miércoles, 25 de diciembre de 2013

Memorias del Khumbu por Bomy Martínez

Prólogo:
Hace tan sólo dos años conocí a una persona en la Cordillera de los Andes, coincidimos por primera vez en Confluencia y junto a Carlos de Bariloche y Javi Calleja hicimos un grupo bastante homogéneo en nuestro ascenso a la Aconcagua.

de derecha a izquierda: Carlitos, Bomy, Javi y yo
Todos éramos de similar carácter,  cada uno aportaba una cosa al grupo, no teníamos reparo en prestar las tiendas de altura, gas, comida o cualquier otra cosa. Pronto descubrimos que nos encontrábamos en el grupo elegido.  Él aportaba simpatía, positivismo y alegría, además de una visión diferente de la montaña, respecto al resto del grupo.
No entiende de marcas de ropa, aventurero, un nómada del mundo y a pesar de ser vasco de nacimiento, su curioso acento dejaba escapar expresiones inglesas a menudo, debido a su larga estancia en Irlanda donde actualmente vive, en definitiva, un amigo peculiar y muy especial.
Con diferencia iba el mejor aclimatado de todos, había venido hacía un par de meses de ascender el Pico Lenin de más de 7.000 metros situado en la antigua Unión Soviética, pero su humildad le hizo decirlo los últimos días.
Durante el día clave en Nido de Cóndores, quizás si no hubiera sido por él, no hubiéramos elegido la opción  acertada de subir hacia Cólera, ya que "a posteriori" fue lo que separo los que ascendimos de los que no. Por no decir que el día de cumbre nos hizo de liebre siempre unos cuantos metros por delante hasta la propia cumbre, con sus pantalones morados.

Este año una nueva coincidencia nos ha llevado a los dos al Himalaya, además el itinerario iba a ser el mismo, con una semana de diferencia y en mi caso otras 15 personas de acompañamiento ya que él iba en solitario en busca de aventura, ha creado su propio método de ascenso.

De celebración; Bomy, Javi y yo
Estos dos años desde la Aconcagua cada uno ha seguido su camino, pero él se ha hinchado a ascender montañas del planeta; ha subido al Fuji en Japón, McKinley en Canadá, el Monte Bromo en Java y el Gugung en Bali ambos en Indonesia, La Aiguille Verte en los Alpes franceses y el Hvannadalshnjukur techo de Islandia.

Indonesia, Monte Bromo

Cumbre McKinley

Monte Fuji

Aiguille Verte
No deja de sorprenderme y hace un par de semanas tuve noticias suyas, me contó su aventura en Nepal y me pareció una buena idea transmitirla ya que en sus letras plasma su carácter.
Tras pedirle permiso, aceptó y aquí os pongo su gran aventura por el Valle del Khumbu.

MEMORIAS DEL KHUMBU por Bomy Martínez

Llegue a Kathmandu el Viernes 18 de Octubre y fui directamente a la agencia a recoger los permisos, los billetes del vuelo a Lukla y pagar la indeseada minuta. 

Al día siguiente, día 19, a las ocho y media de la mañana cogí el vuelo a Lukla. Por suerte no hubo ninguna cancelación y pude volar el día establecido, ya se que vosotros tuvisteis que esperar algún día de más. Una vez en Lukla, comí algo y me puse en camino a Namche Bazar. Pasé por Monjo, pagué mi "National Park fee", y considerando que quedaban tres horas de luz, continué hasta Namche. Llegué sobre las seis y cuarto, justo cuando había empezado a utilizar la frontal...menos mal!

El domingo 20, prometía ser "Relax and acclimatation day", o algo parecido. Por la mañana me fui a Thame a ver su monasterio, y a la vuelta decidí coger un camino que se dirigía al bien conocido recorrido circular por Khunde y Khumjung, por lo que lo que prometía ser un día de descanso, se convirtió en llegar a Namche Bazar, una vez más con las últimas horas de día (o primeras de noche), jeje.

Comenzaba la semana y durante los próximos días me dirigiría hacia el Valle de Gokyo. 

El Lunes 21 y después de caminar todo el día,  llegué inesperadamente (y casi de noche otra vez!) a Machermo situado a 4.470 mts. de altitud.

El Martes 22 me levanté un poco griposo y decidí tomar el día libre (lo iba a tomar de todas formas, puesto que Machermo está bastante alto), y después de unos sobres antigripales de polvos mágicos, al día siguiente me encontraba perfecto.

El día 23 continué hasta el pueblo de Gokyo. Es un valle precioso, vas caminando por la morrena del glaciar de Ngozumba con el Cho Oyu de telón de fondo, y tiene la ventaja de que el camino esta mucho menos concurrido que la autopista al Everest Base Camp (y lo mismo los lodges).



 Ese mismo día sobre las 14:00 de la tarde comencé la subida a Gokyo Ri de 5.360 mts. para aprovechar las luces del atardecer y disfrutar con las estupendas vistas del Cho Oyu, Everest, Makalu y todo el Valle de Gokyo con el Cholatse al Este.



Llegue al lodge de noche otra vez y después de cenar nos sentamos junto al fuego en alegre conversación los escasos huéspedes  así como las tres generaciones de la familia que lo regentaba...Magic!

El Jueves 24 amaneció soleado "again", pensé en acercarme al Campo Base de la vertiente nepali al Cho Oyu (nadie ha subido desde allí , pero tras una hora de caminar por nieve blanda y llegar al primer lago, decidí darme la vuelta. No encontré a nadie excepto a un grupo de tres peruanos (de Huaraz para mas señas), que me dijeron que la huella no estaba abierta mas adelante. Curiosamente, y una semana más tarde me volvería a encontrar afortunadamente con ellos. Volví al pueblo de Gokyo, con la intención de cruzar el glaciar de Ngozumba para llegar a Dragnag, punto de partida para cruzar los 5330 mts. del Cho La Pass, y así conectar con el valle de Khumbu y la ruta al Campo Base de Everest. La noche anterior me había enterado que la ruta al Cho La estaba abierta a pesar de la nevada, pero por el momento muy poca gente lo había cruzado. En los lodges de Dragnag me encontré con unos zaragozanos que volvían valle abajo sin cruzar el Cho La.

El Viernes 25, me encontraba "solo... ante el Cho La".
No fue para tanto, la huella estaba abierta probablemente por un par de personas, suficiente para marcar el camino. Después de dos horas llegue a un collado que pensaba era el Cho La, pero para mi sorpresa el verdadero Cho La aparecía en la lejanía tras una fuerte pendiente de nieve expuesta a caída de piedras. Dos horas mas tarde me encontraba en el "verdadero" Cho La, en solitario con unas vistas increíbles a ambas vertientes. Fue gratificante ver a un grupo de tres chinos que llegaban un poco mas tarde desde el lado Este.

Cho La Pass

Cabalgue hacia abajo, esquivando las bien marcadas grietas en el glaciar, y "ojo avizor" a la pronunciada pendiente rocosa. El valle se ensancho finalmente ofreciéndome unas magnificas vistas del Ama Dablam en el horizonte.



Acabé en los lodges de Dughla a 4.630 mts., bajo los mil y pico metros de la cara Este del Cholatse, y compartiendo cena y estufa con el cocinero, la dueña y su hija, una niña de unos ocho anos, que hablaba un inglés envidiable. Otro de esos momentos "NESCAFE" como decían los anuncios de antaño.

Pierdo la cuenta de los días  creo que era Sábado 26,  comencé descendiendo hacia la ruta del Everest Base Camp, y tras un atajo por la ladera de la montana me encontré en Lobuche. Repuse fuerzas en un lodge para porters con un (Chow Mein, an omelette and a cup of milk tea), y continué hacia Gorak Shep mientras veía como se aproximaban picos tan conocidos como el Pumori y el Lingtren, como una señal de que el Campo Base estaba cercano. En Gorak Shep conseguí casi la ultima cama disponible (welcome to the civilized world again). Esa misma tarde fui al Campo Base.

Campo Base del Everest
Parece como si ya hubiera estado allí  no hay sorpresas, y cada montaña, cada vista, es conocida. Sin embargo es un momento especial..., y quizás a la vuelta, el mismo lugar deja ya de ser tan mítico y remoto como era anteriormente... simplemente buscas un nuevo destino, un nuevo objetivo...again. Volví a Gorak Shep de nuevo al anochecer, pensando en el Kala Patthar del día siguiente.

La mañana del domingo 27 hacia frío,  los cinco mil y pico metros se dejaban sentir (incluso en la habitación , y cuando empece a caminar ya había varias personas intentando llegar a la soleada vertiente de Kala Patthar. Durante la ascensión y una vez arriba, la vista del Everest y el Lotshe-Nuptse es excelente, casi puedes tocarlos.


 No puedes evitar comparar la vista desde Gokyo-Ri y Kala Patthar, creo que personalmente me quedo con Gokyo, quizás porque mi atardecer en Gokyo fue mas emotivo que mi mañana en Kala Patthar, a pesar que en este último el Everest se ve tan cercano. En cualquier caso ambas son maravillosas. Después de casi una hora de contemplación  regrese a Gorak Shep, comí unos "noodles" en el mismo Porters lodge de Lobuche, y volviendo la mirada continuamente, a todo lo que dejaba atrás  al atardecer (y esta vez a plena luz del día , llegaba a Dingboche. Hacía una semana que había salido de Namche Bazar.......parecía mucho mas tiempo.

Comenzaba mi segunda semana, Lunes 28, con la salvedad que no hay que ir a trabajar (quien dijo que esto no es trabajo???). Desde Dingboche observo la Pared Sur del Lhotse al norte, el Ama Dablam al Sur y el Imja Tse entre ambos al final del valle del mismo nombre. 
Antes de llegar a Nepal consideré la posibilidad de combinar este trekk con la ascensión al Island Peak. La maldita burocracia y el desembolso económico que ello supone, me mantuvo dubitativo, para finalmente acabar haciendo lo inevitable.
Fui a Chukhung, donde esa misma tarde debería juntarme con mi guía y un porter a quien en Lukla había dejado unos 5 kg. de material que utilizaría únicamente para el Imja Tse.  Chukhung es sorprendente, situado en un entorno de alta montana, que como tú bien decías, tiene cierto parecido a la Cordillera Blanca de Perú. Llegue pronto, deje la mochila en el lodge y como tenia todo el día por delante hasta encontrarme con Pasang Tenjing, decidí subir al Campo base del Island Peak a echar una ojeada.


Me encanto el camino. No así la situación en el Base, donde debido al viento, muy poca gente (una o dos cordadas) habían hecho cumbre ese día  Volví a Chukhung a primera hora de la tarde y en el camino de vuelta se echo la niebla y hacia bastante frío.  Me junté con Mr. Tenjing tan pronto como llegué al lodge. Quien iba a ser mi guía había estado "solamente" diez veces ON THE TOP OF THE WORLD...casi na!

El Martes 29 el viento continuaba en el Lhotse e Island peak durante la mañana. Se podía ver la nieve revoloteando en sus aristas. Alquilé algo de material, compré algo de comida en la tienda de al lado y después de comer (en la tienda de al lado también), sobre las doce del medio día, Pasang y yo nos dirigimos hacia el Base. 
Decidí que era una batalla perdida intentar seguirlo y le deje marchar. Nos juntamos a mitad de camino en una roca muy característica, donde charlaba con unos conocidos, y llegamos al Base casi a la vez.

Campo Base del Imja Tse
Montamos la tienda, fui a por agua, me dí una vuelta por el lago y finalmente cocinamos algo antes de ir a dormir. La noche estaba serena, fría pero sin viento. No dormí casi nada, él sí claro!.

El Miércoles 30, le desperté a las dos menos cuarto de la madrugada, se había dormido, yo no!. Tomamos un té, unas galletas, un poco de chocolate, y yo rehusé a la sopa rara de noodles que el se iba a tomar. Me disfracé de alpinista, y antes de las tres ya estábamos en camino.
Subí sistemáticamente manteniendo el paso lento pero constante. Pemba subía rápido, con un paso de aspecto algo torpe...pero rápido!  y de vez en cuando paraba a esperarme. Una vez llegamos a la parte más inclinada de la ruta ya subíamos juntos. En el "crampon point" hicimos lo propio, todavía de noche, y con las primeras luces del amanecer nos encontramos con las cuerdas fijas. Pemba me apagó la frontal, y después de un trago de agua, un Mars y unos frutos secos (que antiguos!!!) empezamos a "jumarear" detrás de dos cordadas que nos precedían.
Casi a las siete y media Pemba y yo nos estrechábamos las manos en lo mas alto del Imja Tse, sin viento, con una vista magnifica...y sintiéndome un poco pequeño ante la imponente sur del Lhotse.


Después de unos veinte minutos en la cumbre descendimos (medio rappel, medio agarrados) las cuerdas fijas y después de llegar a la plataforma y sortear unas pocas grietas, el "crampon point" se convirtió en el "snack point".



La vista aquí  una vez más, es increíble. Bajé con cuidado las primeras rampas de nieve y roca, y después de ver como Pemba se alejaba hacia el Base, sobre las diez y media nos juntamos en la tienda. Cuando yo llegue, el ya había comido una sopa de noodles con sus colegas (que vicio!). Me encontraba bien...me enorgulleció oír de aquel veterano del techo del mundo "you could summit Everest". Tristemente y considerando mis limitaciones en todos los aspectos respondí "I can't afford it". Desmontamos la tienda, me ofrecí a bajarla puesto que el la había subido, (lo cual acepto alegremente), nos hicimos las fotos de rigor y a las dos y media estábamos de nuevo en Chukhung.


Hacía una temperatura agradable, y desdeñé la idea de bajar a Dingboche esa misma tarde, después de sentarme al sol y encontrarme con Juanjo, un conocido periodista de Donosti. Pemba subiría de nuevo con él al Imja Tse al día siguiente...que ganas!

31, Thursday morning, me despedí de Pemba y Juanjo deseándoles suerte en su ascenso al Imja Tse, y bajé tan pronto como pude hacia Dingboche. Comí unos noodles en el "Noodles and Pool" en compañia de "two lovely sisters" que lo regentaban, y una vez más cabalgué en lo que prometía ser un largo día hasta Namche Bazar, con mi mirada y mi cámara siempre enfocando a la inolvidable y cambiante cara del imponente Ama Dablam. Una vez en Namche Bazar me sentí estúpidamente "in the civilized world again". Volví al mismo lodge donde había dejado algo de ropa casi dos semanas atrás,  acordé el precio, y después de la pertinente cena "dormí como un Rey".

Inesperadamente la mañana siguiente (Viernes 1 de Noviembre) había mercado en Namche Bazar. "I thought It was on Saturday..." Aparentemente el mercado empieza el Viernes y continúa hasta el Sábado. Fui a la Gompa tan pronto como abrió, y salude a Mingma, "the girl in the reception" que había conocido cuando llegue a Namche dos semanas atrás. Me enseño el monasterio, leímos juntos los paneles que explicaban la historia del mismo, a la vez que me preguntaba el significado de algunas palabras en Inglés, que en la descripción no acababa de comprender. Fue un momento inolvidable entre risas y flirteos. "Will you come back next season?" I don't know.....Volví al lodge, me afeité dos semanas de vagancia y necesidad (quise dar una buena impresión), compré un apple pie in the german bakery, y volví a Mingma con mi pequeño regalo. Me despedí un poco emocionado. Después visité el mercado, y fui a decir adiós a mis amigos del Local restaurant donde había comido varias veces, inicié el descenso a Lukla.


Esa mañana de Sabado 2 de Noviembre me levante muy pronto, supongo que para tener una temprana idea de la situación que me iba a encontrar. El día anterior y a medida que iba llegando a Lukla, me enteraba de las noticias: "no flights from Kathmandu for the last three days..." Hoy Sábado (el día de mi vuelo) ya era el primero de cuatro. Pasaban las primeras horas de la mañana mirando al cielo, y con la esperanza de ver u oír un avión  Me encontré de nuevo con los peruanos que había conocido días atrás en Gokyo. Resultaron ser el padre (francés) y sus dos hijos de unos veintitantos nacidos en Perú, y donde los tres actualmente vivían. Me contaron: "Nosotros hemos decidido bajar a Salleri caminando, desde donde se pueden conseguir jeeps de vuelta a Kathmandu". Salleri estaba a dos días de Lukla, desde allí  los jeeps tardaban más de quince horas en llegar a Kathmandu.

Mi vuelo de vuelta a casa era el Lunes por la tarde (más o menos en dos días y quince horas), y los de Emiratos no esperarían por mi. Sopesé la situación; lo ultimo que necesitaba eran dos días mas de trekk con mi abultada Altus (yo bajaba todo mi material), pero ante la imposibilidad de volar ese día  y tener que afrontar una cola de cuatro días de personas esperando vuelos, decidí cancelar mi billete y unirme a los peruanos. Dejamos Lukla sobre las 10:30, caminamos todo el día por unos lugares preciosos, a veces más parecidos a una selva subtropical, que al entorno de alta montana que habíamos vivido anteriormente y finalmente a las 17:30 de la tarde llegamos a Kharikhola, donde decidimos pasar la noche. Lukla había quedado bastante atrás...Salleri aun estaba bastante lejos.

El Domingo 3 a las 6:00 de la mañana ya estábamos desayunando y media hora mas tarde comenzábamos a caminar, literalmente aquello era volar. La ruta era un continuo sube-baja, para acabar subiendo unos mil trescientos metros de desnivel hasta los 3.071 mts. del Trakshindu La. ¡Y yo que pensé en Lukla que todo seria bajada!. En otras circunstancias, habría disfrutado enormemente de este camino, pero ahora no pensaba mas que en llegar a Salleri lo antes posible.


Al final del día llegamos a Phaplu, y media hora mas tarde llegábamos finalmente a Salleri. Eran las 19:00 de la tarde, ya de noche y la posibilidad de encontrar un jeep que saliera en ese mismo momento a Kathmandu, era mas que remota. "Today is festival and all the jeeps left in the afternoon. Maybe tomorrow morning..." Tomorrow morning era demasiado tarde para mi! Paseé por el pueblo con la esperanza de encontrar algo o alguien que me pudiera sacar de allí.
Había bastante jolgorio que contrastaba con mi contenida angustia de ir mentalmente asimilando que perdería mi vuelo de vuelta a casa. En mi desesperación  intente incluso "sobornar" a un conductor de jeep...no funcionó.
Me da la impresión que este tipo de situaciones te crean un estado mental que te hace pensar muy rápido  y te llevan a soluciones que en otras circunstancias, nunca habrías pensado. Desde la tienda de la esquina, llame por teléfono a la agencia de Kathmandú que me había solucionado los permisos (por suerte Mikel trabaja allí) , y pregunte con voz entrecortada: "es posible conseguir un helicoptero que mañana Lunes me lleve a Kathmandú?". Le propuse que uno de los helicopteros que volvía de Lukla a Kathmandu (la gente en su desesperación por salir de Lukla, ya estaba fletando helicopteros), hiciera una parada en Salleri y me recogiera. Mikel dudó..."eso va a ser bastante complicado, pero déjame intentarlo...éste es el país de las sorpresas". 

Veinte minutos más tarde Mikel me llamaba a la misma tienda de la esquina para decirme que era posible conseguir el helicoptero, y un último precio que no había estado exento de regateo, "he conseguido un descuento porque el piloto es amigo mío, nos conocemos desde hace bastante tiempo..." Mikel esperaba mi respuesta. Me rompía el corazón pagar por un helicóptero casi más que por mi vuelo a Nepal, pero el estropicio ya estaba hecho...¿Cuál sería el precio de reservar un nuevo vuelo y perder una semana de trabajo?  Respondí: ok Mikel, no tengo opción,  acepto. Esa noche nos sentábamos a cenar, en alegre camaradería y entre risas y algo de ron, los tres peruanos, dos mejicanos que habían intentado el Ama Dablam, dos Sherpas, dos francesas, una lituana y yo. Todos saboreábamos la alegría de haber terminado "su personal y maravilloso trekk", y a sabiendas de que mañana unos en jeep, y "otro" en helicóptero llegaríamos a Kathmandú.
Disfrute el momento, y toda mi angustia se desvaneció por completo...a pesar de todo!

Lunes 4 de Noviembre.
Decidimos que el "Pick Up" sería sobre las ocho y media de la mañana de ese Lunes en Phaplu, a una media hora de Salleri. La mayoría de los que cenamos juntos el día anterior ya habían salido en jeep. Me despedí de los peruanos, "...nos vemos en el Huascarán", le comenté a Dominique.

Corrí a Phaplu, llegué justo a la hora, pero aun tuve que esperar hasta las diez, que llego el famoso helicóptero.  Me "embarqué" a Kathmandú. El helicóptero venía de Lukla con otros cuatro pasajeros. "Are you tight with flights?" pregunte a la chica sentada a mi lado, ella asintió con cierta impotencia. Me consolé pensando que las vistas desde el aire eran preciosas y que quince horas de incomodo jeep se convertían en menos de una hora de excitante vuelo, y es que la mente trabaja de una manera increíble.



Me encontré en el aeropuerto de Kathmandú sobre las 11:00 de la mañana, cuatro horas y media antes de mi vuelo. Cogí rápidamente un taxi y fui a la ciudad. Ya en el Thamel, y en el hostel donde había pasado la primera noche me permitieron darme una ducha a pesar de que obviamente no me podía hospedar allí  "You look tired" me dijo la chica de la recepción.  Creo que después de esa primera ducha tras todo el trek "I looked much better". Corrí a la agencia, me encontré con Mikel y echamos unas risas por todo lo sucedido antes de despedirme, "...no te preocupes ya me pagarás cuando llegues.....que sí, que sí, que ya me fío de tí".
Aun saqué tiempo para comprar un chaleco de plumas "North Fake" y después de comprar algo de comida, gasté mis últimas rupias en un taxi al aeropuerto. El vuelo llego con retraso y después de más de una hora de espera me encontré sentado en el avión que unas pocas horas antes pensé que perdería. Lo había conseguido y pensé que Kathmandú nunca había estado tan lejos o tan cerca solo en cuestión de horas. Despegamos y disfrute con el panorama desde el aire, mientras les explicaba en French-English los lugares y nombres de las montanas a la madre e hijo franceses que se sentaban a mi lado.
Me sentí feliz, completamente relajado. Volvía a casa...con la mochila llena de recuerdos!


Bueno Dani, pues esto es todo. Espero no haberte aburrido demasiado, pero lo que pretendía ser un corto email, se ha convertido casi en una novela. 

Creo que ha sido un poco terapéutico para mí, el hecho de re-descubrir un poco mi viaje al escribir esto, y por otro lado, te debía una historia, después de haber leído tantas tuyas en tu blog. 
Finalmente, y considerando las fechas, desearte "Happy Christmas", y por supuesto muchos éxitos y seguridad en la montana.

Un Saludo

Jose

domingo, 8 de diciembre de 2013

Tusse de Remuñe y Pico Rabadá, parte 3

Las dos jornadas anteriores:
http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/12/tresmiles-por-el-valle-de-remune-parte1.html
http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/12/pico-boum-pd-parte-2.html

Tras una nueva noche durmiendo en las laderas pirenaicas, nos levantamos a las 5 de la mañana con un objetivo claro la Tusse de Remuñé, Pico Rabadá y Navarro, aunque éramos conscientes de que podía pasar cualquier cosa ya que la nieve estaba blanda, los picos un tanto alejados y sus rutas de acceso había que ver como se encontraban.


Debido a  la nieve blanda, decidimos no llevar, ni arnés, ni cacharros, ni cuerdas. Si hubiera algún paso raro nos daríamos la vuelta, pero es que con peso era imposible llegar a la zona del Ibón de Maupás. Nos la jugamos a una tentativa rápida y ligera.

A las 6 de la mañana y aún de noche partimos por la huella del día anterior rumbo al espolón Sur del Pico Boum, lugar por donde teníamos que pasar. La verdad que nos sorprendió el estado de la nieve, o más bien de la huella, ya que había helado y estaba algo compactada por nosotros de la ida y vuelta del día anterior, no se progresaba del todo mal.

Pronto nos situamos bajo las paredes del Mall Barrat y un poco más allá bajo el Pico Boum, (habíamos preferido seguir la huella del día anterior en lugar de mantener cota y abrir huella hasta la base del espolón). Tardamos la mitad de tiempo que la jornada pasada llegar a este punto situado a 2840 metros de altitud, hora y cuarto. Ahora teníamos que perder altura por unas ondulaciones de nieve, formadas por la presencia del Glaciar de la Graba, paralelos a la Arista Sur del Pico Boum, a la espera de que esta perdiera su verticalidad y nos dejara pasar por la ladera hacia el Ibón de Maupás. Según mapa, ésto ocurría a los 2750 metros, por lo que teníamos que perder altura.

Llegamos al punto exacto donde el espolón terminaba pero una pendiente helada de unos 40º nos obligó a ponernos los crampones para continuar rumbo al Este. Con cuidado y piolet en mano fuimos progresando hasta pasar el tramo dificultoso y llegar unas nuevas palas que fuimos cruzando en leve ascenso mientras comenzaba a amanecer.



En esta zona la nieve estaba más blanda y fuimos haciendo rotaciones en las tareas de abrir huella hasta que pudimos ver a tiro el Ibón de Maupás situado bajo la vertical de la imponente pared Sur del Maupás. Perdimos algo de altura y llegamos a un depósito morreníco del borde del ibón en tan sólo dos horas y poco desde las tiendas, mucho mejor que las mejores previsiones.

depresión del Ibón de Maupás
Bordeamos el Ibón de Maupás por la derecha, por las laderas del Maupás y llegamos a un nuevo alto, desde donde divisamos los tres objetivos de la jornada; la Tusse de Remuñe, el Rabadá y el Navarro. A la Tusse de Remuñe parecía factible ascender por una pala a la izquierda acta para esquiadores pero un tanto a desmano, para nosotros mejor continuar ascendiendo hasta el fondo del circo y ver qué tal por un corredor estrecho que parecía entretenido.


Tras una breve parada para echar un trago y comer algo partimos de nuevo en ascenso hacia una primera faja que protegía todo el circo, nos pareció más fácil por la derecha, pero la pendiente rondaba los 50º y resultó que estaba la ladera un tanto helada. Tuvimos que tirar de punta de piolet y crampones para subir el corto pero duro tramo y salir por encima de la pequeña faja, que no parecía nada desde abajo.


Ya encima, continuamos rumbo al corredor que habíamos divisado sin saber exactamente muy bien cual era cual de los picos que nos disponíamos a ascender. Cuando estábamos a 2930 metros hicimos una nueva parada y ya divisamos un corredor más amplio un poco más a la derecha del anterior y nos quedó todo bastante claro. Este corredor amplio nos iba a llevar a una brecha entre la Tusse de Remuñe y el Rabadá, así que era buena opción.

Ya la altura se iba notando, y teníamos que pararnos cada ciertos metros para calmar el corazón que se nos ponía en la boca, trazamos unas zetas en el último tramo y tras meternos en el corto corredor de una treintena de metros llegamos a la brecha, no sin antes pasar una placa de hielo formada por el viento.
Desde la brecha divisamos la vertiente francesa y estaba totalmente helada, las rocas estaban cubiertas por carámbanos y las laderas de nieve estaban recubiertas por placas de viento en su totalidad.

Nos pusimos manos a la obra e hicimos un intento al Tusse de Remuñé, ascendimos unos metros por la arista y pronto nos dimos cuenta que aquello estaba repleto de hielo por lo que descendimos nuevamente a la brecha (lo intentaríamos después por el otro corredor estrecho que veíamos desde el ibón). Probamos fortuna ahora al Pico Rabadá,


éste también tenía su miga y por la vertiente "gabacha" todo estaba helado, tenía algunos salientes de rocas en donde podíamos agarrarnos y algunos de nieve blanda por arriba, que nos venían de perlas para lograr estabilidad. Aún así había algún tramo helado que nos hizo tragar saliva antes de pasar y poder llegar al hito cimero del Pico Rabadá. Hacia el Navarro estaba prácticamente imposible continuar sin cuerdas por lo que lo dejamos para otra ocasión y aprovechamos el lugar y el sol para hacer unas fotos en el Pico Rabadá a las 9:30 de la mañana, 3:30 después de nuestra partida.

la arista hacia el Pico Navarro
Para la vuelta, igualmente anduvimos con mucho cuidado, cualquier paso en falso nos podía llevar muchos metros hacia abajo y aunque era un tramo corto de escasos 30 metros, había que prestar la máxima atención, para saber donde poner, cada pié, cada mano e ir progresando por el filo.

Llegamos a la brecha nuevamente y descendimos por el amplio corredor unos 50 metros de desnivel, para girar a la derecha e iniciar el ascenso por el otro corredor más estrecho que atacaba a la Tusse de Remuñe por el Sur.


De un inicio eran rampas de 30º y luego de unos 40º, para salir por una cornisa de nieve blanda a la parte alta de la loma, desde allí el pico estaba muy cerca y sólo nos separaban de él unos 20 metros pero de auténtica pista de patinaje.


Había que clavar bien los crampones ya que era puro hielo todo y así llegamos a la cumbre de la Tusse de Remuñe, las fotos de rigor, unas vistas hacia los Cabrioles, hacia el Perdiguero y hacia el Valle de Lliterola y vuelta hacia abajo que son las 10 de la mañana y queremos volver a Benasque


Mientras mis compañeros descendían el corredor yo me quedé unos minutos por necesidades fisiológicas en la barrera de los 3.000. Y nos reencontramos posteriormente en las cercanías del Ibón de Maupás donde realizamos una breve parada para comer algo y reponer fuerzas.

Vall de Remuñe desde Tusse
Prometía una vuelta cansada, tediosa y lenta, debido a que ya llevaba alguna hora dando el sol a las palas, pero la huella creada a la ida nos ayudó bastante y a buen ritmo fuimos volviendo de nuevo bajo las paredes primero del Pic de Maupás y luego en leve descenso hacia el paso de la Arista Sur del Boum.


Después de bordear la arista, nos quedaba una última subida de la jornada hacia las planicies del Glaciar de la Graba, esta vez nos quitamos los crampones y serpenteamos entre unos bonitos relieves de nieve en forma de abombamientos y olas, creadas por la acción del viento.


Tras un corto y llevadero ascenso, llegamos a una zona con menos pendiente, dejando a la izquierda la pared del Boum y el corredor de la jornada anterior. Desde allí el descenso ya era corto, los últimos 300 metros de desnivel para llegar a la zona de campamento donde se encontraba nuestra solitaria tienda.


Habíamos llegado a la misma poco después de las 12, aún nos quedaban un par de horas de descenso y teníamos que recoger todo el tinglado de la tienda. Con tranquilidad fuimos haciendo nuevamente "el mochilón", metiendo sacos, esterillas, cacharros, cuerda, cocina y finalmente la tienda. Y nos pusimos rumbo  a Benasque siguiendo nuestra huella de un par de días atrás, aunque en ciertas zonas, tratamos de corregir el itinerario en busca de una pendiente más cómoda.

Los 350 metros de canal hasta el valle aún nos pusieron en algunos aprietos, la helada de la madrugada había puesto bastante dura la pala de descenso a unos 40º en la zona de mayor pendiente y con el peso de la mochila el equilibrio en ciertas zonas era efímero. 
Tras pasar las dificultades de la parte superior, ya llegamos a zona cómoda encontrando por el camino el cazo de cocinar que habíamos perdido el día anterior y que había caído de 300 metros más arriba y un piolet técnico charlet, que supusimos "a ciencia cierta" que era de Jacobo, que lo va perdiendo todo y que había pasado por allí hacía algunas horas.

Llegamos al fondo del valle, donde el sol no da durante varios meses al año, la verdad que casi lo agradecimos debido al calor existente, aunque en pocos minutos estábamos pidiendo clemencia nuevamente 
para salir de aquella nevera.

Ya por el fondo recorrimos el bonito valle rumbo al Este, cogimos agua de los primeros trazos de arroyo entre nieve y salimos nuevamente de las estrecheces del valle para llegar a zonas soleadas.


Tras parar en la misma zona que durante la ida, un lugar excepcional para divisar todo el valle, retomamos el descenso, introduciéndonos en el bonito bosque de pino negro, allí las estampas eran excepcionales, caminando por un buen mando de nieve, atravesando pequeños arroyos y zeteando entre pinos hacia zonas clareadas.


Sobre las 14:30 llegamos al Forau de la Llana, zona en donde se sale del Valle de Remuñé para enlazar con el de Benasque, allí tomamos la carretera que desciende a Benasque, dejando Llanos del Hospital a mano izquierda unos cuantos metros más abajo y continuando estos dos kilómetros de tediosa pista final hasta llegar al coche a las 15:00 horas, 9 horas después de nuestra partida de las tiendas, 850 de desnivel positivo, 1700 de negativo y unos 13 kilómetros andados.








sábado, 7 de diciembre de 2013

Pico Boum, PD+, parte 2

aproximación en: http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/12/tresmiles-por-el-valle-de-remune-parte1.html

El móvil sonó a 2.500 metros, eran las 8 de la mañana, bastante tarde pero la verdad que no había necesidad real de madrugar más, ya que el objetivo el Pico Boum lo podíamos ver desde nuestro campamento y la aproximación no nos iba a llevar más de un par de horas sólo.


En cuanto nos quisimos vestir e iniciar las tareas de la ingesta matinal, ya teníamos el sol dándonos por el cogote y asomando por encima de los Montes Malditos. La verdad que no lo tomamos con relajación viendo el objetivo tan cercano y hasta las 9:30 no iniciamos la marcha en dirección al objetivo.

Pico Boum en el centro de la imagen
No hacia frío para ser Diciembre en el Pirineo, unos 0º y sin viento. La nieve no había compactado aún lo necesario pero nos dejaba una pequeña tregua y algo rehelada por la superficie nos permitía progresar hacia las paredes sur del Mall Barrat sin hundirnos demasiado.


Ganamos altura bruscamente de un inicio y pronto llegamos a las zonas altas y con menos pendiente del Glaciar de la Graba, cubierto de nieve en su totalidad, sólo nos quedaba llanear un poco evitando las depresiones y dirigirnos hacia el corredor Sur, vía que íbamos a intentar y en donde todas las reseñas que teníamos, explicaba su ascenso en verano, por lo tanto no sabíamos las condiciones reales de su ascenso.


Tras dos horas de aproximación con tramos de nieve de todos los tipos, nos situamos en la vertical de la canal Sur, desde allí pudimos apreciar que estaba cubierta de nieve y que el corredor no parecía tener una dificultad muy elevada, eso sí como habíamos leído la roca estaba muy suelta, la protección era poca y la nieve iba a estar en muy mal estado.


Ascendimos las últimas palas hasta llegar a la entrada de la canal, allí tuvimos que hacer unas plataformas en las rimayas, para poder ponernos de buena manera el arnés y organizar todo el material y cuerdas.
La idea inicial era hacer dos largos de 30 metros hasta la arista y desde allí superar las dificultades que pudiéramos encontrar. Hicimos dos cordadas, una de dos y otra de tres para progresar con dos cuerdas y al estilo de escalada clásica, dejando la primera cordada los seguros puestos a la segunda.

LARGO 1º: (30 mts, 50º):

Iniciamos la escalada por nieve muy blanda, la cercanía de la roca que se calentaba por momentos hacía que toda la nieve se derritiera, ya me costó salir del agujero de la rimaya de la roca, pero tras salir pude progresar mejor por una zona a 40º de inclinación y con nieve más dura.


El corredor se estrechaba y a unos 15 metros, un pequeño resalte de roca, por encima del mismo había algo de hielo, que nos iba a venir perfecto para clavar y superarlo.





Unos 10 metros más de ascenso por nieve blanda a 50º y una nueva franja de roca que cortaba el paso, por la derecha intenté limpiar de nieve un estrechamiento, pero no había nada para asegurar, así que me dirigí a la izquierda y allí metí un friend, para llegar en una corta travesía a derechas a la base de un nuevo resalte donde había dos cordinos en un puente de roca, allí realicé la primera reunión.

LARGO 2º, (30 metros, 60º, M4):

Tras recuperar a Jacobo inicié el segundo largo, se trataba de un muro de mi misma altura, lo protegí con un mini fisurero un tanto precario y en algo de hielo por encima pinché para superar el muro con los crampones en roca chillando. Había un tramo de nieve blanda, bastante cómodo para buscar como asegurar el siguiente paso, los seguros como todo el itinerario son muy malos y no hay casi nada, así que en una fisura muy fina un  clavo metido de aquella manera y aupa!.


Buscando la nieve dura con los piolet para poder subir el nuevo resalte rocoso y salir a un pequeño amontonamiento de nieve sobre una roca, desde allí a izquierdas sube una pala de nieve blanda, que empleamos para progresar mejor, en un inicio tiene unos 55º, pero poco a poco va pendiendo inclinación para salir 20 metros después a la arista, desde donde se puede ver la vertiente francesa.

Jacobo subiendo el segundo largo hasta la arista.
LARGO 3º, (30 metros, 60º):

Desde la arista el panorama no es muy halagüeño, hacia el Este la arista se afila y la nieve blanda no da mucha estabilidad. Me asegura Jacobo y continuo progresando, intento agarrarme a roca con las manos y así tener más confianza, un par de seguros en roca y me sitúo bajo un entrecho corredor cortito con una buena inclinación, no se puede proteger nada y la nieve está muy blanda, así que hay que confiar en la misma.
Poco a poco veo que la huella es profunda y aguanta, así que salgo a la parte alta del Pico Boum, desde donde veo que ya las dificultades han terminado hasta la cumbre. Allí la tercera reunión en un bloque soldado a la nieve con una buena capa de hielo y a recuperar al compañero.


Ya los dos en la reunión, dejo el cordino puesto ya que nos va a venir bien para descender rapelando y continuamos encordados por la arista, ahora primero Jacobo.


Mientras le doy unos metros a Jacobo mis compañeros van llegando a la segunda reunión.

salida del segundo largo, desde la reunión del tercero.
Según las reseñas, había alguna dificultad más hasta la cumbre, una pequeña brecha que en nuestro caso esta tapada por la nieve y sólo nos queda caminar para llegar a la cima del Pico Boum señalizada con uno hito. Desde allí las vistas son increíbles hacia los Montes Malditos.


Tras 10 minutos llegan nuestros compañeros de la segunda cordada a cumbre,


¡alegría!, hemos llegado los 5 arriba, aunque con tanto largo se nos ha ido bastante tiempo entre reuniones, en el planteamiento para la jornada de hoy, habíamos pensado rapelar hacia la vertiente francesa y dirigirnos al Maupás pero por las horas que son esto va a ser imposible.


Y tras comer algo y recuperar fuerzas, iniciamos la vuelta por la arista primero y posteriormente montando tres rápeles que nos depositarán en la base del corredor.


Allí nos volvemos a reunir el grupo y recogemos todo el material para dirigirnos de vuelta a las tiendas, esta vez con la huella abierta ya y de bajada, sólo nos lleva una hora y cuarto llegar a las tiendas.


Se agradece cuando llegas, aprovechar algo de sol para no quedarte destemplado totalmente, lavarte, relajarte o simplemente derretir nieve algo más cómodo que no con el sol tras las montañas.

Para la jornada próxima, estamos dudando qué hacer, finalmente dos de los compañeros van a descender y otros tres intentaremos ascender algunos tresmiles de la zona del Ibón de Maupás, concretamente el Rabadá, Navarro y la Tusse de Remuñe, veremos a ver.......

Jornada siguiente en:
http://pelegrinajes.blogspot.com.es/2013/12/tusse-de-remune-y-pico-rabada-parte-3.html