domingo, 30 de diciembre de 2012

Norte de los Machos ( AD+, 320mts, WI3, 60º )


Hubo habituales dudas en cuanto al destino final, una borrasca por Francia rozaba los Pirineos y no quisimos problemas con la madre naturaleza por lo que nos fuimos hacia el Sur, a la agradecida Sierra Nevada una vez más que nos acoge como segundo plato y siempre con los brazos abiertos.

Dejamos para otra ocasión el María Jose Aller del Telera y nos pusimos como objetivo la Este del Cerro de los Machos, "menuda pinta la suya", a última hora a Juanjo y a mí se nos unió el Peluka para estrenar sus nuevos piolet Charlet Moser, como peaje puso su furgoneta para dormir dentro los dos días.

El sábado 29 de Diciembre partimos de Madrid rumbo a Granada, más concretamente hasta la Hoya de la Mora, zona situada a 2.500 metros por encima de la Estación de Esquí de Pradollano y lugar ideal para pasar la primera noche en altura para ir acostumbrando el cuerpo.

El domingo amaneció un día despejado, a pesar de acostarnos con algunos copos de nieve cayendo, (!una vez más los adelantos de las webs meteorológicas son la leche!), la nieve estaba bastante dura y perfecta para ascender rumbo al Veleta.

Partimos a las 7:00 de la mañana de la Hoya de la Mora y aún de noche aprovechamos la luna llena para ir ascendiendo hacia el Sur por las cercanías de la asfaltada pista que cruzamos en numerosas ocasiones,


 dejamos Borreguiles atrás y la cuña del Veleta cada vez se veía más cerca. Entre pistas de esquí y siempre paralelos al Barranco de San Juan llegamos a las posiciones del Veleta tras algo menos de dos horas de ascenso,

 
lugar desde donde se podía divisar todo el Corral del Veleta con el Canuto Norte entre otros, allí entre dos bloques de piedra característicos a 3.170 mts. realizamos la parada para ponernos el material y montar el rápel de 50 metros al corral (existen varias instalaciones de parabolt para rapelar). Lo dicho, nos equipamos con arneses y cascos y mientras el sol andaluz nos comenzaba a regalar grados al cuerpo comenzamos las maniobras de "rapel", Se trata de un rápel de unos 50 metros en los que tan solo los primeros 5 metros son un tanto más verticales, el resto son terrazas fácil en las que vas bajando con los pies. Otra alternativa para evitar el rápel es el "veredón", que se trata de una terraza de nieve que baja al corral sin necesidad de montar instalación alguna y que si la huella no está abierta o hay mucha nieve se complica un poco.


Tras rapelar los tres venía una maniobra que me trajo recuerdos, no era otra que recuperar la cuerda del rápel, aquí hace ya unos cuantos años tardamos cerca de una hora en recuperarla, así que el último que rapele que la coloque de una manera adecuada en la repisa del inicio del rápel. Tras la maniobra recogimos y descendimos al fondo del corral donde la nieve estaba bastante acumulada y de una calidad polvo total, nos costaba abrir huella al descender por el corral rumbo al Collado de Veta Grande bastante más abajo.


Mientras penábamos corral abajo, a la derecha y ante nuestros ojos se abrió la magnífica Norte de los Machos, nosotros íbamos a la Este y teníamos que dar aún un buen rodeo, pero viendo esta pared nos quedamos perplejos al observar una cascada de hielo bastante uniforme de casi 200 metros de longitud.

 
Ni llevábamos croquis, ni habíamos leído nada sobre la misma pero una línea así no la podíamos dejar pasar y cambiamos el rumbo 90º para dirigirnos hacia la base de la misma. Sólo disponíamos de tres tornillos de hielo pero nos parecieron suficientes ya que íbamos hasta arriba de equipo de protección en roca. A decir verdad no lo pensamos mucho si no hubiéramos elegido el plan original.
 

Tras la aproximación a su base paramos para trazar una línea imaginaria y futura vía de ascenso; la de la izquierda nos pareció demasiado vertical y continua para tres tornillos y decidimos meternos por la derecha para trazar una diagonal y salir por la izquierda por el único lugar posible ya que el resto de la pared estaba más bien pelado. Así que manos a la obra.

CASCADA NORTE DE LOS MACHOS (175mts. WI3/III)
En general la escalada transcurre por numerosos resaltes verticales entre los 60º y 90º, de longitudes entre 1 y 4 metros con descansos entre sí para montar reuniones o descansar. (Debido a las características de la escalada su grado de dificultad técnica es mas 3, que 2+ como indico en las fotos de croquis).

 
LARGO 1: (35mts. WI 3)
Nerviosito por el hallazgo el primer largo me lo pedí yo, bajo un primer muro vertical (70º-80º) de unos 5 metros inicie la escalada, hielo muy duro y bueno para traccionar, tras superarlo una campa de nieve a 50º y para finalizar un nuevo resalte de 2 metros vertical y algo más de hielo para llegar a las rocas de la derecha donde monté la reunión tras 35 metros.







LARGO 2: (55mts. WI 2+ )
El segundo largo tiró Juanjo, en principio salió por la izquierda de la reunión en diagonal a superar un par de resaltes a 70º de un par de metros cada uno para salir a un corredor de nieve a 60º por donde ascendió en vertical hasta una pendiente más inclinada de hielo continua de unos 8 metros que le llevó hasta unas columnas verticales de hielo donde montó la reunión en una de ellas.





 
LARGO 3: (55mts. WI2)
Este largo es un poco de transición, ya que recorre una diagonal a izquierdas en busca de la base del tramo más inclinado donde se encuentra la salida de todo el sistema de cascadas.
Me tocó a mí y parti hacia izquierdas por la zona natural, un tramo inicial fácil de hielo me llevó a otro de nieve blanda y a los pies de un pequeño resalte de hielo que aseguré con un tornillo, tras algo más de un metro vertical y un par de ellos a 70º, salí a un pequeño corredor de nieve diagonal por donde ascendí llegando casi a los pies de la cascada, allí buscando montar reunión, ascendí un par de metros por hielo para llegar a la derecha a rocas donde montar la reunión con friends, fisureros y un tornillo de hielo.


 
LARGO 4: (30mts. WI3)
Aquí viene el largo más complejo o por lo menos vertical, se trata de una cascada de unos 5 metros casi verticales (80º) en donde un descansillo intermedio nos deja respirar. Este largo es corto de unos 30 metros los justos para superar el mayor de los problemas. Lo abre Juanjo sin muchas dificultades y monta la reunión unos 10 metros más arriba, tras salir del tramo vertical en unas rocas a la izquierda.
 


Estamos los tres en la última reunión y tenemos que seguir, desde allí parte un corredor de nieve blanda estrecho con una inclinación de 50º y después hay algo de hielo, optamos por continuar en ensamble para evitar problemas, dejando siempre tres seguros entre la cordada.

 
Tras el corredor nos encontramos con unas placas de hielo a 60º, se pueden escaquear por la derecha pero optamos por subir por ellas, a jugar hemos venido, superamos los resaltes y continuamos,
 
 
el corredor comienza a ensancharse y la inclinación disminuye, ante nosotros se abren amplias palas de nieve endurecida por el viento de Norte
 
 
 
Por fin llegamos al final de las palas en donde el sol nos calienta, después de bastantes horas a la sombra el sol es vida, nos reconforta y tranquiliza a la vez, aunque el molesto viento de Norte es el único inconveniente.

 
Vemos que vamos a salir al hombro del Cerro de los Machos por lo que giramos nuestra dirección hacia la izquierda para salir directos a cumbre, donde bajamos unos metros al Sur para evitar el fuerte viento que hace en las cumbres. Estamos contentos y vamos a comer un poco (yo me he traído una empanada entera de medio kilo que no tardo mucho en engullir y en la que llevo pensando tras salir de la última de las reuniones), descansamos un buen tiempo mientras devoramos y bebemos preparandonos para el resto de jornada. Las vistas nos dejan perplejos, miramos las líneas de nieve en las Nortes de Mulhacén y Alcazaba y disfrutamos con el mar de nubes costero-andaluz.
 
 
 
 Han pasado ya 10 horas de nuestra salida en la hoya de la Mora y nos queda una hora de luz así que no nos podemos entretener mucho, nos hacemos una foto para el recuerdo y comenzamos una laboriosa vuelta. Tenemos varias posibilidades para la vuelta; barajamos descender al corral y subir por el Veredón, descender hacia Carigüela o dirigirnos hacia la salida del Canuto Norte para subir por la Fidel Fierro.
 

Personalmente conociendo los tres itinerarios, no me apetecía perder mucho desnivel ya que luego habría que subirlo, además nos queda una hora y pienso que es lo justo para llegar a la cumbre del Veleta por la Fidel-Fierro desde aquí, así que hacia allí nos dirigimos.


Por la vertiente Norte sopla bastante así que cuanto podemos nos metemos hacia la Sur en busca de los corredores que nos lleven a la salida del Canuto Norte, el sol ya lo hemos perdido por completo pero aún nos deleita con unos coloridos anaranjados de infarto. Nos toca abrir huella en nieve pesada a la que ha estado dando el sol y así vamos progresando hasta llegar a la salida del Canuto Norte.


Tras una mirada hacia el canuto, continuamos nuestra marcha hacia la base de la Fidel-Fierro, con el paso "especial" por llamarlo de alguna manera, que no aseguramos y por donde ya si hay huella.

 
La vía esta pelada de nieve, así que es hora de quitarse los guantes y trepar por terrazas y chimeneas hacia la cumbre del Veleta, hay un par de pasos de IIIº, que vamos solventando y salimos a la última faja bajo la reja de la edificación de la cumbre, nos quedan dos metros pero el paso es un pelín atlético, decidimos no arriesgar mucho y tras quitarnos las mochilas nos las pasamos a mano, ya estamos en la cumbre del Veleta. 



Son las 18:30 y la verdad que el sol ya se ha metido y desaparecido, la luz ha menguado en escasos 10 minutos y en la cumbre del Veleta ya sacamos los frontales, es un poco tontería andar ahora con prisas así que incluso comemos tranquilamente arriba. Nos queda un descenso de dos horas fácil en los que no merece la pena correr, así que nos lo tomamos con tranquilidad tenemos la cama asegurada y la cena tambien en la estación de esquí que a estas alturas está en su máximo auge.


Como planeábamos salió todo bien, poco después de las 20:30 y tras 13 horas y media de actividad llegamos a la ansiada furgui, donde nos cambiamos y bajamos a celebrarlo a los bares y chiringos de la estación.
 

sábado, 22 de diciembre de 2012

Vía de los Escalones al Monte Perdido, (PD, IIIº)

Una agitada semana precedió a la salida, no teníamos muy claro el lugar así que decidimos dirigirnos hacia donde nos llevara la meteorología y las ganas de los integrantes. En un principio la idea era pasar la nochebuena fuera pero poco a poco los planes se fueron torciendo y para realizar la actividad al gusto de todos de la coctelera salió 3 días a Ordesa.

Mi motivación especial era terminar los últimos tresmiles del parque, el Marboré y los Picos de la Cascada aunque el resultado final fue bastante diferente debido a la nieve; el Monte Perdido por la Vía de los Escalones.

 
De esta manera partimos en dos coches 6 integrantes del grupo rumbo al Pirineo, el destino de la primera noche era Torla en donde habíamos reservado en el Refugio-Albergue Lucien Briet, sitio cómodo y barato donde los haya.

22 de Diciembre del 2012: Aproximación a Góriz
La mañana siguiente no madrugamos mucho, el subir a Góriz no nos iba a llevar una jornada completa e intentamos alargar la jornada para disfrutar del valle. Los rebecos se nos cruzaron en varias ocasiones por la carretera y la nieve ya poblaba los laterales de la carretera, -así me gusta a mi ver Ordesa no con las aglomeraciones veraniegas-. Aparcamos más bien donde nos quisieron llevar los coches la pista de hielo de la Pradera de Ordesa, incluso no se podía hacer la mochila y nos tuvimos que salir a la nieve fresca a terminar de montarla para la marcha. La temperatura 0ºC.


Partimos por la senda entre matorrales de boj y bosques de coníferas hacia el fondo de Ordesa, las fajas estaba siendo iluminadas por los primeros rayos del sol del Este y entre éstas destacaba el altivo Tozal de Mallo, mientras uno ya se va dando cuenta del porque de Parque Nacional. La nieve acumulada en el valle era mucha a pesar de que por arriba parecía no haber tal acumulación, -la última borrasca caería con mucho viento y mando todo al valle-. Dejamos a un lado el desvío al Circo de Cotatuero y la Virgen del Pilar y continuamos por el fondo del valle tomando la ancha pista y comenzando a ganar altura para llegar a la Cascada de Arripas, que bien merece una parada. La pista comienza a girar a la vez que las hayas comienzan a aparecer, un lugar mágico el Hayedo de la zona del Estrecho.
El valle se estrecha y las paredes salen verticales desde la pista, pasamos por la zona de los abrigos y la Cueva del Frachinal donde el frío suele formar cascadas en invierno y que esta vez están bastante rotas y hechas añicos.

 
El valle cada vez nos va enseñando sus mejores caras, es como un premio a tu fidelidad, cuanto más andas mejores vistas te muestra, llegamos a una de las joyas del valle: las Gradas de Soaso compuestas por saltos de agua provocados por los estratos calizos casi similares en cuanto a formación y que hacen las paisaje una maravilla.

 
Desde aquí la senda se separa algo del Río Arazas y gana altura por donde puede, volviendo nuevamente a unirse ya en las cercanías del Circo de Soaso cuando por encima de todas las fajas sobresale el gran MONTE PERDIDO.
 
 
Es en esos momentos y viendo que la ladera Sur del Monte Perdido no tenía gran acumulación de nieve sino que estaba ésta en las vaguadas fue cuando comenzamos a valorar el no dirigirnos al Marboré y si plantearnos la idea de subir al Monte Perdido por la Vía de las Escaleras que transcurre por su ladera Sur.
La nieve acumulada en la pradera de Soaso era bastante, menos mal a que habíamos elegido buena hora de salida y el resto de las personas que se alojaban en Góriz ya habían pasado por delante para abrirnos huella.
Tras cruzar el llano de Soaso llegamos a la COLA DE CABALLO, otra de las joyas del valle y de todo el Pirineo, lo que para mi hace 20 años era un objetivo ahora era un mero alto en el camino. "cómo cambian las cosas".
 
 
Disfrutamos de su fotogenia y aprovechamos para realizar una parada más larga y comer algo, mientras de reojo mirábamos a las Clavijas de Soaso, próximo obstáculo. Tras la parada nos pusimos en marcha hasta la base de las clavijas donde nos pusimos los cascos y guardamos los bastones, entre todos lentamente nos fuimos leyendo los pasos y fuimos progresando por las clavijas y cadenas para llegar a su parte alta sin más problemas que lo aéreo y expectacular del lugar.
 

Desde la salida de las clavijas, la huella estaba abierta en la nieve pero la soleada tarde la había reblandecido más aún, por lo que penamos un poco para ir superando las diversas fajas por los lugares estratégicos en donde los guardas del refugio habían instalado palos para señalizar el ascenso.

 
Tardamos aún un buen rato en reabrir la huella hacia el refugio que parecía escondido tras las lomas, hasta que por fin apareció su silueta entre mantos blancos. Con solo verlo en la lejanía una sonrisa de oreja a oreja, -ya queda poco- y por fin llegamos a su puerta donde aún tuvimos tiempo de disfrutar de la calidez de los últimos rayos de sol.


 "Los ratos de refugio molan", son tiempos en los que entrelazas comentarios con otros montañeros, explicas tu propuesta de itinerario y ellos explican la suya, los grupos se van posicionando, unos cambian de idea, otros siguen y al final cada uno se monta su estrategia particular. En este caso el 80% del refugio iba al Monte Perdido por la normal, a pesar de tener bastante nieve unos vascos habían abierto huella hasta la mitad de la subida, nosotros nos íbamos por la "vía de los Escalones", más pelada de nieve. Lo de la cena del refugio merece una mención especial; tres platos y postre, ¡toma ya!.

23 de Diciembre del 2012: Vía de los Escalones al Perdido.
La Vía de los Escalones sin ser una vía de alta dificultad presenta en su recorrido tres chimeneas que rondan el grado IIIº de escalada en roca y pueden estar cubiertas con hielo durante el invierno, quizás la clave de la vía es encontrar la primera de las chimeneas entre tanta faja y que te abre el camino a las siguientes, es una forma más elegante de llegar a la tercera cumbre de los Pirineos.

Me levanté, salí a mear, no daba crédito con la temperatura, haría 5ºC a las 7:00 de la mañana a finales de Diciembre y tranquilamente nos fuimos preparando y desayunando sin prisa teníamos todo el día por delante. Así a las 8:00 salimos del refugio, nos aprovechamos los primeros 20 minutos de la huella abierta hacia la normal del Perdido y cuando ganamos los primeros 100 metros de desnivel abandonamos la huella hacia la derecha en dirección Este a una palas de nieve más dura y de mayor inclinación, siempre viendo el refugio más abajo.


Pronto llegamos a la hora de marcha, el sol ya asomó por el Este y paramos para ponernos un poco de crema en una zona algo pelada de nieve desde donde el itinerario realiza un cambio de dirección. Ahora hay que ascender hacia el Norte para introducirnos entre dos pulmones rocosos hacia la primera de las chimeneas, situada a la izquierda de una gran pared caliza.


Yo a pesar de haber realizado dicho itinerario hacía un par de años tuve un error en este punto y en lugar de subir directo a la primera chimenea, mezclé el itinerario al Perdido con el del Soum de Ramond que hice en días contiguos en dicha fecha y nos dimos un paseito extra entre fajas. Nosotros tras subir entre los dos pulmones giramos a la derecha por una faja en dirección Este para llegar a avistar el Circo de la Soum de Ramond.


Tras darme cuenta del error, ascendimos por unas placas calizas cubiertas de nieve de unos 45º para salir bajo la gran pared Sur desde donde ya divisamos la primera y más extensa faja,


 ahora si por una nueva terraza de nieve hacia el Oeste llegamos bajo la primera de las chimeneas situada a 2.900 metros de altitud, no tiene mucha dificultad pero es el único punto débil de toda la gran faja por ello encontrarla es clave. Después la chimenea en sí no tiene demasiada dificultad, no llega a IIIº ya que tiene muy buenas manos pero para no tener problemas tiramos una cuerda para asegurar el paso a todos.

 

Tras superar la chimenea las palas no suben de 35º y situados bajo la cumbre de la Punta de los Escalones tenemos que bordearla por su parte derecha buscando el punto débil de esta nueva barrera caliza, no hace falta caminar mucho para llegar a la parte derecha y antes de perder altura pasar por un tramo calizo fácil que no llega a IIIº y montarnos en el hombro Este de la Punta de los Escalones, ahora ya podemos divisar el resto de vía y las dos siguientes chimeneas.


Para descender de la punta hay dos posibilidades, la más fácil es perder altura por el hombro hasta llegar a una depresión y volver a ascender hacia la 2ª chimenea que ya se avista y la segunda es ascender hacia la cumbre de la Punta de los Escalones y un poco antes de llegar a la misma destrepar una plaquita fácil que con hielo puede suponer un problema más elevado, nosotros hicimos esta última y con cuidado pudimos descender hacia la pala sur del Monte Perdido y caminar hacia la 2ª de las chimeneas a la que llegamos en escasos 10 minutos de marcha y que está situada a 3090 metros de altitud.
Esta segunda chimenea si bien no tiene un paso elevado en roca IIIº, en su salida suele tener hielo y nieve con lo cual los piolets técnicos vienen bien para salir de la misma, es la más larga y tras pasar una primera chimenea se gira a la derecha por un tubo umbrío con hielo algo más fácil pero que se mantienen más duro.


Nosotros realizamos la misma operación y ascendí hasta la salida de la chimenea para ir asegurando a los compañeros uno a uno que disfrutaron de lo lindo del ambiente tan alpino de la vía.

 
Tras salir todos de la segunda de las chimeneas nos pusimos rumbo a la 3ª que teníamos algunos metros más por encima caminando por una ladera fácil y en medio de un día estupendo de Diciembre.
 

En la base de la tercera chimenea a 3200 metros comimos algo y emprendimos la subida de esta última que es la más corta de las tres y la que parece más fácil pero su salida con un pequeño bloque taponando te pone en aprietos, otro nuevo IIIº en roca.


Nuevamente fuimos subiendo uno a uno la chimenea asegurando desde arriba superando la última de las dificultades rocosa de la jornada, ya estábamos en la pala final.


Cuando sales de la última chimenea uno se crece, se piensa que la cumbre está ya ahí, pero cuando miras a la derecha y ves la cumbre del Soum de Ramond bastante más alta que tu altura, te das cuenta que aún queda rato hasta cumbre. Ahora la cosa se empina un poco, unos 35º/40º de inclinación por palas de nieve cambiante, a ratos dura y perfecta para progresar, a ratos blanda.
Progresamos en zetas para que la pendiente y los más de 3.000 metros no nos pasaran factura en la subida y manteniendo un ritmo continuo fuimos dejando cada vez más atrás el Valle de Ordesa para llegar a uno de los grandes del Pirineo.

 
Sabía que llegaba a la cumbre, por que había gente arriba celebrándolo, el vértice geodésico estaba tapado por más de un metro de nieve y sólo asomaban unos centímetros del tubo, por detrás ya no existía montaña más alta. Así todos fuimos llegando a cumbre y celebrando el éxito de la salida.


Teníamos buena parte del pirineo a la vista, desde el Aneto hasta el Vignemale, pasando por Munias, Taillones y picos más mesetarios como el Moncayo o Sierra de Guara. Descansamos por unos momentos sentados en la cumbre y comimos lo que pudimos aislados del mundo y disfrutando de un paisaje como pocos, a pesar de que la mente de algunos ya estuviera pensando en la "temida escupidera".

Tomamos dirección Noroeste por una ladera bastante dura y pronto llegamos a la depresión de la escupidera, en su parte alta presentaba nieve dura pero su inclinación continua de 30º hacían de un lugar poco peligroso, eso sí no te puedes caer. Tras la parte inicial la nieve cambió y ésta se encontraba bastante blanda, lo justo para ir perdiendo altura controlando un poco y bajar incluso con rapidez la zona más expuesta a caídas.


Llegamos a la mitad de la "escupidera" desde aquí ya el camino se torna menos peligroso ya que una posible caída no te escupe hacia el valle sino que te lleva al Lago Helado unas decenas de metros más abajo, pero la huella en lugar de dirigirse al lago por la vaguada, se dirige por la parte alta de la morrena por una afilada arista que por momentos nos recuerda a la de Les Bosses en el Mont Blanc.


Entre tramos afilados y otros con pendiente brusca llegamos a las cercanías del Lago Helado son las 16:00 por lo que nos quedan un par de horas de luz, las justas como para llegar al refugio, al final hemos cuadrado la jornada perfectamente. Sin parar en el lago decidimos continuar hacia abajo para no perder mucho tiempo y llegar con luz, la nieve está bastante blanda y vamos perdiendo altura por la ruta normal del perdido con rapidez, incluso aprovechamos algunas laderas para tirarnos con el culo y descender por la nieve blanda hasta las depresiones. Así sobre la hora de marcha llegamos a la Ciudad de Piedra, llamada así por los grandes bloques apilados en forma de casas que se sitúan en el barranco.
 
 
Sólo nos queda estirar un poco las fuerzas y con la luna ya en el cielo terminar de descender al refugio por palas fáciles.

 
En frente de nosotros el sol ya se está escondiendo e ilumina las partes altas del valle con colores anaranjados que bien merecen la pena de contemplar.


10 horas de jornada en las que hemos disfrutado y estamos de nuevo en el refugio donde nos hacen una buena cena como el día anterior y los guardas se salen del mostrador para celebrar con nosotros una noche especial rociada con orujo.

24 de Diciembre del 2013: Vuelta a los coches.
Bastante temprano nos levantamos, la motivación a día de hoy es llegar a Madrid para cenar con la familia, así que nos restan 5 de camino y otras 5 de coche. Salimos del refugio a las 8:00 de la mañana como el día anterior, el día se levanta más cubierto y frío pero los colores igual merecen ser contemplados a éstas horas.


No tardamos mucho en perder altura por la huella abierta por unos cuantos durante el fin de semana, además a estas horas y a pesar de no haber descendido mucho la temperatura el manto está helado y se puede caminar bien. Pronto llegamos a las Clavijas de Soaso donde nos juntamos los tres grupos que descendemos de Góriz (ley de Murphy), dejamos pasar y lentamente vamos bajando con cuidado.


Superamos las clavijas y tomamos el itinerario que siguen miles de fieles cada verano en el parque nacional, pero esta vez sobre manto blanco, las nubes hacen del del día algo más invernal y la temperatura es más fría que el el refugio.


Vamos bajando con rapidez, el día está para no muchas paradas y pronto llegamos a las zonas boscosas, primero hayedos y luego abetales.


Para llegar a la Pradera de Ordesa tras cuatro horas y media desde el refugio, hay algunos coches más pero permanece igualmente helada. Nos cuesta un poco sacar el coche de la pradera fundido literalmente con el hielo que ha creado una capa en las ruedas, pero tras salir a buscar un lugar para ganar energías en un día tan señalado. Todo cerrado por el camino, hasta Sabiñánigo no encontramos nada, mejor unas hamburguesas que esta noche ya sacaremos el marisco..