sábado, 5 de marzo de 2011

GRAN GALAYO PD+


Tras suspender el curso de escalada en hielo y como ya teníamos las mochilas a medio hacer, decidimos igualmente salir a la montaña. La zona era el problema, a donde vamos, qué hacemos?, En Guadarrama lo teníamos todo trillado y la zona del Circo de Gredos casi más este invierno. En ese momento delante del ordenador se me vino a la cabeza que tras hablar con un amiguete en Diciembre aquellas agujas que parecían tan inaccesibles como son los Galayos no lo eran tanto por el espaldar y recordé que me había comentado que él en los años 80 descendía destrepando de casi todas las escaladas de Gredos.Entonces me puse manos a la obra y recopilé información por internet, la verdad que no había mucho fuera de las magníficas escaladas clásicas de las paredes Oeste y tan solo dos o tres descripciones de la subida al Gran Galayo y además en verano, bueno así le damos ese puntilloque buscamos y la soledad en la montaña que añoramos.A las 5 de la mañana partimos de Parla hacia Gredos y tras pasar Arenas de San Pedro llegamos a la valla de las obras de la Plataforma sobre las 7, dándonos cuenta que nos habíamosprecipitado mucho en la hora de llegada. No había problema los asientos hacia atrás y 40 minutos de sueño reponedor hasta que amaneciera.Cuando la claridad fue suficiente para poder andar, como caracoles con los primeros rayos de sol fueron saliendo de otros vehículos compañeros que también apuraban la noche y al igual que nosotros comenzaron a equiparse para tirar hacia arriba, también se unieron varios coches que llegaron justo en ese momento, éstos calcularon mejor la hora.
Partimos hacia los Galayos, cruzamos la valla que delimita las obras para agrandar el aparcamiento de la Plataforma y llegamos a el monumento a la Cabra montés,, en aquel
momento viendo la cabra recordé que hacía unos cuantos años que no venía por esta zona, por lo menos 8 años, (muchos para un lugar tan espectacular, me di cuenta después).
Tomamos el camino empedrado dejando el chiringuito a la derecha y por algunos pinares en
sombra comenzamos a ganar altura observando que no había mucha nieve por arriba,


por ello nos llevamos las botas gordas en la mochila y la aproximación la hicimos con zapas.
Tras salir de los pinares pudimos ver las primeras agujas de Galayos,


realmente estaba todo pelado que bajón, únicamente las canales descendentes de la Mira tenían algo de nieve -bueno ya que hemos venido habrá que subir aunque sea por roca-. Así fuimos progresando introduciéndonos poco a poco en la bonita garganta hasta avistar el refugio entre un mundo de roca. Tras adentrarnos en las profundidades de la garganta, llegamos al final, punto donde se bifurcan los dos itinerarios posibles de ascenso, como no había mucha nieve elegimos las zetas y por ellas iniciamos un ascenso más empinado


, en donde nos tuvimos que poner las botas "gordas" para poder progresar sin salir con los calcetines mojados, ya que la nieve se había acumulado en la zona del camino empedrado. Tras las numerosas zetas de subida, ahora siguiendo los hitos fuimos cruzando varias canales en travesía metiendo la pierna hasta lo más profundo y al solecito con una sensación bastante agradable para un mes de Febrero, de esta manera fuimos a salir al Refugio Victory donde cotilleamos un poco observando las sobrias pero agradables instalaciones para invierno del mismo.


Allí en la puerta nos sentamos y disfrutamos de la soledad de Galayos, aprovechamos para comer, mencionamos algunos nombres de "los grandes escaladores clásicos" de la zona y por un momento nos los imaginamos subiendo por la pared del Torreón de Galayos. Tras algunos
minutos místicos y con ganas en lugar de continuar de sacar una esterilla y tumbarse al sol nos
dirigimos hacia la entrada de la Canal del Gran Galayo que se veía con nieve desde el refugio. Atravesamos la pala principal de las paredes de Galayos y nos adentramos por rampas de 30º entre dos grandes de la zona: el Gran Galayo y el Torreón, ninguno de los dos habíamos visto desde la base el Torreón y mientras a mí me apasionaba el corredor en sí, Alberto veía vías de escalada por todos lados y diedros. Alucinando continuamos por el corredor con nieve blanda y trazando algunas zetas íbamos subiendo sin crampones por rampas de 35º ahora.

Encajonados ascendimos hasta la parte alta del corredor, allí la nieve había cambiado, debido a la umbría la nieve estaba dura, además al escasear ésta las pendientes tenían unos 45º y algún resalte de roca nos complicaba un poco la cosa, aunque se ascendía mejor por la roca lateral del corredor que por la misma nieve.


Así y tras el último corto tramo de 50º asomamos al collado desde donde pudimos divisar parte de la subida al Gran Galayo,

la verdad que la cosa no parecía muy difícil pero tampoco era sencilla, no era como me lo había imaginado, y en lugar de ser una serie de canales, se trataba de una pared surcada por nieve en algunas zonas y que nos iba a presentar menos problemas de los que en un principio imaginaba por lo menos a primera vista.


Tras comer una barrita y equiparnos con casco, arnes, piolets, crampones, etc., perdimos altura por la Canal Reseca, la nieve estaba muy blanda y por la rodilla fuimos abriendo huella, para bordear por debajo una zona rocosa y volver a ascender a la base de la pared del Gran Galayo. Desde allí vimos una serie de corredores y en lugar de ascender por donde marcaban los hitos,


trazamos unas zetas por la pared siguiendo la nieve para intentar el ascenso íntegramente por nieve. Primero derecha, luego izquierda y salimos a una pequeña canal mixta que por un paso de II+ en roca con muy buenos agarres nos dejó en otro corto corredor


por el que fuimos ascendiendo con la nieve igualmente por la rodilla hasta llegar casi a la misma cumbre del pico.


La verdad es que cuando llegué arriba miré un poco más hacia allá, en busca de una nueva pala, o paso chungo, pero no ya estábamos en la cumbre, ésta tenía dos cumbres de igual altitud aparentemente, en una nos hicimos las fotos y en la otra comimos con la vista puesta en el resto de agujas y en la Mira, lugar por donde ascendía gente por todos lados, desde el Puerto del Peón, desde la Plataforma de Gredos y desde nuestra Plataforma.


Estaba en la cumbre del Gran Galayo, hace 10 años ni me lo planteaba, hace 5 me sonaba a escalada total, hace 1 por desinformación me suponía hacer grado en roca y hace 4 meses me entero que existe el Espaldar de Galayos y hoy estoy aquí arriba, ¡que descubrimiento para mí!.
Felices y tras disfrutar de la solitaria cumbre iniciamos el descenso, para bajar con la nieve tan blanda, era un peligro; en ocasiones metíamos la pierna hasta la propia roca y esta nos resbalaba hacia abajo perdiendo el equilibrio, además la misma nieve se desprendía de la roca en grandes placas por lo que había que tener mucho cuidado donde pisábamos. Descendimos hasta la chimenea de subida y desde allí sobre un clavo un poco oxidado montamos un rápel que nos dejó cerca de la base,

pero aprovechando otro cordino montamos un nuevo rápel que nos depositó finalmente en el collado principal lugar fuera de peligro por pendiente.

En lugar de descender por donde habíamos subido, tras bordear el resalte rocoso y llegar a la salida del corredor del Gran Galayo decidimos continuar por el Espaldar para ascender otro pico situado al otro lado del collado, se trataba de la Punta de Don Servando, en pocos minutos
llegamos arriba, éste de subida muy fácil y disfrutamos de unas nuevas vistas con la Aguja Negra y el Torreón bajo nuestros pies.
El sol ya no picaba tanto y entraban unos penachos de nubes que no barruntaban nada bueno, para descender empleamos el espaldar hacia el Sur, y nos abrazamos literalmente a nuestros amigos los piornos que hacía algunos meses que no pisábamos, rozábamos y requeterestregábamos.


Entre medias de los mismos, el granito de Gredos nos ayudaba a saltar cual "zamburguesas" de humor amarillo intentando huir de los piornos, pero éstos nos volvían a atrapar en cuanto dejábamos de pisar roca.


Quien nos lo iba a decir en la cumbre, que íbamos a caer de nuevo en la trampa de Gredos, como decía Alberto: Juro por todo que es la última vez que me salgo de un sendero en Gredos para que me coman los piornos,, (ésto ya lo dijo hace unos años subiendo a la Covacha por el Sur, pero somos hombres y ya se sabe...).
Tras algo más de 2 horas y media de descenso salimos a una agradable senda que nos llevó al Collado del Yermo

y desde allí perdiendo altura enlazamos con la senda principal y por la que habíamos pasado esta mañana que nos llevó a la Plataforma del Nogal del Barranco, donde nos lavamos un poco la cara (para quitarnos los brotes, ramas y demás partes de un piorno) y al coche que ya era hora tras algo más de 8 horas de marcha.

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