viernes, 1 de mayo de 2015

Teide de 0 a 3718. Día 1

Después de un par de años proponiendo la actividad para el club, al fin salió elegida en el calendario anual para este año 2015.
En Noviembre pasado la actividad aún quedaba muy lejos, pero era básico coger un vuelo barato para que saliera adelante. Así hicimos y abrimos la inscripción aún en el 2014. No más de 140 euros el vuelo y unos 100 euros el resto; dos noches de hotel, cenas y comidas incluídas.

En Enero se quedó cerrado el grupo ya que el vuelo subió por encima de los 200 y sólo 9 elegidos habíamos sacado el billete para tal fecha. Así que pasaron los meses a toda prisa hasta llegar al Puente de Mayo, festividad elegida para realizar el ascenso.

El itinerario fue fácil de encontrar, anualmente existe una carrera llamada "Teidetón" en la que muchos corredores realizan en un sólo día de 0 - 3718 - 0 metros. Para nosotros y para abrirlo a todo tipo de personas físicas lo decidimos hacer en tres días.
Dicho itinerario parte de la Playa del Socorro hasta las Cañadas por un collado denominado la Fortaleza y desde allí por la ruta normal a cumbre para descender por el mismo itinerario.


Llegó la fecha y el Jueves volamos hacia el Aeropuerto de Tenerife Norte con Iberia, vuelo con algo de retraso y llegada a la isla con buena temperatura por parte de 7 de los integrantes del grupo ya que otros dos volaban en vuelos anteriores.
Tomamos un taxi que nos llevó al corazón de Puerto La Cruz, a un hotel bastante económico y en cuanto calidad precio de lo mejor. www.sunholidayshotel.com
Allí nos esperaban nuestros dos compañeros que nos llevaron al centro del pueblo a realizar las compras de última hora y a cenar. Ya se habían encargado ellos por la tarde de comprar 30 litros de agua para las dos jornadas primeras de ascenso hasta el Refugio de Altavista y algunas bombonas de gas para cocinar las cenas y desayunos.

El Viernes me levanté y abrí la cortina, vistas a la playa de lejos, a pesar de dormir pocas horas han sido intensas por lo menos.
La mochila la dividimos en dos partes, la que se queda en el hotel y la que nos llevamos para arriba, todo lo necesario para tres jornadas completas.

Desayunamos en la plaza de Puerto La Cruz y a las 9 en punto nos esperaba un transporte encargado de llevarnos a la Playa del Socorro, situada unos 10 kilómetros más al Oeste.


Nos montó junto al hotel y nos llevó en escasos 25 minutos hasta la propia playa de arena negra a 0 metros sobre el nivel del mar.

Cómo no!, se nos ocurrió la "frikada" de hacernos una foto en bañador antes de partir e incluso me pegué un chapuzón en las aguas canarias, que a pesar de estar en mitad del Atlántico no tenían mala temperatura.
Tras quitarme bien la arena, no vaya a ser víctima de malas fricciones, subimos al chiringuito a 5 metros de altitud y allí nos vestimos de nuevo para iniciar la caminata. ¡Todo listo!


Tras las foto de partida, comenzamos la aventura. Los primeros metros transcurren por plena acera de la carretera que desciende a la Playa del Socorro, una buena cuesta para empezar. Cuando dejamos de avistar la playa a ambos lados aparecen pequeñas fincas de plataneros que nos llevan a situarnos en un cruce bajo la autovía TF-5.


Pasamos la carretera por debajo y por plena calzada, para girar a la derecha y salir al arcén de la propia autovía. El tema está un tanto lioso a la vez que peligroso, pero sólo son una treintena de metros para tomar una pista de tierra que sale a mano izquierda de la carretera


Pasamos junto a un depósito de agua y más arriba vemos una gran ladera de verde vegetación por la que tendremos que ascender para abandonar el gran anfiteatro de la Orotava y montarnos en la colada que desciende desde el Teide hacia el Norte.

La pista comienza a ganar altura y tras una pronunciada curva llega de nuevo a terreno asfaltado. Vamos dejando a los lados huertos de labor hasta llegar a una calle que cruza perpendicularmente. Allí comienza el pueblo de Tigaiga situado a poco más de 300 metros y por el que vamos caminando ahora hacia el Sureste.


Pasamos junto a un par de fuentes, buen punto para coger agua y no subirla como mulas como hacemos nosotros. Al final de la calle y en breve descenso llegamos a un cruce de calles que tomamos a la derecha por una cuesta asfaltada y muy empinada, adornada en la parte izquierda con apartamentos adosados y coloridos.


Poco más arriba y tras pasar bajo un arco, el asfalto se termina y tomamos una agradable senda llena de flores que nos comienza a enseñar un poco la vegetación canaria no vista hasta ahora. Los carteles indican también que nos adentramos a un área natural y eso se nota, sobre todo en lo cuidado.
La senda está empedrada por tramos, incluso tiene barandillas, tiene toda la pinta de ser algún antiguo camino de comunicación entre Tigaiga e Icod el Alto.


El camino zetea en varias ocasiones y vamos ganando altura notablemente hasta que nos acercamos al siguiente tramo de carretera. Como si fuera un espejismo, de nuevo salimos a otra carretera; la TF-342, justo en el cruce hacemos un descanso, por lo menos ésta tiene carril peatonal bastante cuidado y estamos fuera de peligro.


Nos tomamos un respiro y continuamos por el carril hacia arriba, en unos 500 metros observamos una terraza con sombrillas en una especie de mirador. Está justo en la entrada de la población de Icod el Alto, y tiene una estatua de un guanche de grandes atributos.
Tras unos momentos de duda, decidimos parar de nuevo y es que un lugar así merece ser disfrutado con tranquilidad, así que nos sentamos en la terraza y tomamos algo, total tenemos todo el día para caminar y aunque la verdad que lo hemos hecho poco hoy, posiblemente sea el último lugar con bebidas frías de aquí hasta la cumbre de pasado mañana.



Tras un rato de relajación continuamos la marcha por la carretera. Sólo serán unos pocos metros hasta una especie de parada de bus reconvertida, ahí cruzamos la carretera y ascendemos por una calle asfaltada, llegaremos a varios cruces pero no hay pérdida, siempre hacia arriba por la Calle El Lance. El asfalto pierde calidad vamos notando que esta pista nos lleva a territorio agrícola, abandonando el pueblo de Icod el Alto y pasando por varias edificaciones de campo y huertos en formas de terrazas.
Los caminos son numerosos pero la mayoría van a parar a un mirador con unas cuantas antenas, llamado Mirador de la Corona, allí hay un aparcamiento y una Ermita.

Desde este punto el asfalto se termina y continuamos por un camino de tierra que asciende bastante lineal. Nos adentramos en la masa forestal, formada por varias especies de árboles de hoja perenne y eucaliptus, ganando altura durante un rato hasta llegar al Mirador del Asomadero, a poco más de 1000 metros de altitud.



Son casi las 15 horas pero el sol está en todo lo alto y nos pega de lleno en el camino, estamos buscando una sombra donde entremos los 9 para comer algo, pero éstas escasean.

Llegamos a una serie de bifurcaciones donde escuchamos el sonido de motosierras talando árboles, no es un lugar muy agradable y natural pero hay buena sombra y desde allí parte una senda más estrecha que cambia un poco la forma del itinerario, así que es un buen lugar para realizar la parada y comer. Nos quitaremos horas centrales de solazo.


Tras comer algo, esperamos un largo tiempo, el sol está pegando fuerte y tenemos toda la tarde para llegar a la cabaña situada a 1900, aunque en estos momentos desconocemos de su existencia. Charlamos un poco bajo los árboles de eucalipto y volvemos a retomar la marcha. Esta vez trascurre por una senda estrecha casi comida por la vegetación, es un atajo, ya que hay una pista zig-zagueante que asciende paralelamente pero con bastantes más vueltas.
Subimos por la trialera de bikers hasta salir nuevamente a la ancha pista por donde continuamos nuestro ascenso. Los eucaliptos desaparecen y la arboleda se abre por momentos, por encima vemos la siguiente masa forestal formada por helechos en la base y un monte bastante denso.


Las rampas sobre estos 1200-1300 metros son empinadas, además al ser la pista tan ancha nos da bien el sol, el bosque de laurisilva y faya es de tamaño medio y se encuentra a ambos lados del camino, por lo que no nos ayuda a caminar por sombra.


Ya han pasado las 16:00 horas en el reloj y podemos ver un poco más arriba los primeros ejemplares de pino canario. Bonitos ejemplares altos, esbeltos y poco densos. Esperemos que éstos nos den la sombra que buscamos.

Ganamos algo más de altura y nos situamos por encima de los 1500, hacia atrás, hacia el Norte, vemos un mar de nubes sobre el océano y por arriba los ansiados pinos a los que estamos llegando.

Con las primeras sombras, una larga y empinada cuesta nos hace recapacitar un poco y evaluar la situación: el final de jornada está cerca, a no más de hora y media, por lo tanto es inútil estar caminando a las 5 de la tarde. En un lateral del camino paramos y nos tumbamos a la sombra a la espera de que el sol baje un poco hacia el Oeste.
El lugar es agradable, estamos a 1550 metros de altitud y ha pasado más de una hora. A las 18:00 iniciamos nuevamente la marcha hacia el Sur.


La pista toma un par de giros bastante amplios ahora por sol y sombra y nos deposita en un cruce de caminos.
Estamos ya a 1600 metros, lugar donde hay unas mesas y donde nos encontramos con un jeep todo terreno algo perdido. Hay cuatro caminos posibles, el nuestro como siempre es el que tira más hacia arriba, en este caso el segundo de la izquierda, el suyo pues lo tendrán que investigar.

Los pinos ya aparecen a ambos lados, quitándonos algunos rayos de sol y el sotobosque lo forman escobas de flores amarillas y algunas plantas aromáticas. Además ya podemos ver el Teide entre los árboles, cosa que nos da bastante ánimo para continuar a sabiendas de que queda menos.


El grupo está bien, animado y al alargar tanto la jornada el esfuerzo ha sido menor. La temperatura se nota que ha descendido, se camina bien y más con el pico frente a nosotros. Además el itinerario asciende directo al objetivo. El único hándicap es que hemos bebido más agua de la cuenta y los niveles del agua restante están rozando la línea roja. Ya que nos queda mañana toda la jornada y tenemos aún que cenar y desayunar.

Pasamos los 1700 y los 1800 metros siempre por la parte alta de la loma que iniciamos muy abajo y hace las veces de cortafuegos.
Sobre los 1900 llegamos a un claro de bosque, es la zona que buscábamos, aquí se termina la zona de pino canario y es que es como un bocado de más de un kilómetro de longitud por 300 de ancho, en donde por causas desconocidas la línea límite de bosque se sitúa más abajo.
Allí nacen sorprendentemente decenas de plantas de Tajinaste Rojo, la estrella del parque y se sitúa el lugar donde nos vamos a quedar a pasar la noche.


Por google earth localizamos un par de claros de tierra y una edificación que vamos a cotillear donde está exactamente, para ello nos salimos de la pista forestal que continúa ascendiendo.

Gratamente para nosotros, vemos que la pequeña cabaña tiene un llano en la puerta, es el lugar ideal y nos dirigimos hacia allí, no sin antes cruzar numerosas telas de araña que de forma extraña han trenzado cientos de telas entre los matorrales que dan acceso a la cabaña. Es zona de matorral florido, por lo tanto de insectos, principal alimento de las arañas.


Llegamos a la cabaña, tiene una mesa en la puerta perfecta, buen lugar para comer. Con cuidado abrimos una de sus puertas y alucinamos, es como un refugio, tiene dos bancos en el interior y en un habitáculo con otra puerta una chimenea. Además hay unos cuantos plátanos encima de la mesa.
Nos extrañamos, esto parece habitado, está muy muy limpio, pero no hay nada que indique que no podamos estar, incluso hay un cartel que pone, que se cuide la cabaña.


Hemos acertado con el lugar, ni en el mejor de los casos hubiéramos imaginado un lugar así.
Situado a 1910 metros, mañana la llamaremos la Cabaña de Fidel, y sabréis por qué?

Llegamos con hambre y sed. Primeramente hacemos caso al cuerpo y nos hidratamos, por supuesto que pecamos y nos comemos los 9 plátanos.


Después nos cambiamos de ropa para dejar secando toda la mojada y nos subimos unos cuantos metros entre los matorrales con la intención de ver como se esconde el sol tras la Isla de la Palma. Increíble momento.


Después, como si la sesión de cine se hubiera terminado, bajamos de nuevo a la cabaña para cenar y con el estómago lleno repartirnos entre los habitáculos y la puerta de la cabaña. Yo soy más de cielo estrellado.










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