sábado, 23 de enero de 2016

Norte clásica invernal al Pico Almanzor (WI3, 135mts.).

Hacía fresco en la habitación del refugio, levanté la cabeza entre las mantas que usaba como abrigo, habían llegado personas bastante tarde y alborotado un poco, también teníamos un "oso roncador" no muy lejos de nuestras literas.

Nos levantamos los primeros y bajamos al comedor aún a oscuras. Salimos fuera para la meada matinal, la luna llena iluminaba todo el circo y la temperatura era elevada, 3ºC en el termómetro, aunque parecía algo endurecida la capa superior. 

Desayunamos y nos preparamos en la zona de las taquillas mientras la gente ya empezaba a desperezarse para sus desayunos. Salimos por la zona estrecha del embudo que se forma en el refugio y una vez ataviados partimos por el mismo camino de huellas de la jornada anterior con los frontales encendidos y rumbo a la Hoya Antón.


A pesar de la temperatura elevada para estas fechas, la nieve aún se encontraba dura, bien compactada de las lluvias de días anteriores y la progresión era cómoda y perfecta.

Pronto nos presentamos en la Hoya Antón bajo los resaltes N y E, y cambiamos de rumbo hacia la Portilla Bermeja, donde la pendiente sube en inclinación. En el cielo nubes altas.

Superamos la canal mediante el trazo de zetas amplias y llegamos al pequeño llano que forma la base del Sagrao, desde allí salen interesantes vías en mixto. Pero nuestro interés se mostraba al otro lado, en el lado derecho.

Nuevamente la pendiente se acentuó y con bastante peligro comenzaron a caer "proyectiles helados" procedentes de la Portilla del Crampón, pero no uno aislado, sino que una lluvia más bien constante.


Debido al evidente peligro, subimos con rapidez los primeros metros y con la vista puesta en todo momento hacia arriba para esquivar los trozos de hielo. En cuanto pudimos no salimos de la canal por la derecha y comenzamos a rodear la base del Almanzor hacia el Diedro Esteras por terreno bastante helado en donde los crampones mordían lo justo el hielo.

Espolón de los López y Canal Este.
Fuimos dejando a mano izquierda; el Espolón de los López, la Canal Este y llegamos a la vertical del Diedro Esteras. Nos paramos visualizamos y valoramos; a realidad es que se encontraba escaso de nieve como toda la sierra, hasta su base se podía subir perfectamente pero la pared central que forma el diedro y punto más álgido albergaba poco hielo.
Desconocíamos si había hueco para emplazar protecciones en roca, ya que Juanjo cuando lo hizo un par de años atrás protegió totalmente en hielo, así que lo descartamos y tiramos hacia la Norte, situada un poco más allá y "tras la vuelta de la esquina".


Ascendimos unos metros hasta la entrada de la canal y cuando asomamos; perfecto!. Estaba la entrada en buenas condiciones, 1h 40min. desde el Refugio y ¡a disfrutar!.

En la parte derecha sobre una fisura montamos la R.0., un tanto retirada del inicio pero ideal ya que caía hielo de arriba en ocasiones. Iba a ser importante la velocidad de la escalada ya que con la temperatura tan alta el hielo pegado en las rocas iba cayendo.


Largo 1º, (60º, 25 mts.):
Tiró Juanjo de primero, los primeros metros ascendió por nieve blanda hasta el inicio del tramo helado. Allí protegió en la roca de la derecha y comenzó a ascender el tramo con mayor inclinación, de unos 4 metros a 60º.


Después del resalte giró a derechas totalmente para continuar en dirección a la cascada, otros 6 metros mantenidos a 50º de hielo, montando la reunión en dos clavos situados en las rocas de la derecha unos metros antes de llegar a la mayor dificultad.

Largo 2º, (80º, 25 mts.):
Me tocaba a mi el segundo largo. Tome todos los utensilios de escalada e inicié el largo; primero recorrí un corto tramo inclinado a 40º para llegar a los pies del tramo más vertical, allí vi que las posibilidades de protección en roca eran numerosas, así que friends al canto y a subir los 6 metros mantenidos a 80º con dos seguros intermedios.



Tras la cascada, llegué al gran nevero central que estaba bastante helado y continué hasta llegar a la parte superior tras 15 metros por el nevero.
Allí monté la reunión triangulada con clavo, friend y wallnuts.


Largo 3º, (55º, 50 mts.):
Por la parte izquierda-superior del nevero partía un estrecho y bonito corredor. Por allí tiró Juanjo para el tercer largo.
Protegiendo de igual manera en roca y ascendiendo tramos cambiantes de nieve blanda, con nieve dura y hielo, tramo bastante mantenido y espectacular durante 25-30 metros.


Después la canal se amplía a otro nevero más pequeño y al final de éste a la izquierda en una fisura vertical y perfecta montó Juanjo la R.4 con friend medianos.
Largo 4º, (45º, 35 mts.):
Lo lógico es continuar en ensamble hasta la brecha que forma la cumbre del Almanzor con su secundaria del vivac (terreno de 40º sobre nieve, no más de 20 metros).
Nosotros salimos por la izquierda de la reunión por terreno nevado con rocas, un corto corredor inicial de 45º y una salida sobre rocas, para recorrer un nevero caminando y llegar a un paso rocoso de un poco de equilibrio y delicado.


Tras el paso llegamos a los bloques de cumbre, recorriendo los últimos 10 metros sobre nieve y roca para montar la reunión última en el mismo vértice geodésico.


Llegamos los dos al último metro del Sistema Central, en medio de un día cubierto pero cálido, 3 o 4º en la cumbre y con los rayos del sol pasando entre las nubes, ¡vaya día de Enero!.

Llevábamos 5 horas de actividad, aproximación más escalada y paramos un momento para ingerir algo y enviar calorías al cuerpo. Mientras tanto disfrutamos de las vistas al circo y sobre todo a la Meseta Sur que aún seguía sumergida bajo aquel manto algodonoso de nubes.


No tuvimos mucho tiempo de estancia arriba, varias cordadas subían por la normal y comenzaban a montar atasco en la canal de bajada, por lo que tiramos los 60 metros de cuerda desde el mismo vértice geodésico hacia abajo y comenzamos a rapelar.

La cuerda nos dejó justo en la entrada, de la Portilla del Crampón venían más personas con guía y uno solo sin arnes, ni nada, por no llevar no tenía ni conocimientos. Nosotros no quisimos decir nada pero otros más profesionales si lo hicieron, alertándolo.

Nos comentaron que por la Portilla del Crampón caía de todo, así que descendimos por la Portilla de los Cobardes, raramente usada, pero ya había pasado unas cuantas veces por allí.


Llegamos a un hombro que daba a las "Canales Oscuras" y desde allí trazamos una travesía por un nevero inclinado para salir a un nuevo hombro que nos llevó hasta una corta canal inclinada a 50º con acceso a las palas norte del Almanzor.

Por las duras palas descendimos y fuimos bordeando todo el Almanzor de nuevo pasando por la base de la norte y el resto de vías descritas con anterioridad. 


Nuevamente salimos a la canal que da acceso a la Portilla del Crampón y por allí descendimos cómodamente con buena nieve, blanda y estable como para no forzar las rodillas. En nada de tiempo estábamos en la Hoya Antón y desde allí caminito al refugio para llegar sobre las 14:30. ¡Buena hora de llegada!.

El refugio al ser sábado estaba hasta arriba, nos quitamos los "archiperres" por allí sentados en unas rocas y descansamos mientras comíamos algo. Rehicimos la mochila y rumbo hacia los Barrerones.


Sobradamente es el tramo mas odiado del montañero "gredensi", y más de vuelta. El sol apretaba de lo lindo en un día primaveral en el que no corría ni gota de viento. El agua del deshielo corría por todos lados e inundaba el camino, las botas caladas con tanto charco y la frente sudando.


En fin, es el precio a pagar por un lugar de este calibre; "el gran Circo de Gredos".


PD: No nos saltamos las jarras y el gran bocata de "la bodeguita", esta vez inédito; oreja con salsa picante.

Desnivel: 900 mts.
Longitud: 12 kms.
Horas: 9 horas 10 minutos.

fotos: 
Juan Jose Felipe
Daniel Pelegrina

viernes, 22 de enero de 2016

En busca del hielo. Sierra de Gredos. Diedro Calé.

itinerario realizado
Hacía muchos años que en mi periodo vacacional invernal no estaba en casa. La verdad que había vuelto de Sierra Nevada el lunes de hacer una buena actividad y ya estaba acechando planes con Juanjo para compartir el fin de semana próximo.
Mí sueño por excelencia me volvía a dejar de lado, y es que en el Pirineo había estado nevando en abundancia hasta el mismo martes e ir para allá el Jueves me parecía muy precipitado, tanto por riesgo de aludes como por nieve blanda para progresar.

Pensé en un plan más cercano y entonces tras ver unas fotos de los amigos de facebook de Gredos alpino  de esa misma semana con todo tan helado, la motivación se renovó y salió por completo como flor de primavera.

Propuse plan a Juanjo y aceptó; marcharíamos el Viernes temprano con la idea de llegar pronto al circo y escalar algo por el escalón superior, el domingo lo dedicaríamos a una actividad más completa por la zona del Almanzor y volveríamos a Madrid. Trato cerrado.

La semana fue frenética y pronto llegó el Viernes. Salí del portal cargado con la mochila y........estaba lloviendo!! Esperé al "despistado" de Juanjo y juntos partimos hacia las estribaciones del Sistema Central más Occidental.

Los 7ºC y la lluvia de Talavera de la Reina no auguraban nada bueno y los 5ºC del Puerto del Pico menos aún. Llegamos a Hoyos del Espino a las 8:45 con la idea de informarnos sobre el estado de la nieve, paramos en el Bar de la Galana, pero aún estaba cerrado, así que volvimos a la Bodeguita. Nos tomamos un café mañanero para despertar el cuerpo y observamos que una densa niebla cubría toda la sierra. Un manto tan neblinoso como nuestro futuro en el circo con estas temperaturas tan altas.

Creo que pudo ser la cafeína del café la que nos indujo a salir del bar y montarnos en el coche rumbo a la Plataforma. Allí 7 coches aparcados a las 9:30 de la mañana, -"debemos ser los únicos tontos que no nos hemos enterado de la previsión meteorológica"-.

Con esa misma inercia nos disfrazamos de montañeros en el interior de la furgui, evitando el continuo "chirimiri" y repartimos el material de escalada como si fuera a estar formada "la Gredos Circus" (la más espectacular cascada del circo). A ésto de la motivación ficticia ya empezaba yo a acostumbrarme tras venir de Sierra Nevada hace escasos 4 días.

Comenzamos a caminar bajo densa niebla, suave chirimiri y ni gota de nieve y hielo por el empedrado camino inicial. De charleta fuimos tirando y llegamos al rellano del Prado de las Pozas donde también escaseaba el manto blanco.


Los Barrerones estaban cubiertos por la niebla y ya pensábamos tan sólo en llegar lo más secos posibles a la zona de la laguna y el refugio de Élola sin actividad en mente para la jornada de hoy.

Sobre los 2100 metros de altura y antes de llegar a la Fuente de los Cavadores el manto ya era continuo de nieve para consuelo nuestro, además se abrió un claro en el centro del cielo por donde pudimos ver azul y parte de la Garganta del Prao Puerto.

Avanzamos hasta los Barrerones, quizás sea es lugar más espectacular para los meros senderistas, desde allí se puede ver todo el circo en su amplitud, para mí el rincón más bello de todo el Sistema Central en sus casi 350 kilómetros de extensión.

A nosotros esta vez no se nos mostró, tan sólo la cuerda de la Galana a Cabeza Nevada y sólo fue un momento ya que el interior de todo el circo estaba poblado de densas nubes.


Continuamos el camino hacia el corazón del circo, el agua rebosaba por el camino de bajada de los Barrerones, la temperatura rondaría los 5ºC sino más, y tras perder altura comenzamos a pisar nieve algo más compacta y dura, -"el micro-clima del circo"-.

Llegamos a la Laguna Grande de Gredos, estaba helada sólo por una parte y fracturada casi en su totalidad, por lo que no íbamos a cruzar por encima.


La bordeamos por el lateral y llegamos al refugio que permanecía cerrado con la puerta libre de nieve, aunque estaba todo bastante mojado por las lluvias matinales.

Entre la densa niebla húmeda y la caída de agua constante de las canales del tejado, nos cobijamos en el voladizo metálico. Allí sacamos algo de comida y a la vez que barajábamos las posibilidades un gran claro nos mostró gran parte del Casquerazo, Hoyuelas y Hermanitos. Poco después sería el Cuchillar de Navajas y el Almanzor.


Como si de algo del más allá se tratase en escasos 5 minutos las nubes desaparecieron del circo y el cielo azul apareció como telón de fondo. Ésta era la nuestra.

Estaba claro que había que subir lo más alto posible a hacer actividad, actividad por otro lado que tan sólo nos ocupara unas pocas horas ya que el reloj marcaba ya las 14 y la luz no estaba presente más allá de las 19.


Con los ojos puestos en el Cuchillar de Navajas y conscientes de que no había hielo, partimos rumbo al segundo escalón con la intención de hacer alguna de las canales de nieve que esconde el cuchillar.

Nos dirigimos en principio rumbo a la Hoya Antón, para tras ganar algo de altura girar 90º nuestro rumbo y comenzar a ascender en dirección a la base de la Cascada de la Araña, tristemente formada por hielo de "flash". Desde allí por un corredor de unos 45º de media y nieve dura, ascendimos diagonalmente a derechas para montarnos en el segundo escalón. Lugar desde donde se accede a los corredores y vías más altas del cuchillar.


De las tres canales existentes, (corredor oculto, canal de los diedros y canal fácil), optamos por subir por la central de ellas, así de paso podíamos ver como se encontraban los diedros gallego y calé, para hacernos una idea del hielo que podía presentar la zona del Almanzor al día siguiente.

Vistas desde el segundo escalón de Galana, Ameal, Risco Moreno y Cerro de los Huertos.

Y.......bingo!!!, tras adentrarnos en la canal, observamos que el Diedro Gallego se mantenía en buenas condiciones, incluso mejores que las del año pasado cuando lo ascendimos, así que por inercia ascendimos unos metros más hasta llegar a la entrada del Diedro Calé.



Se presentaba en buenas condiciones, la segunda parte que forma el diedro perfecto, lo cubría una capa de hielo con poco espesor pero había que probarlo. Juanjo tenía sus dudas, pero ante aquella visión del corredor, yo no me podía ir para casa sin subir por allí, o por lo menos probarlo. -Con protección en roca, por todos lados se sube "seguro"-.


Montamos la R.0 con friends a los pies de la estrecha entrada y tiró Juanjo de primero, recorriendo unos 20 metros a 50º hasta situarse antes justo del bloque empotrado, lugar donde se forma el diedro perfecto y presenta sus mayores dificultades.

























Para el segundo largo tiré yo; primero recorriendo 3 o 4 metros hasta situarme en el bloque 
empotrado. Allí para continuar por la plancha con hielo fino de la derecha, protegí en el mismo bloque con dos seguros en roca a prueba de toda bombas y probé a clavar en el hielo.
Éste era de un grosor mínimo, 5 centímetros a lo mucho pero perfecto para clavar y ascender por la plancha a unos 70º de inclinación. Después el diedro continuaba con bastante nieve y estrecho a unos 55º hasta salir otros 10 metros a la arista. 

























Una vez en la arista, ésta se presenta con bastantes bloques, hay que ir ascendiendo por ellos, se puede ir en ensamble o con un último largo. En principio pensamos continuar en ensamble pero la dificultad era tal que cuando Juanjo llegó arriba decidió montar algo.


La dificultad como tal no reside en un paso en concreto, pero los bloques recubiertos de nieve semi-dura forman huecos entre sí peligrosos. Y para seguir el mejor itinerario hay que bordear muchos de ellos por terreno expuesto en general, por ello la mejor solución es tirar un último largo de cuerda aunque esta roce mucho.


Por la parte izquierda de la arista salimos a la parte alta del Cuchillar de Navajas, allí la meseta Sur nos mostró un paisaje alucinante; un mar de nubes que recubría todo el llano y el sol visible entre tinieblas procedentes de más nubes altas.


Con una temperatura cercana a los 8º y estas vistas no había otra opción que apurar el tiempo de luz aquí arriba, así que paramos, nos sentamos, comimos y disfrutamos simplemente..

Sobre las 17 horas, decidimos comenzar a bajar, avistábamos la Portilla de los Machos y para llegar a ella nos quitamos los crampones y tratamos de ir saltando de piedra en piedra.


Una vez en la portilla la vimos algo helada y nos pusimos de nuevo los crampones para descender por la parte izquierda de toda la amplia canal e ir perdiendo altura por tramos de nieve dura.


Tan sólo hicimos una parada en el descenso y fue para echar un vistazo a la Cara Norte del Caquerazo, nada formado, ni tan siquiera la Vía Nacho, la más asequible y formable.

Después, para el refugio por la zona lógica, tratando de evitar los riachuelos de agua y llegando a las 18 horas a la vez que los "refugieros", procedentes de la Plataforma.


La tarde-noche fue apacible: conocimos a gente y compartimos aventuras con amigos, antes de posar los huesos sobre los colchones del refugio. Yo como siempre litera de arriba.

Fotos:
Juan José Felipe
Daniel Pelegrina




domingo, 17 de enero de 2016

Hielo andaluz, Chorrera de la Mosca (WI3, 190mts.)

"En la vida hace falta: paciencia para aceptar las cosas que no podemos cambiar, fuerza para cambiarlas e inteligencia para distinguirlas".

Esto rezaba en el dorso de un azucarillo que echamos al café en el bar Montoya de Güejar Sierra y que tomamos tras bajar de un par de días de paliza física. ¿el destino, el azar?, no se pero justamente tuvo que ver con lo acontecido, lo que relato a continuación.

Finalmente el viernes cenamos en Granada, llegamos pronto y huíamos del mal tiempo del norte peninsular, como casi siempre que vamos al sur. La cosa se alargó lo justo y es que la zona de tapas cercana a la plaza de toros tiene su rollo.
Nuestra morada esa primera noche fue la furgoneta en el bonito pueblo de Güejar Sierra.

El sábado nació frío y concurrido en la calle principal de Güejar, allí suelo desayunar unas tostas con tomate en "el Montoya", el típico bar de pueblo donde pronto entras en conversación con los lugareños.
Tras la ingesta nos dirigimos al "Charcón", lugar donde nace la Vereda de la Estrella, itinerario que teníamos que tomar como aproximación a "las Nortes", aunque nuestro objetivo era la Oeste de la Alcazaba.

La primera sorpresa nos la llevamos cuando por derrumbamiento nos habían cortado la carretera que se dirigía al Charcón 1,5 kilómetros antes. Así que aparcamos el coche en la cuneta y con vistas a que aquello se podía convertir en una ratonera si accedía algún coche más.


Preparamos la mochila cercana a los 20 kilos de peso con todos los abalorios y caminamos por la senda paralela a la carretera y al otro lado del Genil, en poco más de 15 minutos nos habíamos quitado el tramo extra.

Caminamos por la vereda con los hombros aún sin acostumbrarse a tal peso, y en poco más de una hora llegamos a la curva del "coño".  Decepción total, nada de nieve en "las nortes", nos quedamos un poco aplastados por tal acontecimiento y valoramos la situación.

-"paciencia para aceptar las cosas que no podemos cambiar"-


Surgieron planes alternativos, todos de menor envergadura y tras mucho darle vueltas decidimos esconder las mochilas tras arbustos de "berberis" y hacer la Vereda de la Estrella de manera circular y sin peso para volver en el día a Güejar, con la intención de conocer la jornada del domingo la zona de los Cahorros.


Cogimos lo necesario de las mochilas y volvimos hacia atrás para tomar la senda que desciende al Genil y al antiguo Refugio de Vadillo, tras el puente comenzamos a ascender la Cuesta de los Presidiarios entre arizónicas y entre dos de ellas asomó la pared norte del Mulhacén, Gayu miró, yo miré y nos paramos ambos.
Algo había surgido tras esa rápida visión y con la libertad mental que te da no tener 20 kilos en la espalda replanteamos de nuevo la actividad.
-¿Y nos vamos a rendir tan fácilmente?-
Quizás tras el espolón rocoso de la arista NE se esconde un gran canalón lleno de nieve que no divisamos desde aquí. Pobres ingenuos nosotros.

Lo dejamos en manos del destino y tiramos una piedra al aire con las caras marcadas. Salió cara, así que a volver a coger las mochilas con 2 kms y 200 metros de desnivel gratuitos.

Cruzamos nuevamente el Genil y cogimos las mochilas para volver al camino del sufrimiento o del triunfo, según se mire. De esta manera recorrimos toda la Vereda de la Estrella, haciendo especial parada en el Barranco del Guarnón donde se veía que en la zona del Veleta había más nieve que en el resto y continuamos con la penitencia nevadensi.


Llegamos al final del la vereda, desde allí se accede al nivel 2, se pasa de pantalla y uno se adentra en otra dimensión, en la dimensión de la alta montaña.
Tomamos el Barranco de Valdeinfiernos, los espinos nacen en los márgenes del agua y te acompañan hasta llegar a los prados de Cueva Secreta, lugar de pernocta y parada de la mayoría que se adentran en estas tierras. Nosotros continuamos.

Barranco de Valdeinfiernos y Loma de Casillas
Cruzamos el Río de Valdeinfiernos y comenzamos a subir por la ladera opuesta que llevábamos, ladera que te lleva a la Loma de Casillas. Todo el desnivel que no has subido en 12 kilómetros, lo haces ahora, y es que en esta dimensión todo parece más pequeño de lo que realmente es.

Las piernas comienzan a quejarse, los hombros, la sed, incluso el sol que nos está mandando sus últimos rayos del día nos queman levemente.
Al fin y tras un buen esfuerzo coronamos la Loma de Casillas y nos cambiamos al Barranco de Valdecasillas, pocos metros nos quedan hasta nuestro escondido refugio del Prado de las Víboras.

-"fuerza para cambiarlas"-


 Nos quitamos las mochilas y confirmamos la decepción de "las nortes" sin nieve, Quizás la única posibilidad que tengamos es hacer la clásica Norte del Mulhacén que alberga un hilillo helado por el que se pueda ascender. Muy muy justo pero la única esperanza de hacer algo que nos salve la pateada.
hielo en el barranco de Valdecasillas

Nos instalamos y dormimos a 2.000 metros plácidamente. A las 5:30 suena el despertador del móvil, intentamos no molestar a unos compañeros granadinos que subieron después y con los que nos hacinamos en la estrechez. A las 6:30 partimos hacia arriba.

Caminamos de noche una hora y media hasta llegar bajo las primeros resaltes del barranco. Desde allí observamos la Oeste de la Alcazaba sin nieve y continuamos un poco más. Como la mañana del viernes ha nevado algo, hay un pequeño polvo blanquecino que no hace más que molestar en la progresión, ha cubierto débilmente las lajas de micaesquisto a partir de los 2500 metros. Esto no hace más que retrasarnos y dificultar nuestra progresión. Tardamos dos horas y media hasta situarnos bajo las Chorreras de la Mosca a 2650.


Nuevamente valoramos la situación y vemos que ascender por la Norte del Mulhacén nos va a suponer bastante tiempo, aún nos queda una hora hasta la base y eso sin saber las condiciones que encontraremos arriba.
Frente a nosotros tenemos tres magníficas formaciones de hielo y vemos que en la de la derecha ya hay una cordada escalando, así que decidimos meternos en la central de las tres y denominada Chorrera izquierda de la Mosca.

-"inteligencia para distinguirlas"-

 A una altitud de 2650 metros nos quitamos las mochilas y calzamos los crampones y piolet técnicos. Hemos metido lo necesario en una de las mochilas que nos subiremos para la escalada, en la otra dejamos el resto en el punto inicial de la escalada.
A partir de aquí a disfrutar.


Quizás podríamos haber buscado las debilidades y haber "escaqueado" los dos primeros largos pero nos parece mejor idea ir ascendiendo por el hielo para ir haciendo los gemelos a este tipo de escalada.

LARGO 1: (40º/50º, 55 metros.)
Se trata de una rampa inicial de 30º, pronto se pone más inclinada para bordear una gran piedra por la izquierda (60º) y salir por el resalte a una diáfana y continua pala helada a 50º.


Tras 45 metros de largo buscamos las rocas de la izquierda para montar la reunión por terreno más tendido y a 40º.
Reunión con friends en roca.

LARGO 2: (40º, 45 metros.)
Es el largo más fácil, es de transición para llegar bajo los primeros resaltes verticales y el más regular. Una rampa continua de 40º nos deposita en el inicio de "la manteca".


Por el camino sólo ponemos dos tornillos de hielo que entran perfectamente en un hielo bastante duro.
La reunión la montamos en dos carámbanos de hielo reforzados con un piolet.


LARGO 3: (65º/90º, 25 metros).
Conscientes de que sólo disponemos de 5 tornillos de hielo vamos a hacer las tiradas cortas y buscaremos la roca como protección en las reuniones.


El resalte de la reunión se bordea por la izquierda (70º), después se accede unos metros más a 65º hasta los pies de un buen resale de casi 2,5 metros a 90º, situado en la parte izquierda de la cascada.


Un tornillo como protección y una serie de movimientos explosivos para superarlo y continuar por rampas a 60º que nos llevan hasta la zona más estrecha de la cascada, un buen lugar para montar reunión con un carámbano y un tornillo de hielo.


LARGO 4: (70º, 40 metros).
El siguiente largo es el más continuado en cuanto a verticalidad, si bien no tiene ningún resalte a 90º, todo él es mantenido.


Se sale por la derecha de la reunión, ascendiendo por tramos inclinados de 70º, un tramo muy vertical te obliga a girar un poco a la izquierda para continuar por la parte más apta, asegurando con tornillos, los primeros 30 metros con 3 de ellos. -"Sólo me queda 1 y aún hay un tramo bastante inclinado.


En una pequeña cueva veo una fisura ideal para un camalot de los pequeños"-. Perfecto para proteger el tramo más inclinado. con cortos resaltes de 1 metro 80 y pequeñas terrazas inclinadas.


Así los últimos 4 metros hasta llegar a una pared situada a la izquierda buen lugar para montar la reunión con un friend, el último tornillo y el piolet. Triangulación buena.

LARGO 5: (70º, 25 metros). o (90º 3,5 metros).
Se sale a derechas en diagonal, hielo a 65º en el inicio para llegar a una pequeña depresión más inclinada a 70º y topar con la pared final que se bordea por la derecha. Nosotros protegimos en carámbano antes de salir a zona de hielo fácil.



Otra posibilidad de salida es una columna vertical de entre 3 y 4 metros situada sobre nuestra reunión. Como la reunión 5 estaba justo montada en su vertical probé en top de segundo la salida. Fabulosa.

A las 14:00 horas estábamos fuera de la cascada. Se nos habían pasado las horas volando y el hambre y la sed nos inundaba.
Primero salimos de la zona helada, otros 50 metros en diagonal para salir de los resaltes helados a 30º que protegen la parte superior y llegamos a nieve blanda en las cercanías de la Laguna de la Mosca.


Desde allí observamos que el Corredor Norte clásico del Mulhacén estaba en condiciones justas pero factible y nos centramos en encontrar la canal para bajar de los Tajos de la Mosca.

Encontramos la huella de los compañeros que habían estado haciendo la chorrera derecha y evidentemente las seguimos, bueno primero paramos a comer algo y beber, ya que llevábamos 5 horas continuas de actividad sin parar.


Tras la parada descendimos por tramos de nieve dura, blanda, roca y hielo. Un "pupurrí" mixto de alpinismo con la intención de llegar a la base de nuestra cascada, lugar donde teníamos la otra mochila. Todo ello corriendo más riesgos que la anterior escalada completa.

destrepes

parte más inclinada de la Cascada escalada

Casi a las 16 horas iniciamos el descenso valle abajo, comenzamos a entender que si nuestro objetivo era llegar hoy mismo a Güejar, la jornada iba a ser muuuuuuyyyy extensa.

Tras buscar exhaustivamente por donde bajar para no dañar mucho los crampones, sólo nos duraron 15 minutos más puestos, sobre los 2450 nos los quitamos y reiniciamos la ardua bajada.
A las 17 estábamos de nuevo en el Prado de las Víboras, decidimos tomárnoslo con tranquilidad; Descansamos mientras comimos caliente; unos noodles y frutos secos, para rehacer la mochila y ponernos en marcha casi a las 18.


En la dura y empinada bajada de la Loma de Casillas tratamos de guardar los meniscos; pasos cortos y seguidos para cruzar el Guarnón y dejar atrás Cueva Secreta, esta vez sin gente.

Aún nos restaban los más de 12 kilómetros de la  Vereda, famosa vereda, dichosa vereda. Yo creo que la he hecho de vuelta unas 6 veces y en 4 de ellas se me hizo de noche por el camino.

Nos lo tomamos con tranquilidad pero sin parar. Antes de llegar a las Minas de la Justicia nos pusimos los frontales, paramos cada hora para echar algo a la boca y la larga vereda fue haciendo mella en nuestros cansados cuerpos. Más si cabe, si el final no estaba en el Charcón, sino 1,5 kilómetros después debido al derrumbe.
Este último tramo lo hicimos por carretera hasta llegar a ver la refracción de la matrícula ante los frontales, habíamos llegado al fin tras 15 horas de actividad y más de 20 kilómetros.

Entonces aún no sabíamos nada del sobrecito de azúcar.....