Nuestra intención era escalar simplemente. El qué?, pues lo que fuera en La Cabrera por su rápida aproximación ya que entraba a trabajar a las 15:00.
Nos atraían los dos largos centrales de la Vía Harakiri pero nos gustaba la idea de entrarle por la Julito y no por la Casera Atómica por eso de no repetir vía.
Madrugamos y desde Parla partimos hacia el norte aún de noche, pronto se hizo la luz por la M-50 y llegamos a La Cabrera antes que los escolares entraran a sus colegios.
En la furgo, desestimamos material y nos llevamos un juego de cada, repitiendo el Nº3 de camalot para la fisura del primer largo de la Julito, además del porta material nuevo de Grivel para probarlo. Por lo demás lo habitual.
A las 8:30 estábamos caminando entre las encinas y la arena de granito granulado. Desde la "Gran cañada" divisamos nuestro objetivo y comenzamos a ascender hacia él. El camino, el de siempre y el de nunca. Hemos subido decenas de veces y pocas tomamos el mismo. Esta vez nos llevó un poco más a la izquierda de lo que queríamos pero nos vino bien para ver el Sector Wimbor y poder elegir la siguiente en la libreta.
Antes de las 9 estábamos a pie de la Julito, allí nos pusimos los arneses y divisamos el comienzo; un diedro poco marcado hasta una chapa y después una bavaresa de las de campeonato para llegar a la reunión primera.
Nos pusimos todo el material y aún no daba el sol en la vía. Propuse iniciar yo el primer largo y comencé a escalar por el diedro poco marcado que se sube a modo placa con pequeños agarres. Caían algunos hilillos de agua, cosa me preocupó en parte, pero termino de preocuparme el que la pequeña regleta superior que hay que agarrar a dos manos estuviera rebosante de agua.
Con las yemas de las manos con agua, decidí bajarme de los tres metros por el mismo sitio que había subido. Fin de vía.
Con los bártulos en la mano, caminamos unos metros a la derecha y decidimos meternos por la Casera Atómica. Iniciando yo la escalada.
Largo 1º, (Vº+, 30 metros):
Normalmente prefiero escalar yo el segundo largo, por lo de entrar en calor, pero este ya me era familiar, no en vano era la 4ª vez que subía por allí.
Entre la entrada original a la Harakiri y la original a la Rivas-Acuña, se encuentra un pequeño espolón que pronto se mimetiza con el resto del panel. Es el lugar más utilizado con diferencia para acceder a dichas vías ya que sólo hay que echar un vistazo al verdor musgoso que emana de las placas laterales.
Por el espolón comencé a ascender. Tiene buenas manos en los primeros metros y el objetivo inicial es llegar a la primera chapa de la vía, que está un tanto alta y situada ya encima en las placas.
Subirte a la misma es cuestión de no mirar mucho hacia abajo y de fe aunque la protección es perfecta.
En cuanto das el pasito y la mano derecha encuentra el borde de la laja estás salvado. Ya la laja fisurada te acompañará hasta las cercanías de la reunión, a veces más amplia otras más estrecha, algún tramo más vertical, otro más fácil.
Habitualmente en bavaresa y con la protección perfecta te vas creyendo un buen escalador hasta llegar por una corta trepada a la reunión de la vía.
Largo 2º, (Vº+, 45 metros):
Todavía no estamos en la propia Harakiri, La Rivas-Acuña tira recto, pero la Casera Atómica continúa hacia la izquierda así que la seguimos.
Ahora tira Abel, es "el largo" de la vía y se inicia con un pasito lateral en adherencia hasta buscar una fisura ciega, sería improtegible si no existiera un pequeño agujero de la apertura en artificial.
Con tendencia a izquierdas van apareciendo buenos pies hasta llegar a una chapa y un poco más allá la reunión del primer largo de la Harakiri, ¡ahora sí estamos en la Harakiri original!
Se puede observar la zona a donde nos dirigimos pero la placa se pone empinada, es mejor buscar un clavo a la izquierda y con las manos por una fisura alta, descender un poco hacia la izquierda por mejor terreno y bajo el cruce justo de la Vía Rivas-Acuña ascender por las cercanías de la canal principal que divide la pared, sin llegar a entrar en ella.
Se llega al cruce de la Rivas y aparece una buena fisura para proteger y para ascender en bavaresa. El siguiente muro es inclinado pero van apareciendo regletas y chapas, aunque se hecha de menos alguna más.
Ajústate bien la magnesiera porque la vas a usar.
El muro es inclinado y las regletas de una falange son la norma general, los pies no son nada buenos tampoco ya que son las mismas regletas de manos, y las chapas están bastante alejadas unas de otras.
Tras los metros de muro, la continuación te lleva a salir por la izquierda pero la fisura de la pared de la derecha te facilita las cosas. Mi compañero tiró de frente (posiblemente 6a), yo tiré a la derecha a chupar de un buen canto e introducirme al abrigo de la fisura que se van ensanchando.
Tras salir del muro se llega a la reunión junto a un "huerto de lechugas", dicese; una zona con musgos, líquenes y otros verdines de gran tamaño.
Bonitas vistas a La Cabrera |
Largo 3º, (Vº, 45 metros):
Me toca a mí, tras el pedazo de largo bonito inferior, se sale hacia la izquierda en dirección a la cálida y fácil chimenea de la Rivas-Acuña. Se continúa subiendo como una escalera y se proteje por no matarte si te da un desmayo.
Se llega al bloque de la Harakiri, he pasado por ahí algunas veces y siempre me llamó la atención, era uno de los objetivos del día.
Con un paso de orangután con el culo al aire y protección total en el fisurón, se va ascendiendo por la fisura, te topas con un bloque que se duda por donde pasarlo, pues da igual las dos fisuras salen sobre el bloque y un diedrito bonito va ascendiendo a una gran terraza. Antes de llegar a la terraza hay unos párabolt en plena placa pero si quieres estar cómodo mejor tira a los bloques de la terraza o haz como yo, directamente al tronco de la encina. Pilla un poco retirada y tiene más rozamiento pero estás sentado observando los buitres.
Largo 4º, (Vº, 45 metros):
Desde este punto lo lógico es continuar por el callejón, trepando bloques y salir a las cercanías de la cumbre. Pero por ser la primera vez que compartimos cuerda, vamos a hacer 4, 2 y 2, "pa no enfadarnos".
Deshicimos la reunión de la encina y montamos una mega reunión con la propia cuerda de escalada en un bloque del tamaño de dos o tres televisores de los de antes en la terraza, sí, de los de tubo de imagen.
A mano derecha de ascenso y donde la terraza perdía su nombre observamos dos fisuras paralelas con hierbajos para ensalada. Tenían buena pinta aunque algo sucios, no lo pensamos mucho por ahí ascendía la Chechi Chachi Bingo Chungo y Abel de nuevo tiró a la cabeza.
La protección era un tanto mala pero el ascenso era bueno, las manos por la fisura superior y las piernas por la inferior, así pim, pam, pum, hasta el final de fisura, donde hacia la derecha va apareciendo buen terreno no visible desde abajo.
Se pasa entre dos encinas y después por una pequeña oquedad para encontramos con un diedro fácil pero apetecible. ¡va oliendo a cumbre!.
Tras salir del diedro un poco a derechas y nos aupamos para montarnos en la terraza final situada a 5 metros del vértice geodésico.
-¡joder, poco más y metes el anillo en el vértice, jeje!-
-a la próxima.
Una foto en cumbre y unos minutos de disfrute de los tonos verdosos y las vistas.
Para descender lo vamos a hacer por el Callejón de Cancho Blanco no por el usual Soyermo, la verdad que nos da un poco igual, pero somos más de izquierdas.
En un corto descenso nos plantamos a pie de vía, allí nos esperaba un trago de agua, una barrita energética y unas cómodas zapatillas.
Lo demás ya se sabe: descenso entre jaras, encinas y aromáticas, para llegar al coche e ir a comer un menú de bar, que el cuerpo hay que alimentarlo para que te permita volver otro día con energías renovadas.
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