.


Tras algo menos de una veintena de chapas, se llega al inicio del techo; dos chapas, la segunda de ellas "no apta para bajos" te hacen comenzar a saber lo que es aquello de la gravedad y dar alguna vuelta sobre si mismo, eso sí con vistas privilegiadas.


Tras las dos chapas viene la reunión, pero claro es para tíos de dos metros, para los humanos tenemos que ayudarnos del A1 y meter un par de alien en una fisura mojada pero que aguanta tu propio peso a la perfección. La autoprotección le da un puntillo extra a la vía, desde el segundo ya es posible llegar a la reunión equipada con dos parabolt con argolla y que esperaba que fuera algo más cómoda.

Ni hablar, colgado del arnés literalmente. Pero para eso me traje mi guíndola de fabricación casera. Las operaciones son lentas en altura cuando cuelgas y metódicamente fui preparándome mi nicho a la espera de mi compañero.

La guíndola no me mejoraba mucho la posición, el arnés por lo menos no se me clavaba en la pierna, pero los riñones los tenía ya calientes de tanto tirar de abdomen, aunque para eso inventé una improvisaba hamaca de altura y me coloqué el estribo rodeando la espalda y con un apoyo perfecto poder asegurar la progresión de mi compañero Rambo.

Así que cuando me quise dar cuenta, mi compañero ya estaba manos a la obra y devorando chapas hacia mí.


Es una tarea laboriosa esto del artificial, te va mermando poco a poco y si el peligro es prácticamente nulo, el fondo físico es básico para aguantar colgado las horas correspondientes a la escalada de tu compañero.
En total Rambo tardó casi una hora en llegar a mi posición, poco menos de lo que había tardado yo en llegar arriba, y ahora nos encontrábamos en la propia reunión los dos juntos.


Aquí hay que dejar el pudor de lado y como buenos hermanos colocarnos y adecuarnos para que Rambo saliera de primero en esta ocasión, por el techo del segundo largo.

La verdad que Rambo había cogido la dinámica perfectamente y se iba alejando de mi, chapa tras chapa, ayudándose con el pie de los spitz de la antigua instalación, y haciendo algunos pasos situados verdaderamente lejos en máxima extensión.



Así fue una tras otra poniendo todas las cintas express correspondientes y recorriendo el techo en su totalidad. Unas 15 express ante mi atenta mirada y mientras también iniciaron nuestros compañeros la escalada por el primer largo.



Nos coordinamos perfectamente, en cuanto Rambo llegó a la reunión colgada le bajé y a la vez estaba llegando Gayu a mi posición, por lo que tras adecentarme, desmonté y comencé a realizar el mismo itinerario que Rambo.


Durante el techo la progresión es diferente y más si vas de segundo, ahora el mayor problema no es llegar a poner la express en el siguiente seguro, sino colgarte de ambos seguros y quitar tu cabo de anclaje de la chapa anterior. Como todo tiene su técnica y durante el recorrido fui perfeccionándola para llegar en las mejores condiciones posibles al final del largo.



Tras unos 40 minutos llegué a la reunión, la desmonté y Rambo me bajó hasta el suelo rocoso.
El regusto de dejar de sufrir el arnés es casi superior al de realizar la vía. Mis compañeros como chorizos en la reunión bien merecían una foto y aproveché a comer algo mientras ellos se decidían a salir por el segundo largo.

Después disfruté con la maravillosa visión de alguien colgado de aquellos parabolt y "freí" a fotos a mis compañeros, desde allí, desde acá. Todas ellas con resultados mas que positivos.



La verdad es que se nos hizo tarde, verdaderamente tarde, cuando nos quisimos dar cuenta eran las 17:30 y nosotros aún en el Puente de los Poyos, había que bajar y nos quedaba poco más de una hora de luz, por no hablar del horario de la cena de nochevieja.


Comenzamos el descenso por el itinerario de la ida y con las últimas luces del día, aún nos cruzamos con el guarda del Refugio Giner de los Ríos que subía a montar la cena de nochevieja con variopintos clientes.

Realizamos nuestra particular San Silvestre de bajada y llegamos al aparcamiento de Canto Cochino a las 19 horas, así que cogimos "carretera y manta" que la cena nos la hemos ganado.





martes, 29 de diciembre de 2015

Anuario 2015 pelegrinajes

Durante este año 2015 la actividad ha sido frenética.



La expedición patagónica hizo de base, el viejo proyecto de la Salenques nos mantuvo en forma hasta el verano y se cruzó con los cimientos de la carrera hacia los 3.000 les del Pirineo.

Pinchamos hielo como entrenamiento para objetivos futuros y otros comunes. Escalamos vías míticas que teníamos idealizadas y que terminaban con todos los picos de Gredos. Todo ello aderezado con escaladitas de andar por casa y actividades de menos entidad.



Durante el 2016 esperemos que el ritmo no decaiga y la montaña nos depare salud......... sobre todo mental.













domingo, 27 de diciembre de 2015

Vía Peñalara u Oeste al Pájaro (6c o 6a/A0, 130mts.)

Desde que hice hace ya un par de años la Este del Pájaro en mi mente estaba el completar la trilogía del Pájaro, es decir, la Sur, la Este y ahora la Oeste.
Había hablado bastante con mi amigo "Rambo" sobre la vía y me decía que estábamos preparados para ella, ya que el paso duro se sacaba acerando por chapas si era necesario, el resto era disfrutar de una zona espectacular con ambiente y variada en cuanto a terreno de escalada.


La fecha llegó en el marco de un invierno en el que la nieve se hacía de rogar y estirábamos las escaladas como únicas explosiones de adrenalina a pesar del frío.
En plena navidad entre noche buena y noche vieja, un domingo colgado en el calendario me puse en contacto con Gayu y le hice la propuesta, no lo dudó mucho y el día elegido, el 27 de Diciembre estábamos en Canto Cochino a las 9:30 de la mañana con 2ºC.

El día en la pedriza era un tanto apagado; en el aparcamiento no había apenas gente, una fina capa de nubes cubría todo el cielo y sólo los primeros rayos del sol hacia la Pedriza Posterior nos daban una pizca de sal a la fría jornada.


Partimos del aparcamiento cruzando el Río Manzanares y cogiendo la clásica "Autopista" de la Pedriza, íbamos charlando y el camino se nos hacía ameno, desde las cercanías del Refugio Giner de los Ríos, podíamos ver el Pájaro en toda su expresión, nos aseguramos bien que no estuviera mojada la vía y tras hacer algunas fotos continuamos tomando el desvío hacia las Torres o Cuatro Caminos. Camino que pronto abandonaríamos pero que de primeras nos hacía sudar un poco en sus primeras rampas.

trazado aproximado del itinerario

Cuando la senda del PR.M2 mantenía altura, llegaba la hora de dejar el camino hacia la derecha, unos hitos y una senda que cruza el Arroyo de los Poyos eran la señal.

Tras atravesar el arroyo ganamos altura entre jaras, brezos y encinas y ya no abandonaríamos esta dinámica hasta casi la base del propio risco. Aquí el camino no sube tan claro, pero por un lado o por otro al final todos los caminos te llevarán al pie del paredón.

En 1 hora exacta estábamos en la base, ahora teníamos que ascender hacia la izquierda bordeando los pies de vía de algunas vías de deportiva de adherencia de apretar, abiertas por los UBSA y compañía.

Íbamos dándole la vuelta al Risco del Pájaro, ante nuestros ojos iban apareciendo fisuras que reconocíamos como "nuestras" para la jornada y en cuanto nos quisimos dar cuenta estábamos bajo las encinas características colgadas de las terrazas de la Oeste. Hacia ellas tendríamos que llegar pero para ello y por no quemarnos mucho escalando en adherencia, preferimos subir caminando por la izquierda y coger las terrazas de IIIº con el fin de llegar al inicio de la escalada.



En 1 hora y 30 minutos estábamos en la segunda encina. Es el lugar de inicio de la escalada y para llegar allí, lo hicimos por una terraza algo aérea que nos permitió no usar las cuerdas, aunque si hubiéramos velado por la seguridad deberían ir desplegadas y cuanto menos en ensamble.

La verdad que desde ese punto no se veía mucho de la vía, más bien no se veía nada, tan sólo se intuía que se dirige a derechas hacia una chapa que se observaba más allá, el resto sorpresa!!

El sol ya estaba calentando las Torres de Pedriza mientras nos repartimos el material y desplegamos toda la cuerda, es tarea minuciosa, pero forma parte del protocolo de concentración de inicio de una escalada.


El material que empleamos era el básico; dos cuerdas dobles de 60, juego de friends hasta el nº4, fisureros, 10 cintas express y el resto lo de siempre (5 mosquetones, 3 cintas y material de seguro)

La vía no requiere un equipamiento especial, sólo un nº4 para el tercer largo y muchas ganas de disfrutar de una vía con historia, no en vano la abrieron en 1965 la cordada formada por César Pérez de Tudela, M.Ángel Herrero y Alfonso González.

La morfología del itinerario que vamos a realizar es espectacular, surca por la parte más accesible la Cara Oeste del Risco del Pájaro enlazando fisuras de las formas más variadas posibles. Y combinando estilos de escalada, tanto de protección, como de ascensión. En definitiva una 5 estrellas de la Pedriza y entre las esenciales de todo escalador.

Gayu es un tipo más deportivo, por ello el segundo largo iba ser para él, para mí el primero y el tercero de off-width una forma de arrastrarse que de verdad se adapta a mis condiciones físicas.

LARGO 1º, (Vº+, 20 metros):
Comencé en travesía a derechas la ascensión, el objetivo era superar un pequeño espolón descendente para situarnos bajo el diedro del segundo largo.




Tras la travesía la cosa se ponía vertical, hay buenas manos y una chapa alta te protege el paso, aunque ya se sabe la historia del arrancar.

Tras dudar me dí el paso y llegué a ver más allá del espolón, por una buena repisa progresé hasta una placa protegida con la segunda de las chapas. Ahí está el Vº+.
La placa no tiene nada de pies y la historia es cambiarse ese poco más de un metro hacia el otro lado donde ya si hay buenas manos, pero antes hay una buena dosis de musgo.

Un poquito de equilibrio y llegué al otro lado a un bloque apoyado en la pared y en el que me tuve que subir más bien por detrás ya que de frente es un poco raro. Encima del mismo se monta la reunión en dos argollas como soles.


LARGO 2º, (6c o 6a, 25 metros):
Llegó Gayu hasta la reunión con menos problemas que los míos, y tras cambiarnos los papeles y los cacharros tiró de primero.
Por delante una chimenea "molona". Primero hay un paso de bloque Vº+, y después van apareciendo manos y pies, pero es bastante vertical, también aparecen seguros fijos en forma de chapas, un par de ellas que te ayudan a confiar para pasar cuando has ganado la suficiente altura al panel de la derecha donde comienza la travesía.


iniciando la travesía a derechas (el plato fuerte)

El pasito a derechas donde hay que apretar un poco (6a), una vez en la famosa travesía las manos van siendo pequeñas y los pies van en adherencia. Paulatinamente van apareciendo chapas, y las manos empeoran, el largo te va asfixiando poco a poco hasta llegar a la última chapa. Allí hay una mano, si la mejor de todas para tomar aire antes del paso clave.
A la derecha una fisura que desciende y hay que pasarse a ella en equilibrio para salir, un 6c de posicionarse y después un 6b de seguido para salir por la fisura a la parte más noble donde está la siguiente chapa.
Duro, duro de pelar, Gayu lo intentó y voló en el 6c, yo lo intenté y sufrí la misma suerte. Aceré en la última chapa y en la siguiente para salir de la fisura y llegar a la cálida reunión equipada y situada bajo el maravilloso tercer largo.

visión de la travesía desde su salida. Pies nulos y manos regulares es la tónica

LARGO 3º, (Vº+, 35 metros):
Por delante tenía una ancha fisura preciosa. Las líneas regulares de esta pared tenían su eje en esta fisura más ancha en su inicio y que termina en forma de diedro.
Comencé la escalada metiendo parte del cuerpo por el interior, en esa ardua tarea de ir arrastrándose por el granito para ganar centímetro a centímetro.


En cuanto a protección entra el nº4 bastante arriba pero a esa altura hay un tornillo que con un fisurero estrangulé, para seguir hacia arriba.
La cosa se pone más fácil a la par que me iba encontrando vegetación, sólo es un terreno de transición para llegar al final de la fisura que se estrecha, ahora sí entra todo cacharro perfecto y se convierte en un bonito diedro que va a salir a una pequeña cueva con un ojal de salida.
Se puede salir por dentro o por fuera, yo preferí realizar un parto a los ojos de los buitres y hacerlo por el interior del ojal, con las apreturas pertinentes.
Tras salir están las dos chapas con argolla para montar la reunión.



LARGO 4º, (Vº+,40 metros):
Repetimos la operación y me dobló Gayu.
Se avista una fisura y a su izquierda unas ciertas bañeritas que llegan a una chapa. Por ahí mismo tiró Gayu, comenzó al abrigo de la fisura con su pie derecho pero después te tienes que salir a las bañeras y recibir el aire pedricero en el lomo. Tras proteger vuelta a la fisura para salir del paso en un acto de convicción y de arte.


Las dificultades de la vía decrecen desde ese punto, el aroma de la cumbre se comienza a respirar y una placa de adherencia te permite llegar a una zona con canalizos y fisuras para proteger, (eso es buena señal y quiere decir que ya estás montado en la silueta del pájaro).


Sólo es remar mediante buenas manos y pies y llegar al "cuello del pájaro" donde está instalada la reunión y donde es muy posible que te encuentres a más cordadas que hayan subido por el resto de la veintena de vías que convergen.

LARGO 5º, (IVº, 10 metros):
Este largo no tiene mucha historia.
Pedimos la vez en las cordadas que estaban listas para subir y cuando nos tocó, ascendimos por el filo del "pequeño espolón", un primer paso en adherencia y el resto es ir progresando como el la imagen evolutiva del mono al hombre.

Sólo queda disfrutar de uno de los puntos más bonitos de la pedriza y no tardar excesivo tiempo ya que posiblemente otras cordadas estén esperando su turno.


Mar de formas extrañas graníticas

Exprimimos nuestro turno, allí coincidimos con unos americanos venidos explícitamente a escalar en el Pájaro y en la Cabrera, charlando un rato con ellos. Desplegamos las cuerdas para realizar el rápel de la Cara Norte y por la "poliamida" descendimos al callejón norte, -¡bonito lugar por cierto!-.


Continuamos el callejón por sucesivos destrepes y tomamos la opción que nos llevó a la cara NW, ya que hay otro callejón que te lleva al NE, por los mayores estrechamientos destrepamos y llegamos a un pasito juguetón IIIº+,


que una vez superado nos dejó en la cara Oeste, junto a unos robles pelados de hojas, entre los que fuimos buscando el pie de vía, lugar de alojo de nuestras mochilas.

Eran las 14:30 y al contrario de lo que pensamos, aquello era una eclosión de escaladores, gente por todas las vias, de deportiva y de clásica. Gritos y más gritos: -reunión, pilla, que duro, dame, chupa,etc..-

Contentos, volvimos deshaciendo nuestros pasos de subida y a las 15:30 estábamos en Canto Cochino con 10º de temperatura y cerrando un año como es debido. ESCALANDO.






lunes, 7 de diciembre de 2015

La Maladeta, la hermana pequeña.

La actividad del domingo 6 sació nuestra apetencia de nieve. Pero estando en el Refugio de Renclusa había que hacer algo para el día siguiente aunque esa misma tarde-noche ya solo apeteciera descansar.
Entre los planes surgió la idea por parte de Jose de subir a la Maladeta, no lo había hecho antes y podía ser una buena alternativa para la jornada del lunes a pesar de que la meteorología podía cambiar por la tarde. Aunque cuando esto ocurriera ya deberíamos estar abajo en el valle en los coches.

Victor y Jacobo dejaron claro que tirarían hasta donde llegaran y que físicamente no sabían si iban a responder durante dos jornadas consecutivas, así que quedamos poner el despertador a las 7 e ir viendo sobre la marcha como evolucionábamos nosotros mismos y la meteorología.

El despertador sonó y salimos de nuestro letargo. Como suele ser habitual en el refugio había movimiento desde alguna hora antes, otros objetivos, como Aneto.
Desayunamos a nuestro ritmo y a las 8 tiramos hacia arriba por el itinerario bastante marcado por el paso de decenas de montañeros y con algo de nieve blanda más que pisoteada.

Esta vez el itinerario se dirigió mediante zetas por el Barranco de Renclusa, (cada año o temporada éste se traza por un lugar o mejor dicho por el lugar que le da la gana al primero que abre huella).


Poco a poco fuimos ganando altura por la ladera junto a otros grupos y observando como a Jacobo le costaba progresar, siempre quedándose un poco rezagado, aunque haciendo la goma le he visto subir algunas montañas de 4000, 5000 y 6000 metros. -¡Es muy duro el tío!-


El sol comenzó a dar a los picos fronterizos, mientras el termómetro marcaba -3º sobre los 2400 metros de altitud. Una temperatura buena para mantener un ritmo constante de ascensión. Además el cielo estaba completamente despejado por todas direcciones.

Una vez pasados los 2400 , el itinerario se desvió hacia la izquierda, en dirección a la banda rocosa negra que indica la presencia de ambos portillones y además señaliza el punto clave del desvío del Portillón Superior cuando ésta termina. Ahora sí transcurría por el itinerario más habitual.

Las rampas aminoraron en cuanto a desnivel y hacia arriba ya se podía ver la puntita de la Maladeta aún en umbría como todo el circo que forma y que defiende el glaciar.

Tras la segunda hora de marcha llegamos a los 2800 metros de altitud, el itinerario hacia el Aneto pronto se desviaba hacia el Portillón Superior y nosotros sólo teníamos que continuar hacia el sur rumbo a la plataforma Glaciar de Maladeta. Realizamos una parada junto a una roca y Jacobo llegó bastante tarde, unos 10 minutos después, nos pidió algo de comida y descansó unos minutos.
Venía realmente tocado.

Continuamos, parte de la huella que seguíamos se desviaba hacia el portillón y nosotros comenzamos a ganar las primeras morrenas rocosas del glaciar recubiertas por nieve.


Jacobo que ya se había quedado rezagado nos gritó que se daba la vuelta y quedamos con él en el refugio horas más tarde.
Sobre los 2950 metros había dicho basta, cuando ya nos comenzábamos a subir en el glaciar.

Por las rampas nevadas seguimos rumbo a la Maladeta, las nubes desde la vertiente Sur comenzaban a entrar por toda la cuerda y por delante observábamos a un grupo numeroso que se adentraban en el corredor que da acceso a la cresta.


Nos montamos en el glaciar y la rampa se hizo homogénea, el viento soplaba levemente de sur, y la nieve blanda nos impedía progresar todo lo cómodo que esperábamos. Además la umbría del glaciar no tenía pinta que nos fuera a mostrar el sol durante muchas horas más tarde, e incluso si el marrón meteorológico había llegado, la cosa se presentaba un tanto negra.


3 horas y 15 minutos tardamos en llegar a la rimaya que defiende el corredor (3200mts.), allí hicimos una parada y observamos la hilera de gente que subía hacia arriba. Además más gente venía por detrás por lo que no nos convenía esperar mucho antes de iniciar la subida final.


Tras la breve parada nos metimos "a la fila de la carnicería" y comenzamos a ascender el corredor, esta vez mucho más dócil que en otras ocasiones. La nieve blanda y el paso de las personas había creado cómodos escalones por donde subir los 60 - 70 metros de corredor a 40º.



No tardamos mucho en llegar arriba a la cresta donde unos 30 Km/h de viento de Sur nos estaban esperando, además de una densa niebla.

Sólo nos faltaba coger dirección Este y recorrer los 80 metros de desnivel que nos separaban hasta cumbre, que se hacen un tanto largos y más aún si la meteorología no acompaña.

Entre la niebla y el viento se notaba un ambiente agitado, montañeros subían y bajaban un poco despistados. Algunos nos preguntaron si habíamos visto a otra persona y los grupos se subdividían como células. Entre subir y bajar de personas llegamos a cumbre, tardamos 3 horas 40 minutos desde Renclusa y a pesar de no hacer un gran día nos escondimos entre unas piedras para reponer energías y descansar unos instantes antes de hacer la foto oficial.


Una instantánea de cumbre y comenzamos a descender hacia el corredor de nuevo, no tardamos mucho en el descenso y pronto comenzamos a destrepar la parte más empinada saliendo de la zona expuesta al viento y observando como todo el cielo en el valle se había encapotado y es que ya lo decían en las previsiones, -"el lunes entran lluvias"-


Tras pasar la rimaya vimos que estaba algo abierta y la nieve blanda por lo que podía ser un posible peligro (de echo en el refugio y más tarde nos confirmaron que se había abierto, cayendo alguna persona dentro sin mayores consecuencias), paramos en el glaciar y tras observar la magnífica visión sobre los picos fronterizos iniciamos un rápido descenso.


Digo rápido porque la nieve estaba ideal para perder altura, lo suficientemente blanda como para no forzar las rodillas y no ralentizar el paso en exceso, de hecho tan sólo tardamos una hora en perder los 1000 metros de desnivel desde la rimaya al Refugio de Renclusa.

A las 13:30 estábamos en el refugio junto a Jacobo, allí nos lo tomamos con tranquilidad; descansamos, nos hidratamos y rehicimos la mochila con todo el material que teníamos para estar listos a las 15 horas.

Nos asomamos a la puerta del refugio, el día había empeorado, tampoco era una fatalidad aquello, habían crecido nubes sobre la mayoría de las cotas pero la jornada tenía pinta de aguantar sin lluvia hasta bastante tarde, por lo que decidimos bajar por el Barranco de Renclusa al valle principal de Benasque.


Al igual que durante toda la jornada el sol no hizo acto de presencia, comenzamos a descender entre los pinos negros rumbo al norte en busca del valle, siguiendo a veces rastro de pisadas y otras rastros de esquis. En poco más de media hora estábamos cruzando el Río Esera tapado por la nieve parcialmente y llegando a las mesas de la Besurta. Ni siquiera paramos y es que "los lujos" de la civilización nos tiraban más que cualquier paraje natural por bello que fuera.

Tomamos las pistas de esquí de fondo de Llanos del Hospital, ya echábamos de menos un manto uniforme y duro y nos dirigimos valle abajo por el curso del Esera, bueno ya se sabe la pista da unas cuantas vueltas pero todas ellas eran buenas si podíamos pisar "terreno duro".

De esta manera fuimos recorriendo el valle y entre pinos llegamos a las instalaciones del Hospital de Benasque en poco más de 1 hora y 30 minutos desde Renclusa, desde allí sólo nos faltaba salir a la ca rretera de asfalto y recorrer el casi kilómetro de itinerario por terreno artificial entre el paso de vehículos de alta gama.


No eran ni las 17 y estábamos ya en el coche, nos cambiamos toda la ropa sudada y la primera necesidad era darnos una ducha, pero..... a donde vamos?
Propuse la idea de dirigirnos a turismo de Benasque y eso hicimos, allí nos dieron varios folletos y teléfonos de todos los alojamientos del valle y escrupulosamente de más barato a más caro fuimos recibiendo constantes negativas en cuanto a nuestra pernocta.
Primero los 4 albergues del valle, desde el de la federación de montaña hasta los más alejados por Castejón de Sos, todos ellos con igual respuesta; completo.
Luego optamos por pensiones, hostales, hoteles y poco a poco no pudimos encontrar nada por menos de 70 euros la doble, algo demasiado alto para nuestros desnutridos bolsillos.

La opción apartamento no nos pareció mal; entramos a Linsoles a preguntar y todo muy caro, ya se sabe temporada alta y puente de esquí.....

Al fin encontramos algo decente, caímos en Castejón de Sos, un apartamento para cuatro personas por algo menos de 120 euros, sí algo caro, pero por lo menos podíamos desayunar allí mismo y hacer algo de vida en el interior. Hotel Plaza se llamaba.

El apartamento era de lujo, todo decorado al estilo navideño americano y el interior de alucine, tres plantas, repartidas en salón, una habitación y la segunda habitación.

Después de tanto buscar mereció la pena, aunque el ahorro no fue muy grande ya que lo invertimos en la cena y la postcena en el pub de la esquina.....

Y al día siguiente hace una ferrata?

Track en wikiloc, pincha aquí.