domingo, 21 de febrero de 2016

Despoblados de Oliván

En el Prepirineo entre los cauces del Ara y el Gállego existe una comarca misteriosa., está regada por profundos barrancos y dividida por sierras de hasta 2000 metros de altitud.
Lo más atrayente de esta zona no es su orografía, que también, sino sus poblados. Sus poblados, despoblados.


Hasta alguno de ellos se puede ir en vehículo pero lo más recomendado es hacerlo a pie para sentir.....
Adentrarse por ellos te causa una doble sensación de libertad y paz y por otro lado de misterio y curiosidad.

Es una zona altamente recomendable para una actividad tranquila de un día y prepara la cámara de fotos porque estos pueblos dan para mucho.

DESDE NUESTRAS RETINAS.

Tras la buena actividad del sábado en el Anayet, descendimos a Biescas y allí pasamos la noche.
No madrugamos mucho, tampoco era necesario y dejamos que el propio día nos despertara,.........y lo hizo sobre las 8 de la mañana. Había helado esa madrugada y aún rezumaba la humedad de los prados antes los primeros rayos de sol de la jornada.

Desayunamos en un bar de Biescas, en el que nos suelen tratar bien y nos dirigimos en coche al cercano pueblo de Oliván, situado en la entrada del valle del mismo nombre. Tras atravesar el pueblo por una pista de tierra descendemos hasta el mismo cauce del río y antes de cruzar el puente aparcamos. Una señal reza; prohibido el paso a vehículos y es el lugar ideal para comenzar la pateada.


A las 9:15 y a 840 metros de desnivel tomamos la pista y cruzamos el cauce para continuar por la pista que ahora va ganando desnivel entre pinos, robles y arbustos de boj. La humedad se hace patente y los tramos helados en el suelo son la mayor demostración de que esta noche hizo frío de verdad.


La pista traza un giro acentuado y continua subiendo, justo en la curva dejamos una senda que asciende directamente a Susín (el primer pueblo abandonado), pero merece la pena hacerlo por la pista más cómodamente.


Poco tiempo después y a unos 20 minutos del inicio llegamos a una bifurcación de la pista, aquí tomamos a la derecha para subir a Susín y con rumbo SW vamos caminando observando robles de majestuosas dimensiones y una verja que debemos abrir y cerrar tras nuestro paso.


Pronto comenzamos a ver vallas de piedras, el hecho más claro de que la mano del hombre ha actuado y de que el primer pueblo se acerca. Desde la lejanía ya podemos apreciar la increíble iglesia románica de San Pedro de Susín que con el sol de Este toma unos colores ocres y marrones totalmente fotogénicos.


35 minutos sólo nos ha costado llegar el primer pueblo, damos una vuelta por el mismo y disfrutamos con cada uno de los rincones que nos ofrece el lugar deshabitado. Merece especial atención las vistas hacia el Valle de Tena desde las eras con la nevada Sierra de la Partacua de fondo.


Tras la pequeña vuelta salimos del pueblo por una senda que desciende levemente entre dos muros de piedra, ésta nos lleva a una zona bastante húmeda por donde corre el agua y nos tenemos que esmerar para no acabar de barro hasta arriba. Pronto vemos una nueva construcción moderna y damos a una pista principal que tomaremos a la izquierda esta vez, siguiendo las indicaciones de Berbusa y Anielle por el PR3.


La pista comienza a descender y tras varias zetas amplias llegamos a la pista que llevábamos inicialmente y que tomaremos a la derecha esta vez.


Cruzaremos un primer barranco (el de Puntasplanas) mas o menos manteniendo la altura y ya podremos ver al otro lado del valle la siguiente población (Berbusa).


Un poco más adelante en una bifurcación tomaremos la pista de la izquierda que tiene pinta que va al fondo del valle y 400 metros más allá, desde la misma saldrá una senda a la izquierda que se adentra en el bosque de boj, pedregosa y con inclinación descendente.

Nos llevará al fondo del barranco, allí hay veces que el cauce va crecido y es imposible el paso, esta vez quizás si se pueda pero preferimos quitarnos las zapatillas y evitar sobresaltos. Además así aprovechamos para mientras se nos secan los pies hacer la primera parada que ya llevamos casi 2 horas de marcha y el cuerpo pide "gasolina".


Al sol de Febrero nos secamos los pies y seguimos por las marcas de GR que ahora ascienden por una senda que gana altura con rapidez. En 10 minutos llegamos al despoblado, está bastante derruido y nos llaman la atención las grandes piedras ornamentales que tienen algunas casas para ser poblados tan pequeños.


Damos una vuelta por Berbusa, como siempre en estos casos la mayor arquitectura suele ser la iglesia y aunque sea domingo y cerca de las 12, por motivos no católicos entramos a visitarla. Todo está en ruinas y da cosa verla por dentro, así que ponemos de nuevo marcha hacia el siguiente pueblo, que esta vez está algo más alejado.


En la entrada del pueblo un cartel de madera lo indica; Ainielle a la izquierda y aunque hasta él nos separen 4 kilómetros vamos a ir a visitarlo. Tomamos la senda mencionada rumbo al Este, parece que mantiene altura a media ladera durante bastante tiempo, así que intuimos que va a ser cómoda.

Lejos de éste pensamiento, pronto observamos que la senda que se dirige hacia allí hace las veces de acequia y por la misma corre agua en cantidad. Así que nos esmeramos en continuar por los laterales, a veces piedras, otras hierba y las más barro.
Quien algo quiere algo le cuesta y a sabiendas de que estamos poniendo en peligro la grata comida en horario normal que nos íbamos  a pegar después, continuamos como circenses toda la senda/acequia/riachuelo.


Cruzamos un barranco y observamos que todos nuestros males en cuanto a progresión procedían desde allí, así que solucionado el problema del agua ahora sí, nos dirigimos a Ainielle a buen ritmo y con escasos desniveles de altitud.

Robledales y pinares son las principales especies boscosas y vamos ganando ahora levemente altitud, mientras nos adentramos en un pequeño barranco con una bonita cascada y después salimos nuevamente a la soleada terraza que llevamos en forma de camino.


Hacemos la 3ª hora de marcha y observamos que el camino va tomando rumbo al Norte rodeando una ladera, eso es bueno ya que ya estamos encarando el último tramo hacia la última población.

Lo podemos ver a lo lejos, al otro lado del Barranco de Ainielle pero hasta allí aún nos queda cerca de un kilómetros que se pasa rápido a buen ritmo.
Las especies arbóreas de ribera aparecen en la cabecera del barranco, barranco que tenemos que cruzar para subir a las primeras edificaciones de Ainielle. Esta vez las edificaciones están mas separadas, éste pueblo está situado en una especie de era con terrazas y tiene más amplitud, aunque el estado de conservación es el mismo que el anterior.
Nos adentramos ya casi por norma en la iglesia, observamos que sólo quedan las cuatro paredes y la pila bautismal y salimos de nuevo a terminar la ruta por el último de nuestra "trilogía despoblada".


El sol y el buen lugar nos hacen sentarnos en plena era y comer unos frutos secos. Son ya las 12:30 y va habiendo "gusa". Aunque nada comparable a la que podemos tener en un par de horas, así que tras la parada ponemos rumbo al coche de momento por el mismo itinerario que hemos traído.

Hacia el Sur nos dirigimos, tenemos el fondo del Valle de Oliván ahora de cara y tras el primer kilómetro de vuelta llegamos a la primera bifurcación de la senda. En lugar de tirar hacia Berbusa por el itinerario de la ida, decidimos bajar hacia el fondo del valle por una senda zigzagueante que pierde altura bruscamente entre matorrales de boj por una especie de loma o espolón y con buenas vistas al valle.


No tardamos mucho en llegar a una pista forestal ancha, estamos ya cerca del fondo del valle por donde transcurre el río y la tomamos a la derecha en dirección a Oliván. Nos lleva por el margen derecho del valle en leve descenso y en unos 15 minutos desde que tomamos la pista llegamos al Puente de la Molina, lugar por donde cruzamos el cauce y tomamos la pista ahora por el otro lado del barranco.

Esta pista es la misma que llevábamos antes de descender a Berbusa, y ya no la abandonaremos hasta la misma furgui. Durante el primer trayecto mantiene la altura y cómodamente entre pinos nos lleva al desvío que tomamos hace un par de horas para bajar al cauce. Nosotros seguimos por ella y ahora la pista va perdiendo altura lentamente entre pinares y algunos robledales residuales, que en una hora desde que la tomamos nos lleva al puente donde teníamos apracada la furgui. Final de Trayecto.

Recorrido: 19 kms.
Desnivel: 750 mts.
Tiempo: 5 horas 10 min.

Track:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15410450



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