martes, 24 de enero de 2017

Sur directa al Pájaro 6c ó 6a/A1, Pedriza



Escalada o Espeleología, esa era la cuestión.
Había intentado quedar varias veces con César para hacer alguna actividad guapa y ésta surgió a finales de Enero, los dos coincidimos en libranzas y ajustamos el plan.

Le llevé a mi terreno y le propuse dirigirnos a la Sur del Pájaro, el risco más emblemático de la Pedriza y al que había subido en tres ocasiones por diferentes vías, cada una en una cara. Tenía que echar cuentas con dicho monolito granítico y me quedaban dos largos por abrir tras mi primera escalada aquí con Juanjo, concretamente los impares los que le tocaron a él en aquella ocasión hace casi 4 años.

César aceptó y a pesar de que llevaba tiempo sin escalar no le importaba ir de segundo de cordada durante todos los largos, así que plan perfecto y redondo por mi parte. Y más si cuento que le gusta ir grabando con su gopro toda la actividad.

Madrugamos, la mañana era fría en Canto Cochino, la típica de Enero. Tomamos todos los bártulos y marchamos rumbo al Pájaro por el camino conocido como la Autopista. No cruzamos el Arroyo de la Majadilla hacia el Giner de los Ríos y sí comenzamos a ascender por el PR paralelos al Arroyo de los Poyos y en dirección norte.

Entre los pinos podíamos ver cuando éstos nos dejaban la inconfundible silueta del Risco del Pájaro y así llegamos a la bifurcación a derechas que nos llevaba a cruzar el arroyo y comenzar a subir cual jabalís por terreno empinado entre jaras, encinas y pinos. El camino está balizado con hitos, pero igual que los ves, los vuelves a perder en el transcurso de unos pocos minutos.

No ves el granito del Risco del Pájaro hasta que no estás debajo de él y hasta ese punto unos 25 minutos desde el arroyo de abajo.


La cuesta nos ha ascendido la temperatura del termostato corporal e intentamos coger el resuello mientras divisamos el itinerario a tomar, que en este caso es evidente. La adrenalina comienza a correr por el cuerpo.

Nos lo tomamos con tranquilidad, nos vamos poniendo todo el material mientras de reojo divisamos el inicio de la vía, intento explicar a César el protocolo de ascenso y aseguramiento. Estamos listos.

Largo 1, Vº+/6a:
Es uno de los mejores largos de la Pedriza, su dificultad no reside en un lugar en concreto y a pesar de que desde abajo parece más fácil, la longitud del largo te pone en tu sitio.
Comienza el itinerario con un pequeño escalón que hay que superar (ésto al gusto del consumidor, más a la izquierda o más a la derecha), después se llega a un estrechamiento donde han maceado un pequeño escalón que da acceso al nicho del "Paso del Golo".
Si uno escala rápido y con soltura el primer seguro no se pone hasta aquí. El paso no es difícil pero los pedriceros tienen ventaja, ya que no todo es tirar del agarre invertido alto y el equilibrio juega a favor de los locales.
Ahora comienza "la cremita", desde un bloque empotrado donde uno se monta hay que subir por la parte izquierda del canalizo, la protección es a placer por la fisura que nos acompaña y la ascensión ya requiere de diferentes técnicas de arrastre, de oposición de espalda y más arriba de adherencia hasta llegar a un pequeño estrechamiento donde incluso te puedes sentar para divisar el último tercio del largo.


Nuevamente el canalizo se abre y más arriba se bifurca, he visto ya en varias ocasiones quedarse a gente empotrada en la parte derecha e incluso pedir ayuda desde allí, así que siempre vi lo lógico ascender por la izquierda. Primero en X se va ascendiendo hasta que no te dan más las piernas, se abandona la parte derecha y se sube un corto tramo hasta una buena mano, la protección es perfecta.


Nos situamos en la vertical de la canal de la izquierda pero nuestro objetivo en forma de reunión está en la derecha, así que se proteje bajo la laja con seguro grande y en bavaresa se pasa uno a la derecha parar tirar un poco de triceps y en oposición terminar de rematar la faena en los párabolt y R.1.


La escalada ha ido bien, quizás un poco lenta, pero he preferido dosificar ya que voy a tirar todos los largos. A César le he oído sufrir desde bien abajo, la falta de costumbre y la verticalidad de estas paredes pasan factura cuando te tiras unos meses sin practicar.

Largo 2, Vº+:
Un largo sino 5 estrellas, 4 estrellas, tiene de todo bavaresa, offwidt y adherencia. Además éste si te deja descansar entre cada sector.


Desde la reunión se sale a izquierdas, primero en X y después nos pasamos a la fisura que se protege a cañón, además la usaremos para subir en bavaresa con los pies en adherencia, unos pasos chulos que nos llevan a un descansillo con una reunión intermedia, la chapamos "porsiaca" y continuamos para arriba.
El techo de la cola del pájaro está por encima y hacia allí tenemos que llegar, para ello tomamos una fisura ancha que sube, tiene vegetación pero el ascenso no está muy claro, empotramos pie, mano e intentamos reptar por ella, mejor subir mirando al Oeste, por fuera tiene algo de canto un metro más arriba. Por fin la fisura se cierra y ello nos posibilita poder ir subiendo mejor con los pies hasta llegar a una buena laja a la izquierda otro punto de toma de oxígeno.


Protegemos lo más alto posible en la parte izquierda y volvemos a ascender por la fisura del fondo de la canal, ésta se va cegando y llegamos a los pies de una placa, chapamos un clavo a izquierdas y sólo nos queda realizar una travesía de adherencia de Vº, la placa nos pedirá proteger arriba en la microfisura, pero mientras lo piensas y no, ya estás al otro lado, son escasos dos metros a derechas.


Lugar donde lucen otros dos párabolt que forman la R2.

Este largo fue más dinámico, su longitud y descansos así lo hicieron. César subió un tanto más relajado aunque la travesía del final hizo sacar todas las carencias en cuanto a técnica de adherencia.

Largo 3, Vº+/A1:
En principio no tenía muy claro si meterme por la directa, nos habíamos subido los estribos pero lo iba a decidir allí mismo según apetencia, en este caso fue que sí.

Desde la misma reunión se divisa la primera y última parte del arco que describe dicha fisura, un arco a izquierdas con protección exquisita. Así que para allá fuí.
No fui muy purista en cuanto a cuando ponerme los estribos y a las primeras de cambio los saqué sin ningún tipo de pudor, si es A1, es A1.

Con la escalada artificial ya se sabe la lentitud es la tónica habitual, pero intenté separar los seguros lo máximo posible entre ellos y la cosa no salió muy mal, 6 o 7 seguros flotantes para salir de la fisura por la izquierda a unas manos buenas y poder montarme a las estéticas setas que me llevaron a la R3 tras previa travesía. El escudo liquidado.


Aquí Cesar creció en toda su magnitud, sus conocimientos de espeleología y su manejo de los estribos le llevaron a estar junto a mi antes de que yo me fumara un cigarro. (soy anti-tabaco).


El único pero fue un micro-fisurero que no quiso salir bien empotrado y que fue nuestra ofrenda al Pájaro por habernos dejado surcar su lomo.

Largo 4, IVº+:
Desde la reunión lo único que tenía claro es que tenía que salir del techo que forma la cola del pájaro por la derecha, por encima de nosotros un par de itinerarios "parabolizados" y bastante apetecibles que por la hora actual no podíamos emprender.

Una serie de buenos agarres y fisuras donde proteger me llevaron hasta situarme bajo el final del techo, desde allí el IVº+ parecía otra cosa, un paso de equilibrio en donde tienes que salir y sacar los pies con la confianza puesta en el granito, en ese granito que llevas confiando desde que despegaste de la tierra firme.


El paso no es difícil pero uno no sabe donde meter la cabeza, yo la empotré un poco entre dos rocas a modo de fisurero y me costó un poco sacarla para poder continuar.

Una vez realizado el paso se te abre una nueva dimensión, yo pensé que salía al itinerario de la Sur clásica, pero no es así, para llegar a él tenía que hacer una travesía ascendente de unos 5 o 6 metros, así que me gustó más la idea de montarme en ese punto sobre el pájaro y subir por una cresta de dragón rocosa, con canto y agarres cual escalera de bomberos.


Sólo paré de ascender cuando así lo vi preciso para dejarnos a tiro de un largo la cumbre. Tienes setas por todos lados para montar reunión. Y desde una de ellas aseguré a César que disfrutó de lo lindo del largo.

Largo 5, IVº:
Es un largo de mero trámite para llegar arriba, hay setas por todos lados aunque ni siquiera merecen la pena ser laceadas, en unos 20 metros laceé una y llegué al cuello del pájaro donde habitualmente se monta reunión, metí la segunda cinta express y continué hasta arriba con cuidado ya que hay que hacer el "cuartito" de adherencia fácil pero no te puedes caer.

Y así llegué a la parte alta del pájaro, lo primero que hice al llegar fue asomarme al callejón de bajada y observar la cantidad de nieve que había.. Todavía no estaba todo hecho y la bajada no iba a ser cosa fácil.

Protegí a César de segundo y llegó con prontitud junto a mí, allí disfrutamos de las vistas que uno obtiene desde este risco, nos tomamos un tiempo de respiro para bajar pulsaciones y realizamos algunas fotos. Muchas veces vamos con prisas a todas estas escaladas y no apreciamos la belleza del lugar, merece la pena tomarse unos segundos de calma y ver todo lo que nos rodea.


Descenso:
Tras esos minutos deseados de paz, iniciamos el descenso, era más tarde que pronto, ya las 16:30 y realizamos el rápel volado hasta el primer escalón y posteriormente hasta abajo, había nieve en el callejón y tras rapelar ambos nos dirigimos con cuidado hacia el NE en busca de la bajada habitual entre paredes.


Pronto entendimos que el verdadero peligro era escurrirse callejón abajo y tomamos las medidas pertinentes, en el pequeño destrepe de IVº, sacamos la cuerda y aprovechando otros tres cordinos abandonados realizamos un rápel hasta el final del callejón.



No había acabado todo aquí ni mucho menos, el siguiente tramo de terrazas estaba cubierto de nieve y tenía orientación norte total, tratamos de seguir algunas pisadas sobre la nieve e incluso echamos el culo al piso en un par de ocasiones, llegando a buen puerto pasando casi más miedo que en la propia escalada. 


Sólo nos quedaba bordear el risco por el Oeste y dirigirnos a la base de la sur, para comprobar que el zorro había almorzado de buena manera con nuestras mochilas.

Eran las 17:30, así que nos quedaba la hora justa de luz que necesitábamos. Sin prisa pero sin pausa rehicimos la mochila con el material repartido y emprendimos la bajada dejando a nuestras espaldas el risco más emblemático de la Pedriza del Manzanares.
Durante la bajada soñamos en otras escaladas, otras cuevas, otras aventuras y más peripecias que nos acerquen a esa línea imaginaria que separa la vida de la muerte y la cual nos sirve de barandilla para saborear la vida desde este lado.


Vídeo elaborado por César de la actividad y colgado en youtube:




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