lunes, 25 de febrero de 2013

Límite o Fluído Azul (D+ / 80 mts. / III/3)

Como si este mes no hubiera existido, quedamos casi un mes después un nuevo Lunes con el mismo proyecto que entonces se trunco, objetivo principal: la Pared Negra. Juanjo con más ganas y yo algo más magullado.



 
Había nevado de lo lindo en Guadarrama y para este Lunes daban cubierto sin precipitación, nuevamente y ya van muchas la predicción falló, estaba nevando desde Navacerrada pueblo y una nube densa cubría toda nuestra sierra. En Cotos -10ºC y un horrible viento esta vez de Oeste.
No lo pensamos mucho, aparcamos y nos cambiamos junto a otros 5 coches en el parking para partir por la pista con un objetivo claro y los ojos puestos en la Pared Negra.

La aproximación por la senda del bosque bien bonita con los pinos llenos de nieve, pero ya fue otra cosa cuando empezamos a enfilar el circo, el viento frontal nos heló pero sin parar continuamos en ascenso hacia la Laguna de Peñalara.

La bordeamos por su margen y ascendimos hasta la base del primer tramo helado de la Cascada de la Pared Negra, allí ya había otros tres compañeros que también se disponían a subir por la parte derecha, así que nos equipamos nosotros para subir esta vez por el lado izquierdo en dirección a la cueva así no nos molestaríamos unos a los otros.


Tiré yo de primero, el hielo no estaba muy católico y si bien los piolets se clavaban dando seguridad, el proteger el largo ya era otra cosa. Fuimos tirando metiendo tornillos y ascendiendo por los primeros resaltes cortos a 80º, hasta el último tramo donde la cosa se pone más seria, habiendo un tramo vertical continuo de unos cuantos metros y donde los gemelos ya te van pidiendo clemencia.
El último tramo estaba especialmente chungo ya que la nieve reciente cubría parte del hielo y tenías que estar quitando nieve a la vez clavando, por no comentar el estado de entrada a la cueva donde había más de 30 centímetros de nieve fresca acumulada.
 
Llegué a la cueva, uno de esos lugares mágicos de Guadarrama, y montando reunión en dos puentes de roca equipados con cordinos y maillones aseguré a Juanjo que subió hasta la cueva en poco tiempo.
 
 
 
Allí nos planteamos el continuar para terminar el segundo largo, pero las cortinas verticales de hielo para superar el tramo más vertical estaban que se caían, esperamos para rapelar a una cordada de compañeros oriundos de los Lunes como nosotros y de igual manera desestimaron el salir por arriba debido a la delicadeza del hielo, los terceros la cordada de tres desestimó también el completar la escalada, así que en ese momento y en el interior de la cueva se forjó la idea de dirigirnos hacia Límite Azul. Sabíamos de su existencia por la Guía de Escalada de Guadarrama de Agustín Arranz y Miguel Barroso y ya la había visto el condiciones el día del "porrazo" hacía un mes más atrás.
 
LÍMITE AZUL, (D+ / 80mts. / III/3)
 
La primera ascensión fue llevada a cabo por Luis Guiñales y Pablo London en 1981 y sólo se forma en inviernos con mucha innivación y frío, además sólo es recomendable cuando está en buenas condiciones ya que transcurre el hielo sobre placas rocosas en donde si su grosor no es considerable puede crear problemas.
 
Tras rapelar de la reunión, desde la base de la Pared Negra recogimos cuerdas y nos dirigimos rumbo a la cara Este del Cosaco pasando bajo la pared del Trapecio, donde mientras nos acercábamos y entre la nevada ya podíamos ver la línea de hielo en diagonal ascendente de izquierda a derecha.
 
 Pasamos a toda prisa la entrada del Tubo Central de Peñalara porque el riesgo de aludes era elevado y llegamos a la base de la cascada ascendiendo los primeros 20 metros del tubo de la Ceja.
 

Allí dejamos las mochilas en la base y nos dispusimos a su escalada, subiendo con una cuerda de 60 metros en doble, ya que sabíamos que la componían dos largos de 20 metros más la posibilidad de salir por arriba en ensamble.
PRIMER LARGO (20 metros, 80º):
Es el largo que concentra la mayor dificultad, el hielo tapiza una placa de granito que si su grosor no es mucho, los crampones y piolet pueden rebotar siendo inútil su escalada, por no hablar de la manera de protegerlo. Un metro más la izquierda transcurre una vía de escalada repleta de chapas pero que pillan un tanto a desmano de la escalada en hielo. Así buscando el mayor grosor el primer metro lo realizamos por la parte más a la derecha de la cascada para un poco ya montados en ella ascender por el centro, los piolets clavaban bien al igual que los crampones, la cascada se va estrechando y en su mitad acumula un mayor grosor donde pudimos proteger con un tornillo.


Desde ese punto la cascada gira un poco a derechas, habiendo un paso extraño y el más vertical de la escalada, superado este tramo se continua ascendiendo por hielo de mejor calidad y nos dirigimos a una pared, casi techo situada en la vertical donde se monta la reunión.


Hay tres clavos un tanto oxidados donde montar la reunión y se suele acumular nieve blanda, por lo que el último tramo hay que tener cuidado antes de llegar a los clavos.


 

SEGUNDO LARGO (20 o 30mts., 70º):
Este segundo largo se puede hacer de 20 o de 30 metros, dependiendo si nuestra intención es salir por arriba al tubo derecho de Dos Hermanas o por el contrario rapelar. Nosotros lo hicimos de 30.

Tras coger un poco de aliento me dispuse a continuar, se sale a derechas del techo y pronto aparece un resalte de un metro y medio bastante raro, su ascenso te tira a derechas por la placa y su protección en hielo o nieve es imposible, así que limpiando con el piolet una fisura vertical friend al canto y para arriba, unos pequeños arbustos bajo la nieve blanda ayudan a clavar los piolets para continuar.


Se sale a la vertical de la cascada donde el hielo es bastante bueno, a derecha existe un escape por dos fisuras con un bloque en medio que no se exactamente a donde llevan pero no tienen mala pinta, yo ascendí hacia arriba hasta llegar a un diedro tapizado de hielo, con un tornillo malamente protegí el inicio del diedro y por un hielo bastante bueno para progresar y vertical salí del mismo rumbo a un pequeño nicho. Al igual que el largo anterior el último tramo al nicho la nieve está acumulada y bastante blanda por lo que había que tener cuidado.

diedro desde arriba
Ya en la cueva, hay dos cordinos en un puente de roca para proteger al segundo, pero como aún quedaba cuerda, decidí usarlo con una express para continuar un poco más y ver si salíamos por arriba o por abajo.


cordino en nicho
Del nicho se sale por la derecha, hay que tener cuidado ya que la roca del propio nicho te tira hacia fuera y la nieve blanda acumulada puede ser bastante inestable, tras bordear la roca del nicho aparece una pala más ancha con varias posibilidades, pero como quedaban 10 metros más de cuerda me dirigí hacia una roca situada a izquierdas hacia una fisura horizontal perfecta para fisureros.
 


Tras montar la segunda reunión, subió Juanjo y valoramos el seguir hacia arriba con un nuevo largo, en lugar de ir en ensamble aprovechando la reunión montada. La verdad que ya la inclinación no pasa de 45º y los corredores de nieve blanda aparecen hacia derecha e izquierda. Juanjo decidió tirar hacia la izquierda más bien y salir a la parte alta de la loma del Cosaco ya con vistas a la Canal derecha de Dos Hermanas, justo 30 metros y unos corredores fáciles donde realizamos el tercero de los largos.

alegría tras terminar la escalada.
 Contentos terminamos de realizar una actividad bastante bonita y continua para descender por la canal hacia la zona de la laguna y volver a ascender por la Ceja hasta las mochilas y la base de la cascada, que ahora sí se dejó fotografiar más claramente.
 








sábado, 23 de febrero de 2013

"he vuelto a las andadas.........

he vuelto a enloquecer, lo vi escrito en la luna, luna creciente"......
Curiosamente como dice esta letra de Extremo yo he vuelto a las andadas, a enloquecer y también en luna creciente.  Casualidades o no aparte y pecando como dije a mi fisio el Viernes me estaba saliendo del pellejo si no pisaba terreno a más de 1.000 metros de altura.
Un 23 de Febrero enloquecí, como el país hace 32 años.

Esta vez la ya famosa borrasca que no se quita de la península nos ha obligado a post poner la salida del Club a Peña Ubiña y como alternativa nos vamos a dedicar un grupillo a practicar en hielo en la Sierra de Guadarrama, que nos vendrá bien a todos y así de paso pruebo como ando con el tobillo y la muñeca, tras el porrazo.

A las 8:00 y poco ya estábamos en el Puerto de Cotos, el tiempo malo, pero malo malo, viento de 50 Km/h y menos 11 gradientes en el termómetro del coche, sí vale -9º en el Dos Castillas del Puerto de Navacerrada.


Nos vestimos en los coches y nos preparamos para lo peor, yo con la ilusión del primer día 25 días después del accidente, los pinares estaban cubiertos de niebla o más bien nieve venteada que no cesaba de depositarse a sotavento, nuestra sierra espectacular.


El objetivo era la Pared de Zabala y para ello tomamos la pista principal del parque donde ya el viento no soplaba tanto y se podía caminar en condiciones,

 
Dejamos atrás el Mirador de la Gitana, el depósito y continuamos por la pista hacia Dos Hermanas, desviándonos en el primer cruce rumbo al collado desde donde se avista el Refugio de Zabala.
 
nuestra sierra espectacular
 En cuanto salimos del abrigo del pinar la cosa cambió, las ráfagas nos daban de frente y los 50 de viento nos daban de frente, el suelo lleno de placas de viento y la cara quemaba al golpear la nieve venteada.

 
Ocultando lo máximo de la cara tras las bragas y gores y a contra viento llegamos a las cercanías de la Pared de Zabala, nos tuvimos que poner los crampones en las palas anteriores al Zabala y mientras los últimos terminaban, ya estábamos montando nosotros la instalación de cuerda para subir la pared a top.


No era para estar mucho tiempo parado así que mientras unos subíamos, otros se metían al refugio para resguardarse del fuerte viento lleno de nieve que lo cubría todo.

 
montamos dos líneas y allí subiendo y bajando, probando los piolet técnicos, metiendo tornillos y viendo la calidad del hielo, que por cierto era mala, bastante blando para poder asegurar.
 
 

Lo que pensábamos que era una nueva ventolera de nieve, resultó ser una nube que lo cubrió todo y ya no volvimos a ver el azul del cielo., ya no cesó de nevar.




Cuando nos cansamos desmontamos todo el tinglado y nos dirigimos al corredor Gandalf, un corredorcito unos metros más a la derecha de la Pared de Zabala que con esta cantidad de innivación, pierde casi toda su gracia, eso sí casi, porque de igual manera nos metimos.

Lo que en otras ocasiones es el primer largo esta vez se trataba de una pala de nieve blanda por la rodilla de 40º-50º, por la que sudamos para llegar a la cueva donde está supuestamente la segunda reunión y primera para nosotros.


En la cueva montamos alguna reunión más para entrar todos "¡los ocho!" y tiramos hacia arriba por la parte más entretenida en tres cordadas independientes: 3, 2 y 3.

El resalte de IVº desaparecido en combate, la nieve blanda cubría todo el tubo y buscabas un poco de hielo para clavar y subir, la verdad que muy divertido para unos y tentador para los nuevos.

 
Con cuentagotas fuimos saliendo del tubo, con cuerdas de 60, 50 y 40, (para todos los gustos) y en lugar de asegurar en el clavo del tubo, metimos un friend, para cacharrear algo al igual que en la reunión de arriba que metimos algún otro más gordo. Tras ir saliendo allí no había quien parara, por lo que íbamos subiendo y nos metíamos al Refugio de Zabala, que esta vez estaba abierto por el personal del parque, que nos alertaron del riesgo de aludes por la zona de la Ceja.

Ya todos a cubierto, nos repartimos el material y comimos algo antes de bajar, decidimos hacerlo por el camino de la laguna y la Pared de la Presa y justo cuando pasábamos bajo la misma; -¡un alud!-, gritó el Peluka y un tramo de 20 metros de ancho de nieve comenzó a descender ladera abajo por la Canal Central de Zabala, con dos chicos flotando y volando por la nieve. Uno de ellos cayó por encima de una pared de 5 metros y el otro se ocultó bajo la nieve del alud. Subimos a toda prisa y ya habían salido de entre la nieve, el que había caído por la pared se quejaba del tobillo (esto me suena) y había perdido el piolet y el otro se encontraba mejor porque había ido medio flotando por encima de la nieve hasta ocultarse antes de parar.

zona de la avalancha
Les echamos una mano a guardar la cuerda y a buscar el piolet perdido, mientras recomendamos al de la caída el bajar antes de que se le enfriara el tobillo. Y así con el tema del día en la boca descendimos junto a otros compañeros que había visto también el accidente y se habían acercado a la zona.

 
Tras pasar el chozo alucinamos con la cantidad de nieve acumulada que llegaba a la barandilla del puente del Arroyo de Peñalara y enfilamos la senda del pinar hacia Cotos charlando con uno de los accidentados y recordando una vez más que no somos nada ante las fuerzas de la NATURALEZA.


Pero qué sería de nosotros sin ella, así que estaremos condenados a entendernos y respetarnos.