César y Juankar querían salir a hacer alguna actividad, así que nos pareció bien dirigirnos a Peñalara para hacer algo divertido y de corta duración.
Para tal fin, les propuse la Canal Central de Claveles y ambos aceptaron con gusto a pesar de que la meteorología se torcía para el último día del invierno. Daban nevadas y viento así que era una motivación más para dirigirnos a "nuestro patio de recreo" con ganas.
El lunes nos dirigimos al Puerto de Cotos, llegando con las primeras luces, había nevado algo más esa noche y había una gran acumulación de nieve.
El cielo estaba encapotado pero se abrían claros de nubes en el puerto debido al fuerte viento del NE.
Con temperaturas bajocero, partimos por la típica pista que se adentra en los pinares del corazón del parque nacional y a la altura del depósito tomamos el camino de la laguna balizado como PR.15. Por el camino pudimos comprobar que había gran cantidad de nieve, medio metro que cubría toda la extensión de pinares de las laderas de Peñalara.
Llegamos al Arroyo de la Laguna y por el puente de madera cubierto totalmente por la nieve atravesamos el arroyo para continuar ascendiendo ahora más bruscamente por los restos de morrena lateral del circo glaciar de Peñalara.
El viento nos golpeaba de frente y la nieve algo blanda nos hacía comenzar a sufrir a la vez que la niebla se nos metía.
Por la morrena y dejando los últimos pinos silvestres atrás comenzamos a laderar en busca del gran hito que defiende el pequeño circo de los lagunillos, junto al mismo hicimos una parada con visibilidad nula y continuamos descendiendo hacia las pasarelas de madera que protegen esos pequeños lagunillos.
Llevábamos más de una hora caminando y la idea de llegar al objetivo de la canal central de claveles se disipaba por momentos pero continuamos siguiendo rumbo norte "hacia la nada".
Ese punto llegó y antes de llegar a la Laguna de los Pájaros intuimos que el ascenso debería ser hacia el Este rumbo a la base de la rocosa de Claveles, aunque con la visibilidad nula hicimos una parada para ver si abría algo y poder confirmarlo.
No abrió nada y la niebla estaba agarrada en todo el macizo, así que sin pensarlos mucho comenzamos a ascender trazando zetas y abriendo huella en unos 20 centímetros de nieve blanda en busca de la entrada del corredor.
Era una ardua labor de subida, pero poco a poco y parando, fuimos ascendiendo y observando entre la niebla la oscura roca que buscábamos de la cresta.
Tras llegar a la roca, observamos que allí no había corredor alguno y decidimos dirigirnos más a la izquierda en busca de algo parecido a lo que tenía en la retina y por fin dimos con la entrada del corredor.
vista de la entrada directa, diedro poco formado |
La idea era subir por la entrada directa, pero ésta tenía poco hielo y tras probar de primeras y quitar todo el "verglace", nos dirigimos por la habitual con resaltes más encajonada.
Allí desplegamos las cuerdas y sacamos los dos piolets para empezar a jugar un poco.
Un primer resalte vertical a 90º de un par de metros me dejó en una terraza que me llevó hasta la zona más estrecha (poco más de 50 centímetros), que para acceder a ellos había que ascender otro pequeño resalte vertical de otro par de metros.
Una vez dentro del estrecho corredor fui ascendiendo bastante empotrado hasta salir y poder montar la reunión en la pared de la derecha y asegurar a mis compañeros.
Aunque el corredor tampoco tiene mucha dificultad decidimos hacerlo así por seguridad.
Disfrutamos el ascenso y salimos a la parte alta de la cresta, allí soplaba el viento segoviano y continuamos de seguido con la subida a la parte alta de Claveles.
Había bastante nieve y en lugar de realizar el recorrido por la parte alta, bordeamos la parte más expuesta por la vertiente segoviana. Los grandes bloques nos impedían progresar con rapidez pero con atención fuimos saliendo de la parte más técnica para llegar a la cresta allí donde las dificultades decrecen.
Ya el mismo filo de la arista, se tornó en loma y nos fue acercando rumbo al SW a las proximidades de la cumbre de Peñalara.
Llegamos poco después y casualmente con una mejoría de tiempo, se comenzó a abrir algún claro de cielo en la zona alta, aprovechamos para tomar algo y tras unas fotos pusimos rumbo al Puerto de Cotos.
La bajada fue especialmente tranquila, toda la loma sur de Peñalara estaba venteada y por lo tanto endurecida la nieve, la progresión era buena y había alguna huella de subida de otras personas, por lo que no lo pasamos mal para descender, llegando a la zona de Dos Hermanas bastante rápido.
En Dos Hermanas como es habitual, estaba la niebla densa de nuevo metida, no es raro tener que hacer "virguerías" para encontrar el camino de bajada, pero esta vez las huellas lo delataban y pudimos tomar bien el inicio de la pista donde se encuentra la barrera.
Algo extraordinario en esta ocasión fue la cantidad de nieve acumulada en esta ladera SE, la nieve cubría todos los enebros y demás matorrales, haciendo un manto continuo hasta los pinos que veíamos más abajo.
Así que aprovechamos y tiramos "a capón" hacia abajo, para arrepentirnos poco después de no haber tomado la pista por terreno pisado.
Abductores y psoas tuvieron que sufrir lo suyo ante la profundidad de la nieve, que si en la ladera estaba blanda, en el interior del pinar a temperatura más templada, aún más.
Entre los pinos fuimos bajando como pudimos, incluso nos separamos unos metros unos de otros, cada cual con su penitencia entre la nieve, sin saber muy bien a que altura del camino íbamos a llegar, pero resultó ser exactamente la casa del parque nacional.
Así que disfrutamos de lo lindo en una jornada que prometía ser como otras pero resultó ser algo diferente por la meteorología y la soledad, además de la cantidad de nieve acumulada.
-6 horas de actividad.
-8,5 Kms.
-600 metros desnivel.
Vídeo corto de la actividad, por César.
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