domingo, 17 de marzo de 2013

"homenaje a una mochila"

¿Quién me lo iba a decir?
Sí, quién me iba a decir a mí hace 10 años cuando te vi por primera vez que juntos haríamos tantas cosas.
Apareciste en mi vida en el lugar de trabajo, curioso detalle, te bajaste de un camión junto a tu hermana mayor de 15 kilos más y caíste en las manos equivocadas. Manos que no tardaron en aprovecharse de ti, intercambiándote por un puñado de recién estrenados euros.
Mis primeras sensaciones al verte no fueron muy buenas, me atraían más tus amigas más famosas, de más nombre, ya sabes los 21 años son muy de aparentar, pero la cantidad de euros fue tan baja y mis ganas por descubrir tan grandes que no te podía dejar en manos equivocadas.
La verdad es que aunque no fueras famosa, tus echuras eran tremendas, tus calidades excelentes y pronto fui descubriendo que juntos podíamos hacer grandes cosas.
En España no eras muy conocida pero se dedicaron a comercializarte y pronto fuiste un buen negocio haciendo emigrar a miles de ejemplares germánicas a la península, ahora me dí cuenta que aunque no eras famosa, tenía la mejor y pronto ibas a llegar a la élite.

Pasaron los años y llegaron techos de España juntos, primeros tresmiles, grandes trekkings pegados como uña y carne, tanto que incluso mi sudor era el tuyo.

Unos años después decidimos ir juntos de la mano a conocer territorios extranjeros, si a veces usaba tu hermana mayor para labores más duras y pesadas, pero cuando te cogía sabíamos los dos que ese día era especial, que era el clave y que no podíamos fallar, cuando las temperaturas y alturas eran extremas sufríamos de lo lindo, yo con gore y tu con raincover, la verdad que nunca hemos sido muy conjuntados yo de rojo y tu de azul, pero al final la alegría era compartida.

Llegaron años buenos; compartimos Alpes, Caúcaso y Andes, y tras unos cuantos años de invernales ibéricas vi como mis buenos momentos eran malos tuyos, ya sufrías más de la cuenta, partías piezas, rompías costuras y e ibas perdiendo progresivamente el color de tu tez. Ésto a mi no me importó y a pesar de que me dijeran decenas de veces que te cambiara por otra más joven, nos íbamos de vacaciones juntos, facturábamos y siempre hasta el último momento te mantenías en forma cumpliendo tus pesos y medidas, aunque eso sí a veces sufría miradas extrañas por tu avanzada edad.

Hemos sufrido accidentes juntos, a veces yo te he salvado a ti, otras tu a mí y siempre hemos sabido recuperarnos con el tiempo. Me pareciste desde el primer día tan noble que no te puse nada decorativo nunca, ni un triste parche para ti, a pesar de que ni tan siquiera se viera ya tu nombre ni apellidos.

Pero ya he tenido que curarte muchas veces con repuestos, llega a un punto que las jóvenes más modernas te sobrepasan y tienes que ceder, he intentado aguantar un año más contigo pero 10 años me parecen muchos y quería que tuvieras un final feliz y que tu fuerza se repartiera por todos lados, así que te he cedido a uno de los artesanos más geniales de Madrid, me dijo que contigo tendrá para más reparaciones e incluso partes tuyas las he empleado en arreglar piezas mías.

Así que compañera, siempre estarás conmigo

PD: Ya tengo otra más joven, más colorida y más polivalente, pero escucha "nunca llegará a ser mi vieja deuter".


el día de tu estreno allá por el 2002


3 comentarios:

  1. Guapo homenaje si señor , se les coje un cariño,,, cosa mala.. peroooo
    Un clavo saca otro clavo !!!!

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