sábado, 11 de abril de 2015

Marboré y Picos de la Cascada, operación 3000. Parte1.

INTRO: Toda la semana dándole vueltas a la meteorología.
Lo que a priori puede parecer una ventaja, se puede volver en nuestra contra y volvernos locos.
Echo de menos aquellos tiempos en los que esperabas a las 4 de la tarde delante del televisor para ver la predicción meteorológica de TVE para el fin de semana. Simplemente un dibujo de una nube, un sol o una nube gris con copos era suficiente para conocer lo que iba a suceder en las montañas, bueno o parecer que lo conocías.

Ahora unos somos de aemet, otros de meteored, otros de mountainforecast, meteoblue, windguru y un largo etc... de webs que te lanzan datos contradictorios entres sí, en demasiadas ocasiones.
Por no hablar de que cada 3 horas te cambian la previsión y de nevar 10 centímetros, te hace sol y viceversa. Se trata de los famosos modelos de predicción numérica. Ahora el tiempo lo interpretan ordenadores. ¡toma ya!.

Embaucados por tal locura numérica, cambiamos de objetivo cada día dos veces y al fin llegamos a una conclusión; nos vamos con el club al Pirineo, en la salida a Monte Perdido, pero con objetivo diferente.

El mini grupo lo formábamos Peluka y yo, y nos enganchamos a la actividad organizada por el club a ultimísima hora. Eso sí, nosotros con propio vehículo particular y reservas en alojamientos por nuestra cuenta.

VIERNES:
Jacobo, apuntado legalmente a la actividad se vino con nosotros en el viaje rumbo a las montañas más extensas de España.
De esta manera el viernes nos juntamos en Torla 21 socios del club, 15 legales y 6 sin papeles con el alojamiento en el Refugio-Albergue Lucien Briet, destacado más por sus instalaciones que por la eficiencia de sus dueños.
Al bar fuimos llegando con cuentagotas y nos acostamos con el despertador puesto a las 6:00 y a las 6:30, unos harían el Perdido del tirón en el día y el resto subiríamos a Goriz y después veríamos lo que hacer, aunque las ideas ya estaban "precocinadas" desde abajo.

SABADO:
Suena por fin el móvil, llevo un rato dando vueltas y es que desde las 6:00 que se han despertado "los gañanes" no he pegado ojo. La vestimenta rápido, el lavado del gato y a desayunar al bar. Esta vez se han portado y buenas tostadas de pan con mermelada, miel, magdalenas, sobaos, etc...

A las 8:30 estamos en la Pradera de Ordesa, hace frío, 3ºC y el sol no da ni en la parte alta de las fajas. Me alegra ver caras nuevas en el club, eso es buena señal, un grupete majo vamos.

Abel el organizador, pone ritmo rápido, durante la primera parte del itinerario el grupo se estira. La gente tiene ganas y se eso se nota. Dejamos a un lado el desvío hacia el Circo de Cotatuero mientras atravesamos los bosques mixtos de hayas y abetos por donde el camino se abre paso.

Sobre la faja de Pelay asoman los puntas de la Sierra de las Cutas que ya las va iluminando el sol, atrás vamos dejando cada vez más lejos el deseado Tozal de Mallo, en concreto su Vía Ravier.



Tras la cascada de Arripas el camino gana altura más bruscamente y se adentra en los bosques caducos de hayas. Me he quedado el último y disfruto de lo lindo pasando por allí solo.



El camino de nuevo se relaja y estamos recorriendo la parte más angosta del valle en la zona de la Cueva de Frachinal donde el grupo se va juntando.

El cielo parece que se ha cubierto de nubes y el valle rezuma una sensación más otoñal que primaveral, esa es mi sensación mientras llegamos a uno de los platos fuertes del recorrido; las Gradas de Soaso.



Es un lugar de merecida parada y hacemos lo propio para fotografiar una vez más las hiperfotografiadas gradas. Que me recuerdan siempre a momentos de vacaciones familiares de niño por estos lares.

De nuevo arrancamos y estamos nuevamente los últimos, el valle se ensancha y la vegetación arbórea desaparece. Ante nosotros el Circo de Soaso que nos muestra las vertientes Sur del Monte Perdido y la Soum de Ramond, por cierto con muy poca nieve, bastante menos de la esperada.



Por el camino empedrado, que no merece este valle, vamos recorriendo todo el Río Arazas hacia su mayor tesoro escondido; La Cola de Caballo.



Hablar de este salto de agua es imposible, todos los adjetivos serían pocos. Allí junto a la cascada nos espera el grupo cabecero que ha parado a comer algo. Hemos tardado hasta aquí tan sólo 2 horas y 25 minutos en recorrer los 9 kilómetros y 430 de desnivel.

Comemos una barrita y tras 20 minutos de descanso ya estamos de nuevo en marcha hacia las Clavijas de Soaso, zona donde hemos visto a nuestros compañeros que se despertaron a las 6 y que van con la idea de hacer el Perdido en el día.

Tras la corta subida hacia la base de las clavijas comenzamos la trepada, algunos se han puesto casco, otros no y Jose Carlos prefiere ir por el camino de las zetas.





Más que las clavijas, la cadena te ayuda a subir por cualquier lado y poco a poco y recreándonos con las fotos el grupo va llegando a la última clavija e inicio de la senda por la nos toca comenzar a caminar.
Desde allí la vista hacia el Valle de Ordesa es merecedora de aparecer en todos los libros de texto como ejemplo de valle de origen glaciar.



Sin mucha demora, iniciamos la subida hacia el Refugio de Góriz, Jose Carlos nos espera ya sentado en una roca y es que ha subido en menos tiempo que nosotros al encuentro de sendas.

Desde allí la senda serpentea entre fajas en busca del camino que nos lleve al refugio. Los miradores son estupendos y el grupo camina más junto disfrutando de la jornada, aparentemente todos vamos bien.




Tras salir de la zona más vertical, nos queda el último tramo donde la nieve hace acto de aparición, son unos pequeños neveros que pasamos con las zapatillas de aproximación incluso, ya podemos ver las antenas del refugio, estamos ahí mismo.


El cielo parece que incluso nos ha dado una tregua, sale el sol entre las nubes, aunque por el Sur no parece venir muy bueno, y es que desde allí sopla el viento y lleva soplando desde días atrás, algo no muy común durante tan largo periodo de tiempo.


La alegría de llegar al refugio contrasta con la pena de las condiciones nivológicas que hay, no hay nieve apenas para ser inicios de Abril y es que un gran anticiclón duradero ha derretido los paquetes de nieve a velocidades de vértigo e incluso no ha permitido que las praderas de hierba se pongan verdes.

Realizamos los trámites de ingreso en el refugio y nos sentamos en la puerta. Los 4 sin papeles han tirado hacia el Perdido y los otros 17 valoramos el qué hacer.
Hemos llegado al refugio en 4 horas justas y aún son las 12 del medio día, tenemos toda una jornada aparentemente con buen tiempo por delante aunque la previsión por la tarde es peor.

Peluka y yo como teníamos fijado vamos a tirar hacia los Picos de la Cascada y el Marboré y parece que el resto del grupo se activa para intentar el Perdido hoy mismo también. ¡"Al atakker"!

Hacemos las mochila con lo justo y nos calzamos las botas duras, Jacobo también se viene y a las 12:45 partimos del refugio. Tenemos por delante 7 horas y 15 minutos para la cena, exactamente el tiempo que viene escrito en la reseña sin contar tiempos de parada, por lo tanto no podemos parar mucho si queremos cenar.

Seguimos la huella de subida de nuestros 4 compañeros "sin papeles", pasamos varios neveros inclinados que se avistan desde el refugio y pronto tomamos la senda de subida hacia el Barranco de Góriz. Hemos perdido desde el inicio de vista a Jacobo y tras asomar la cabeza por una faja nos comenta que se queda con el grupo del Perdido ya que no aguanta el ritmo.



Nosotros dos continuamos la subida a 400 metros/hora aproximadamente, el manto de nieve es continuo y podemos observar más arriba la Faja Roya, faja por la que tenemos que bordear el Cilindro de Marboré por el Sur.

Dicha faja está situada a 2800 metros de altitud, hemos tardado una hora y veinte en alcanzar la cota y ya se aprecia más arriba la cubeta glaciar que alberga el Lago Helado. Cambiamos de rumbo bruscamente y nos dirigimos hacia el Oeste manteniendo la altura.

Nos aprovechamos de tramos rocosos y después por la amplia faja vamos dejando las paredes del Cilindro de Marboré a la derecha hasta ir avistando primero la Espalda del Marboré y después los Tres Picos de la Cascada.
-"Vamos a tener suerte, están despejados, mientras en el Perdido y el Cilindro una densa nube se ha apoderado de la cumbre"-.


El itinerario ahora es un tanto difuso pero hay hitos, perdemos en alguna depresión altura para volverla a ganar y llegar a las laderas del Marboré.
Justo en una morrena rocosa a 2900 hacemos una parada para observar lo que nos queda y establecer un plan.

Acordamos que nos interesa más dirigirnos primero al más alto, que es el Marboré y después hacer la cuerda hacia los menores, pero entre que decimos, pensamos y comemos algo la nubes se han metido casi hasta nuestra altura. Ya no se ven ni Marborés, ni Cascadas, ni Santas Pascuas.

Descendemos unos metros hacia una depresión, dejando una pequeña cota a la derecha y vamos ascendiendo por el interior de un pequeño valle. A los pocos minutos abandonamos el valle para salir por la izquierda y comenzar a ganar altura mediante zetas por una pala de 30º de inclinación.
Según el GPS estamos bajo la cumbre a 3100 metros y nos separan de ella tan sólo unos 150 metros donde las curvas de nivel se abren, por lo tanto aminora la pendiente.



Nosotros ya vamos tirando de riñones y es que irán cerca de 2.000 metros de ascenso, aparte que se nota el superar la cota de 3.000 y sobre todo cuando vienes del valle.

Con nuestro cansino ritmo, vamos comiendo metros y metros a la ladera que casi se convierte en un llano a la altura de cumbre, hay niebla pero no es muy densa y podemos ver el hito de cumbre desde lejos.
Al fin llegamos, han pasado 2 horas y 50 minutos desde le refugio y ha sido toda una paliza. Hemos sufrido los últimos metros pero merece la pena.

Me asomo a la vertiente francesa, veo las laderas de los Picos de la Cascada y el Circo y pueblo de Gavarnie.




Aún se pueden ver las líneas de hielo azulado en sus tres fajas y sectores de cascadas, eso sí a 15º poco se podrá "pinchar".
Las nubes se echan encima y tras hacernos la foto de rigor continuamos al Pico de la Cascada Oriental, el primero de los tres y que hemos visto por momentos desde la cumbre.


Perdemos altura hacia el Sur primero y luego hacia el SW, la nieve está muy bien, incluso por momentos demasiado venteada hasta el punto que hemos pensado en ponernos los crampones.
Sólo ha sido un momento porque pronto llegamos por nieve buena a una depresión desde la que comenzamos a ascender el Pico Oriental.



Se trata de un esbelto pico con nieve y algo de roca por su parte alta. Está totalmente encima del Circo de Gavarnie y sus paredes Norte caen centenas de metros verticales por terreno francés.

Caminando llegamos arriba, han sido sólo unos pocos metros de ascenso y con una autonomía de menos de 30 metros, merece la pena llegar a este segundo tresmil de la jornada.



Como nos gusta la marcha, en lugar de descender por donde hemos subido, pretendemos continuar por la cuerda que se vuelve una estrecha arista. Tenemos que usar las manos por tramos y la nieve dificulta el progreso por el filo, pero también apetece que la adrenalina fluya por el cuerpo.



Un par de pasitos y otro par de canales descompuestas nos obligan a ir con cuidado para ir descendiendo y llegar al buen puerto de la nieve. Desde donde tenemos a tiro el Pico Central de la Cascada.



Un breve descenso por nieve nos lleva a una nueva depresión nevada desde donde vamos ganando altura nuevamente, esta vez aflora más la roca y hacia el Oeste en pocos minutos y 20 escasos metros de desnivel hacemos cumbre en el tercer tresmil del día. Nuevas fotos y ya podemos observar los dos siguientes.
A pesar de estar pegados y sobre mapa parecer una monótona cuerda, cada uno tiene una individualidad y una forma diferente, nos sorprende bastante ésto.



Desde el Central ahora perdemos altura hacia el Sur, la bajada es una simple ladera de nieve y ahora nos dirigimos al Occidental, este tiene una faja rocosa que hay que bordear haciendo unos cuantos metros de más, pero hemos visto un punto débil con dos cortos corredores y vamos hacia allá.

Llegamos a su base y resulta que son unos 30º/40º, la nieve está dura pero cuanto nos vemos con problemas de agarre sin crampones tiramos a la zona rocosa, por donde trepamos para salir a la parte alta de la faja y continuar caminando hacia el Oeste por una plácida ladera de nieve de 10º de inclinación que nos lleva de manera muy cómoda al último pico de la cascada, el Occidental.

Nada más asomar la cabeza en cumbre, nos quedamos perplejos con las cornisas y cantidad de nieve que hay acumulada más allá en el último tresmil de la jornada, la Espalda de Marboré. En unos minutos iremos hacia allí pero aquello es una cantidad de "merengue" inimaginable.
Nuestros objetivos ya no se dirigen a Gavarnie sino hacia allá, y es que tiene formadas unas cornisas de más de 5 metros de grosor.




Con impaciencia nos dirigimos al último tresmil del día, nos hacemos fotos en las cornisas y nos extrañamos al ver tan sólo en esta parte de la cuerda tal magnitud de nieve acumulada, será cuestión de vientos y situación, pensamos.


Por huella blanda nos dirigimos al punto más alto, no hay ni hito, ni nada, claro estará cubierto por la nieve e incluso el collado que lo separa del Pico Occidental de la Cascada no existe, de hecho en el GPS, me marca tan sólo 9 metros de autonomía, lo que le pondría como tresmil secundario cuando no es así.

Pasando de números, disfrutamos del lugar, nos sentamos en la nieve de la cumbre y divisamos Gavarnie 2000 metros más abajo. Más al Oeste se ve el Vignemale con su grandioso Glaciar de Ossoue. Siguiendo nuestra linde; el Casco, el Taillón y los Astazous que ya los está cubriendo la nubosidad.




Comemos unos frutos secos y dulces, echamos un trago de agua y a las 17:10 nos disponemos a bajar. Vamos con el horario exacto de ruta y si todo va bien llegaremos a la cena, esperamos echar dos horas en el descenso que iniciamos, mientras los rayos de sol nos iluminan entre las nubes. ¡joder, no se puede pedir más a la jornada!



Nos dirigimos hacia el Este, perdemos un poco de altura de inicio pero posteriormente la mantenemos para ir por encima de una faja de roca que no nos permite descender y que nos hará de guía. Después nos montamos en una loma por la que iremos perdiendo altura hasta llegar al pequeño valle donde habíamos parado en la subida.



No sabemos si será algo esporádico pero han caído algunos copos de nieve y las nubes se están poniendo un tanto oscuras. Por si acaso, tenemos pensado no hacer más paradas y con la nieve en este estado el descenso es muy rápido, en tan sólo 30 minutos desde la última cumbre estamos pasando la Faja Roya a 2800 metros.

Seguimos las huellas de ascenso y manteniendo altura salimos al itinerario de subida al Perdido donde observamos todas las huellas de nuestros compañeros que ya han hecho una auténtica autopista. Imaginamos que estarán todos ya en el refugio y sin parar y nevando ahora más fuerte continuamos el camino rumbo a Góriz.



Más que nieve, parece granizo, por momentos vuelve a apretar y deja finalmente de hacerlo mientras descendemos las últimas fajas del camino y avistamos más abajo el tejado del refugio.

En sólo 1 hora y 15 minutos hemos descendido de la Espalda de Marboré: 4,6 kilómetros y 850 metros de desnivel, pero es que la nieve estaba estupenda para ello.

Justo tras nuestra llegada comienza a llover más fuerte, nos hemos librado por los pelos y nuestra sorpresa es grande cuando nos dicen que el grupo del Perdido aún no ha llegado. Sí lo han hecho "los 4 sin papeles", con cumbre por supuesto, y otros 4 compañeros que se han dado la vuelta en el Lago Helado, entre ellos Jacobo, nuestro compañero de vehículo.

Por lo tanto quedan por arriba 11 "compis" y la cosa se pone un poco fea.
Nos cambiamos y tomamos una cerveza escuchando los relatos de los compañeros, a algunos los echó para atrás la escupidera, a otros simplemente el físico y los más de 2.000 metros de desnivel totales.

Cada poco tiempo me asomo por la ventana, comienza a granizar fuerte y no aparecen por las fajas, les tiene que estar cayendo una buena por arriba. Son las 19:20 y aún no han llegado a sabiendas que la cena es a las 20:00.



El granizo cubre la mesa de la puerta y comienza a llover ahora con fuerza. Al fin aparecen dos puntitos sobre la faja y uno más, son ellos al fin. Van perdiendo altura por los neveros, vamos a grabarlos en su llegada.
Por los andares vienen Mario, Iniesta y Javi en un primer grupo, por detrás asoman otros dos; Rubén y Julia, después Miriam y Abel,  los penúltimos Gayu y Marta y finalmente cierran el grupo como coche escoba Javi y Raquel.
Todos llegan empapados y la mayoría con cara de felicidad, así que la cosa ha marchado bien y estamos todos sanos y salvos.

La cena es en 15 minutos así que nos vamos sentando en las mesas mientras se van cambiando la mayoría la ropa mojada.



Pronto estamos todos listos a la espera de unas buenas lentejas, una ensalada y unas salchichas, todo ello rociado con un vino de barrica que corre por las mesas, últimamente en demasía.
También corre por las mesas, sensaciones a 3.000, compañerismo, aventuras pasadas, caras de cansancio, ilusiones e incluso planes para mañana que ya os contaré en otro post.

Por encima de todo felicitar a los que por primera vez compartieron actividad con APM. Bajocero, a los que fue su primer 3.000 y a los organizadores por su dedicación.


track colgado en:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=9465369
fotos: Sergio Moyano y Daniel Pelegrina.




1 comentario:

  1. Joeeee!!! Dani y yo con la pata quebrada y sin poder ir al Gavarnie. Y vas tú y me enseñas esto, ¡¡No hay derecho!!

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