domingo, 25 de noviembre de 2012

Tozal de Cartujo y Cuerda del Nevero y la Virgen.

La noche no se hizo larga, tampoco corta, simplemente se pasó. Habíamos estado unas 12 horas en los sacos metidos y aún el cielo estaba plagado de estrellas, tras unas rocas las lucecitas de Granada, la capital del Reino Nazarí nos volvían a poner los pies a la tierra. Desayunamos desde los sacos y con rapidez nos pusimos a guardar todo para no perder las calorías del desayuno. Sobre las 8:00 partimos hacia arriba por unas palas de 30º con un viento intenso que venía del NW de unos 40 Km/h, abrigados con los plumas ascendíamos mientras por la vertiente del Dílar hacia el Veleta podíamos ver el precioso amanecer que nos iba a deparar esta jornada.

 
Tras los primeros 10 minutos la pendiente de la ladera menguó a escasos 20ºC la llegada a la cumbre era inminente y los Tajos del Peñón Colorado nos mostraron el porque de su toponimia, todo parecía un sueño; miraba hacia atrás y encontraba a mis compañeros con los plumas ascendiendo y las luces rojizas del amanecer en sus rostros, el bufido del viento, esto yo ya lo había visto en la tele en algún capítulo de "al filo" en la llegada a cumbre de un 8.000.


El sueño continuaba, llegamos a cumbre y divisamos la vertiente Sur, el sol que no quería salir nunca y unas luces preciosas que sólo Sierra Nevada sabe colorar a la caída y salida del sol.


Disfrutamos del momento y trepamos el último bloque de la cumbre del "Señor Cartujo" donde nos hicimos la foto antes de iniciar la marcha hacia los Crestones del Nevero y de la Virgen.

 
Llegaba a terreno conocido, había pasado por aquí haciendo la travesía de los tresmiles 10 años antes durante el verano (hecho un zagal con 21 años). Nos dirigimos por la Cuerda de la Dehesa hacia la zona de Elorrieta, terreno fácil y cómodo que fuimos recorriendo con rapidez.
 

Dejamos el Refugio de Elorrieta a la derecha con un "halo" un tanto misterioso provocado por la salida del sol y la nubosidad, y continuamos rumbo a la Cuerda de los Tajos de Nevero por nieve blanda.


Tras salir a la Cuerda, la recorrimos rumbo a nuestro segundo tresmil principal de la jornada, ( Pico de Elorrieta / Tajo del Nevero / o Pico del Cascajar de Elorrieta) según se quiera.


Las vistas desde la cumbre hacia el Sur eran preciosas con todo el Valle del Río Toril,


y más halagüeñas que las que había hacia la cuerda del Veleta, sin duda aún teníamos tela que cortar por la arista no afilada pero si con muchos bloques cubiertos por nieve.


Comenzamos a perder altura y nos introducimos en un mar de grandes bloques llenos de nieve a modo de grietas de glaciar en donde teníamos que mirar mucho donde poner los pies,


 los hitos nos daban las pistas de por donde seguir y antes de llegar a una pequeña aguja éstos nos mandaron a la vertiente Sur por una serie de destrepes.


La continuación del itinerario nos iba a suponer bastante tiempo así que decidimos parar a derretir nieve para coger un par de litros de agua ya que nos habíamos quedado sin nada una hora antes, por lo menos estábamos en vertiente Sur en zona de roca cómodos y el sol ya comenzaba a calentar como sólo sabe aquí en Andalucía. Tras la parada reiniciamos la marcha siguiendo los hitos, estos nos llevaron en ascenso hacia una nueva cota secundaria antes de llegar al Fraile de Capileira, aunque más que silueta de fraile parece un montañero con mochila

 
Pasamos el Fraile por la derecha y continuamos por la fácil loma hacia el mayor punto de altura de todos los tajos e itinerario de la jornada, con los Tajos del Nevero hacia la vertiente Sur. Era el tercer tresmil de la jornada y ya podíamos ver las fantásticas Nortes de la Alcazaba y Mulhacén hacia el Oriente.



Pero lo que en principio parecía que ya no presentaba más dificultades, desde esta última punta nos asustó., unos paredones cortaban en seco la vertiente Sur y Oriental, sólo había un camino: la vertiente Norte y con los bloques cubiertos hubiera sido toda una peripecia pasar por allí si no es por la huella abierta de subida de algún montañero el día anterior. Iniciamos el descenso por dicha vertiente siguiendo la huella y bajo nosotros los Tajos de la Virgen nos decían que esta vez la caída no iba a ser sobre nieve blanda.

 
Algunos destrepes rarillos y con nieve blanda nos tentaron a sacar la cuerda, pero al final vas tirando y pudimos salir por unas terrazas nuevamente a la cuerda ya más fácil. En frente parecían que los ascensos no se iban a terminar nunca, el Pico del Collado de Carigüela, otro tresmil que si no fuera por la huella abierta perfecta con 7 zetas en su pala Occidental nos hubiera terminado de desmoralizar.

 
Por fin a las 12:40 tras casi 5 horas desde el vivac, llegamos al Collado de Carigüela, a esas pistas de esquí que criticamos en otros momentos y que ahora nos iban a venir de maravilla para llevarnos hasta la Hoya de la Mora.


En una hora y media más estábamos ya en el coche entre turistas y contentos por la actividad tras los últimos fines de semana con mal tiempo. Ni que decir tiene que comimos en Pradollano unos huevos revueltos,,,,"hidratos".
 
 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Arista Norte del Tozal de Cartujo AD/IVº (1500mts.)

Con las primeras nevadas en los macizos españoles y la finalización de nuestras escaladas, buscamos actividad para realizar durante el fin de semana. Una borrasca entrada por Galicia nos envió hacia el lugar contrario a realizar montaña, a Sierra Nevada. Allí nos queríamos resarcir del par de últimas salidas que con las lluvias otoñales no nos habían permitido hacer actividad y buscábamos algo que nos llenara y que nos hiciera emplearnos a fondo, además la motivación iba por las nubes tras ver a los Hermanos Pou el Miércoles en la Casa del Reloj.
La actividad que salió del viejo listado de itinerarios fue la Arista Norte del Tozal de Cartujo, ¿Por qué?. Pues porque llevaba años vislumbrando desde la pista de esquí que se dirige hacia el Collado de la Carigüela una línea bastante estética de uno de los picos principales de Sierra Nevada y una de las aristas junto a la de los Crestones de Ríoseco más abruptas de toda la "serranía nevadensi".


Hacia allí nos dirigimos Juanjo, Cordeiro y el que escribe ("buen grupo dos montblanes y una aconcagua este año"), el camino se hizo llevadero ya que era el reencuentro de Cordeiro y Juanjo tras su Mont Blanc y tenían muchas cosas que hablar y "que agradecerse". Pronto llegamos a la estación de Pradollano donde cenamos unos bocadillos que nos costaron algo menos que la botella de Ribera que cayó por medio. Desde allí y con las calorías a flor de piel nos dirigimos a la Hoya de la Mora situada un poco más arriba a 2500 metros de altitud, lugar donde íbamos a dormir y donde iba a empezar nuestra aclimatación a la altitud para el día siguiente.

Tras una noche apacible pero con algo de viento de Norte nos levantamos dispuestos a realizar la actividad, con el sol saliendo tras el Veleta y un cielo despejado que nos auguraba una buena jornada de montaña siguiendo el itinerario de un track bajado de wikiloc.


Desde la Hoya de la Mora mantuvimos altura en dirección a Borreguiles (epicentro de la estación de esquí) y desde allí avistamos la gran antena de la Estación Radioastronómica, había que superar la Loma del Dílar y decidimos ascender por una serie de pistas hacia el Collado anterior a la antena, aunque visto a posteriori nos teníamos que haber dirigido hacia el Collado de las Yeguas más arriba.

 
Llegamos a la Loma del Dílar desde donde obtuvimos la primera visión de la Arista del Tozal de Cartujo,


 nos quedamos un poco impactados ya que aún estaba lejos y además repleta de nieve fresca, ahora el siguiente paso era llegar hasta su inicio y para ello perdimos altura hasta llegar a una pista limpia de nieve y caminar en dirección SE hasta las cercanías de unas nuevas instalaciones de la la estación de esquí.

Cruzamos el arroyo de Dílar y con la vista fija en la base de la arista nos dirigimos en línea recta hacía allí, cometiendo un nuevo error, ya que desde el Collado de las Yeguas el itinerario no sube y baja numerosas veces comos nos ocurrió a nosotros, que tuvimos que superar los diferentes arroyos procedentes de los Borreguiles de Dílar por nieve blanda,


cosa que nos desgastó bastante antes de llegar al pie de la arista tras 3 horas y media de aproximación.

 
 
ARISTA NORTE DEL TOZAL DEL CARTUJO (AD / IVº, 1500 mts.)
 
A los pies de la arista a 2.700 metros comimos algo y nos pusimos todo el material duro, crampones, casco, arnés, etc.., el primer objetivo era montarnos sobre las estribaciones más bajas de la misma y para ello ascendimos por una ladera de unos 30º ganando unos 60 metros de desnivel y asomándonos a la vertiente Occidental de la arista donde se situa la laguna del Carnero en un paraje conocido como los Cascajares. 
 
 
Progresamos por la arista que en esta zona es loma aún y poco a poco ésta se fue estrechando a la vez que la roca de micaesquisto de Sierra Nevada iba poblándola, afilándola y haciéndola más aérea. 

 
Con unas trepadas fáciles continuamos progresando (IIº) por el filo, el patio ya era considerable y la mala nieve blanda cubría parte de los bloques, así que exigía toda nuestra atención. Pasamos una acumulación de bloques y pudimos divisar la expectacular arista que nos restaba, es decir toda. Tambien vimos en la siguiente aguja un diedro con bastante nieve que iba a ser nuestra próxima dificultad.


Descendimos por los bloques hasta una depresión o brecha desde donde llegamos a la base del diedro, allí decidimos continuar en ensamble, aunque no era muy inclinado la nieve cubría toda una placa de roca en la que los crampones chirriaban al pisar, así que preferimos continuar en ensamble a partir de este punto.


Superamos el diedro no sin problemas debido al mal estado de la nieve ayudados de los agarres de la pared derecha y tirando de mixto con los piolets salimos a un corredor en el flanco Occidental de 40º por donde ascendimos nuevamente hasta la arista y desde allí por la misma a una nueva cota rocosa.

 
 
Continuamos en ensamble ahora abriendo yo por terreno bastante fácil hasta llegar a la base de un buen mogote rocoso, el itinerario normal transcurre por la derecha del mismo, pero la nieve fresca tapizaba la roca y no podía ver apoyos de pies, lo intenté de primeras pero viendo que bajo la nieve había varias placas de roca, preferí dirigirme por unas terrazas horizontales hacia la vertiente Oriental del Dílar.
 

Se progresaba bien incluso la nieve había transformado algo en esta vertiente, por si acaso fuí metiendo cacharros por toda la pared desplomada del bloque de cumbre hasta llegar al final de las terrazas, allí un buen Tajo rocoso cerraba el paso, así que no había más ascender por una chimenea amplia formada por varias placas. El primer resalte bien con buenos agarres pero el segundo era otra cosa, sin agarre alguno de manos, un cepellón de hierba era buen seguro para el piolet derecho y para el izquierdo una fisura en la roca me dió la posibilidad de meter bastante el pico del piolet.,,"ale hup", un apretón y ya estaba arriba ( un mixto en toda regla M4 ), sin el piolet de la fisura la cosa estaba chunga para subirse así que lo dejé para mis compañeros metido en la fisura.

observando el paso de mixto para salir de las terrazas
Desde lo alto del promontorio, por las vistas parecía que la arista se volvía más amplia y fácil pero no era así y allí Juanjo tomó los mandos y los cacharros, el terreno nos llevó por unos destrepes, con el último paso de IIIº hasta una nueva brecha donde para salir de la misma había que superar una plaquita con nieve blanda y un resalte que superar de IIIº gorileando un poco en un buen cazo
 
 
Esta vez sí, continuamos la progresión por una ladera fácil de nieve, relajándonos un poco de las tensiones de los pasos anteriores y a la espera de toparnos con el famoso rápel y su posterior chimenea. Tras algunos minutos de marcha llegamos al rápel, eso sí realizando antes un destrepe de un par de metros algo delicado con los crampones puestos. 

 
La instalación se trataba de varios cordinos abrazando un buen bloque y todos ellos con un maillón triangular, bastante seguro y unos 10 metros por debajo de una pared un tanto desplomada.
 
 
Rapelamos y caímos a una placa bastante tumbada, así que aprovechamos la cuerda del rápel para cruzar la placa y situarnos bajo la famosa chimenea de IVº. Hasta allí llegamos los cuatro y cuando me disponía con todos los cacharros colgados a inciarla me di cuenta que me faltaba un piolet. "¡arrea!", pensando un poco me acordé que me lo había dejado arriba en las cercanías de la instalación del rápel, "Ufff". Eran las 15:30, por delante 2 horas y media de luz e ir a buscarlo iba a suponer mínimo media hora y eso si lo encontraba a la primera. Por momentos pensé dejarlo allí ya que tampoco sabía si iba a poder volver por la vertiente occidental al lugar de la pérdida. Sólamente el pensar en los 200 euros de la herramienta me hizo volver a por él, estaba claro que por el muro del rapel imposible, así que me descendieron por las placas rocosas hacia la vertiente occidental los 40 metros que dieron de cuerda y por allí trepe un murete fácil para salir a un corredor de nieve blanda por donde fuí subiendo aún atado a la cuerda, hasta que me gritaron final de cuerda. En ese punto me desaté de la cuerda y la até a un friend que metí en una fisura,  Continue por un estrecho y corto corredor para salir a la parte alta de la cresta donde vi el "amado / odiado" piolet, volví a descender el estrecho corredor para llegar nuevamente a la cuerda que me até al arnés y me dirigí al rápel por la parte alta de unas placas. Allí recuperé toda la cuerda y rapelé nuevamente para volver con mis compañeros. A pesar de llegar con las pulsaciones altas tras el error quise desquitarme en la chimenea y mientras mis compañeros recuperaban la cuerda del rápel descansé unos segundos para iniciar la escalada.
 
Se trata de una chimenea de unos 8 metros con un estrechamiento inicial, una zona de agarres media y un bloque empotrado final, que con las condiciones que tenemos de nieve los piolets los vamos a usar sólo para ganchear en la roca. 
 
 
Con seguro en una fisura de la pared de la derecha de la chimenea inicio la escalada, la limpio de nieve con el piolet y no aparece nada con lo que ganchear ni progresar, así que en oposición asciendo un metro hasta el estrechamiento, allí ya hay algún cantillo para la mano, así que en oposición continuo para superar el estrechamiento, tras salir del mismo se puede lazar un bloque como seguro, ya que la cosa está pelada de fisuras o están cubiertas de nieve.
El segundo tramo es una rampa con rocas, cubierta de nieve en donde ni los piolet te dan seguridad porque no ves donde clavarlos, hay algunas regletillas en la pared de la derecha y cuando subes los pies ya te puedes estabizar y progresar ya que no es muy vertical, así un par de metros hasta llegar bajo un bloque empotrado donde se puede descansar.
 
 
Bajo el bloque intenté superarlo por su izquierda por una pequeña terraza, pero la nieve cubría la roca y me pareció tentar a la suerte, así que justo por encima aunque tira un poco hacia atrás hay muy buenos agarres, que te permiten subir la pierna derecha a una pequeña terraza y ya levantarte casi por completo sobre el paso para salir del mismo.
 
 

 Para montar reunión hay unos bloques excelentes para lazar, eso sí con cintas largas o empalmando 2 de 80, además te dan buena perspectiva de toda la canal y de la progresión de los compañeros. Desde allí aseguré a los compañeros helados de frío que llevaban una hora de espera entre olvidos de piolet y canales, y que ascendieron hasta superar el paso no sin pasar dificultades con las manos heladas.


Así finalmente superamos la canal que no creo que en verano suponga muchas difiltudes para los habituados a moverse por terreno alpino.

Desde ese punto desaparecieron las dificultades, tán solo era superar unas palas de 30º, esó si de 20 a 30 centímetros de nieve blanda que nos agotaron, además sólo nos quedaba una hora de luz, así que a cumbre íbamos a llegar atardeciendo y al Refugio de Elorrieta una hora más tarde.
 

Podíamos llegar si nos lo proponíamos, pero pensando un poco friamente a sabiendas del estado ruinoso del Refugio Elorrieta y tras superar los 3.000 metros de altitud la luz comenzó a menguar con rapidez, no íbamos muy bien físicamente y para sufrir metidos bajo los plumas 1hora y media más de noche, con -2º de temperatura y un viento de Noroeste helador, decidimos quedarnos a vivaquear a unos 3.050 metros, a unos escasos 100 metros de desnivel y 200 de longitud de la cumbre. En un nicho, bajo una pared que nos cubriría de los azotes de viento de Norte, allí preparamos el terreno y tardamos en meternos en los sacos lo que tardamos en estirar las esterillas y adecentar en hueco.
 


 
Poco a poco el odioso hueco de nieve se fue convirtiendo en una acojedora morada al mismo tiempo que nuestros cuerpos iban tomando temperatura, cogiendo calorías, alimentándose y los músculos relajándose. Con el tiempo esta noche seguro que no la cambiamos por ninguna otra de este año.