Ese zen se practica y captura, charlando con otros escaladores, escuchando a personas que con más de 50 años siguen escalando las clásicas, cerrando el último ojo en el ocaso con la silueta del torreón en la retina, y tocando las mismas rocas que tocaron hace 70 años Teógenes, Rivas, Acuña y demás miembros del Grupo de Alta Montaña.
El lugar mágico se llama Galayos, se encuentra ubicado en la Sierra de Gredos y realmente son una serie de Agujas graníticas de centenares de metros que rompen la estética de las alomadas sierras de la zona centro. Este lugar es la catedral de todo el sistema central para la escalada clásica y el altar o epicentro es "el Torreón".
Lo que a nosotros nos llevó a probar de estas mieles era el trofeo del Club Alpino Madrileño al que nos apuntamos algunos meses antes y que era una buena escusa para conocer algunas paredes de nuestra geografía, está era la 3ª prueba para nosotros.
De esta forma todo comenzó el Viernes dirigiéndonos hacia Arenas de San Pedro, allí cenamos en un céntrico bar del pueblo y tras la ingesta nos subimos hacia Guisando y la Plataforma del Nogal del Barranco (1.100 metros), había unos cuantos coches, por no decir que estaba lleno y a los pies del coche nos tiramos con las esterillas al suelo para pasar la noche.
El sábado nos levantamos a las 6:30, ya se escuchaba movimiento por la zona a la vez que la claridad iba creciendo en el aparcamiento, la noche había sido bastante templada no habíamos bajado de 8º y habíamos dormido con los sacos ligeros de plumas entre abiertos. Un desayuno tras despertarnos y después a hacer la mochila eligiendo exhaustivamente el material a subir.
Partimos a las 7:45 del aparcamiento por la Garganta de los Galayos, otros escaladores por detrás, otros por delante y un grupo de niños de un colegio tras nosotros con un buen griterío.
Dicho camino es bastante agradable ya que al poco de subida vas viendo las primeras agujas y aunque la mochila de escalada pesa no es hasta la apretura donde se empieza a sudar un poco.
Antes de llegar a la apretura se cambia de márgen de la garganta y se comienza a ascender por la izquierda del barranco según dirección de la marcha, también se puede subir por el lado derecho pero una senda en peor estado no es muy recomendable para los que llevamos mochilas con saco, esterilla y demás cacharros para pasar dos días.
Así cruzamos el barranco y ascendimos por las innumerables zetas de la apretura teniendo unas buenas vistas ya de los grandes de Galayos,, saliendo por encima de todos la estilizada silueta del torreón.
Tras maravillarnos con todas éstas agujas nos centramos en localizar en el último tramo de ascenso un lugar para poder vivaquear durante la noche y la verdad que llegamos al Refugio Victory sin ver nada apetecible ni en condiciones para los dos. Allí nos encontramos con Juani (la secretaria del club) que aún estaba desperezándose y tras observar que todos los vivac cercanos estaban ocupados decidimos quedarnos en la plataforma junto al refugio que aunque pega el viento es llana por lo menos.
Dejamos las mochilas junto al refugio y con lo estrictamente necesario para escalar, más agua, unas barritas, un croquis de la vía y un móbil nos dirigimos hacia el Torreón. El inicio de la vía que íbamos a realizar está oculto desde el refugio y más bien es casi la cara posterior que se visualiza desde el Victory. Así que tras preguntar a algún escalador que andaba por la zona nos indicaron para la aproximación de la vía, mientras comenzábamos a respirar "el aroma galayero".
La aproximación de la vía es un tanto liosa si te llevas los croquis aprendidos, pero una vez en el terreno, és muy fácil su localización con un par de datos exactos. Se puede acceder a pie de vía por dos lugares pero nosotros escogimos el más cómodo desde el refugio. Partimos cruzando la pedrera principal de la garganta hacia la gran canal que desciende entre el Gran Galayo y el mismo Torreón, al poco de ir ascendiendo ya se ve más arriba a la derecha la brecha de la Cara Este del torreón donde se ubica el rápel de descenso a pie de vía. Para subir allí hay que dirigirse por la canal unos 5 minutos de ascenso hasta una mancha negra a la derecha de la canal, suele haber unos hitos y por allí por algunas terrazas te van llevando a una canal que desciende de la brecha. Se va trepando por zona fácil, algún III aislado y se va ascendiendo hasta llegar a la brecha en unos 20´ desde el refugio.
En la brecha hay un bloque empotrado y sobre éste en la pared de la izquierda hay dos párabolt de los que poder rapelar unos 40 metros hasta las cercanías del pie de la vía.
Con nuestro sofisticado sistema de reparto de largos iniciamos la jornada escaladora, (el otro día empezaste tú, hoy me toca a mí):
LARGO 1 (V / V+, 45 metros):
El primero empecé yo y me resultó sorprendente en cuanto a la dificultad, pensaba que iba a ser más fácil, pero ya se sabe el primero siempre cuesta y uno llega frío.
El inicio de la vía es evidente, es una especie de diedro de 4 metros de alto donde está la mayor dificultad del primer largo aunque no lo parezca. La señal de que es el lugar de inicio es un clavo situado a algo más de dos metros de alto que te protege del paso. De inicio el diedro no se da de frente, se coge la pared de la derecha y se comienza a ascender (hay muchas fisuras donde proteger), el clavo a izquierdas te quita el miedo y la salida de este pequeño murito es lo más duro del largo.
Después se llega a un terreno más fácil con grandes fisuras herbosas, la vía transcurre más a la derecha por un pequeño espolón que va cogiendo pendiente y donde hay más clavos viejos para proteger y fisuras por doquier. El siguiente tramo es una sucesión de pequeñas fisuras verticales, similares a las formaciones de flauta de la caliza cantábrica, (salvando las distancias), donde predominan los agarres de pinza y los empotramientos de mano. Ya se va viendo un pequeño techito que es el final del largo y para salir al mismo la cosa se pone de nuevo interesante y vertical, en lugar de ir al techito conviene salir más a la derecha por una zona algo aérea y siempre buscando el borde del espolón donde hay algún clavo más y tras un paso algo aéreo se llega a la plataforma de la primera reunión donde bajo el techito a la sombra y con una reunión ya instalada con mosquetones de seguridad y cadenas se monta la primera reunión al compi.
LARGO 2 (IV+ / V, 30 metros ):
En este segundo largo la dificultad desciende un poco y aunque en algunas reseñas lo dan como V, realmente es un paso muy aislado el que tiene esa dificultad, si acaso llega. Además el largo es bastante corto de longitud y asciende practicamente en diagonal a izquierdas. Este segundo se lo da Juanjo (la verdad es que con el reparto de largos salió bastante perjudicado, pero ya se desquitará mañana en la Aguja Negra).
Desde la reunión se sale a izquierdas por varios bloques hasta llegar a un diedro vertical con buenos agarres y vertical de unos 5 metros.
El V es un paso muy aislado a su mitad pero como está bien protegido pronto se sale del tramo más vertical para continuar por el diedro más tumbado hasta una gran repisa donde se montamos la segunda reunión. Esta está desequipada y tan sólo hay un clavo viejo,, así que en varias fisuras verticales en la pared se puede montar la reunión perfectamente para asegurar al segundo.
Otra opción recomendable es continuar unos 10 metros más hasta situarnos en el diedro principal del tercer largo y en otra terraza con dos cordinos montar la segunda reunión así le quitamos trabajo al del tercer largo y se lo damos al del segundo para poder asegurar el paso más duro de toda la vía desde más cerca y en la vertical del mismo.
LARGO 3 (V+, 40 metros):
Me tocaba "el largo" de esta vía, la verdad que no tiene nada que ver con los dos anteriores y tras ver lo que tardaron los compañeros de la cordada anterior en pasar una pequeña panza bastante arriba, me temblaban las patas sólo de pensarlo. Pero Juanjo me despachó rápido, según llegué a la terraza me dió los cacharros y chocamos las manos, en ese momento me centré en subir y se me olvidaron los miedos y los pensamientos impuros.
Una mirada hacia arriba y el sol al final de un largo diedro perfecto, un soplido fuerte, ¡allá vamos!, olor a magnesio y caliza y estado de concentración.
Se sale por la derecha de la reunión y se monta en un pequeño diedro para llegar a una placa a derechas asegurada por un clavo muy alto, para llegar al clavo casi te tienes que dar la placa, por lo que subiendo en babaresa por la fisura de la izquierda y los pies en adherencia por la placa se llega a la salida de la misma donde se chapa el clavo para salir.
Una vez superada la placa se hace una travesía fácil a derechas de un par de metros y se introduce uno en la vertical del gran diedro, se supera un paso de IV+ y se llega a una terraza (donde se podía haber montado la segunda reunión, y que está equipada con algún clavo y cordinos).
Con empotramientos de manos se supera un nuevo paso de V, bastante asegurable y se llega a una nueva repisa, (la parte buena de este largo es que los pasos más difíciles estan separados unos de otros y entre medias tienes pequeñas repisas donde descansar con lo cual no es muy contínuo el grado del largo). Un nuevo paso protegido por un cordino amarillo en un puente, se hace el paso afinando por la parte izquierda buscando pequeñas regletas y agarres con sensación de vacío V. Y por fin tras una nueva terracita más pequeña se llega al paso más complicado,
El diedro se inclina más y una pequeña panza te tira hacia fuera V+, el paso se realiza por la parte izquierda buscando una fisura vertical de 10 centímetros de ancha, por ella y haciendo un empotramiento de mano y de pie se asciende lo suficiente para poder salir de la panza y con un paso de equilibrio a derechas volver a meterte en el diedro principal bien empotrado en el mismo.
Tras pasar el paso más dificil ya se empieza a escuchar a gente, el estrecho monolito de cumbre esta fisurado y por ellas salen los sonidos de los que están escalando la Norte y los de cumbre, ya se nota que está la cumbre cerca, tras un último paso más fácil se llega a una brecha desde donde se puede ver el Refugio Victory, tan sólo nos queda un pequeño paso tonto bastante aéreo pero que tiene agarres arriba no visibles desde abajo para llegar a la reunión equipada con argollas y parabolt.
El ambiente es insuperable, verticalidad por todos los costados y varias cordadas escalando por casi todas las caras, nosotros tenemos 3 delante a las que tendremos que esperar mientras llegan a la cumbre se hacen la foto y rapelan desde la misma cumbre, aunque mientras sube Juanjo la parte alta se limpia de personal.
LARGO 4 ( III, 8 metros):
Realmente no es un largo de escalada como tal y tan sólo nos queda superar una plataforma tumbada hasta llegar a su final donde comienzan las estrechez de 3 metros de cumbre por 50 centímetros de anchura, algunos lo hacen encordados, la mayoría con las cuerdas en la espalda y el paso algunos sentados y arrastrando el culo, otros a cuatro patas como un gato y los más avezados a dos. En el punto más alto del Torreón, nosotros tuvimos suerte y pudimos disfrutar de más de 30 minutos arriba haciendo fotos, vídeos, comer sentados e incluso ponernos de pies para que unos compañeros desde la Aguja Negra nos hicieran unas fotos.
Arriba nosotros en la cumbre del Torreón desde la Aguja Negra
Tras disfrutar de la verticalidad "galayera", ya viene otra cordada y nos tenemos que marchar, así que existen en la misma cumbre una cadena un tanto oxidada anclada a tres párabolt desde la que se rapela hacia la Cara Norte, un rápel de los buenos 60 metros verticales totalmente para llegar a una terraza donde merece la pena descansar comer algo con las vistas de la Aguja Maria Luisa, cambiarse los gatos por las zapatillas y montar otro rápel de unos 45 hasta la base de la canal de subida donde hay un cordino gordo en un puente de roca (se puede destrepar pero teniendo la cuerda fuera y con varios pasos de III, es tontería).
Así rapelamos hasta la canal y desandamos las terrazas hasta la canal principal que nos separa con el Gran Galayo desde donde fuimos descendiendo hacia el refugio, tras pasar por "la suite de los vivacs", que no es otro que el de la base del Pequeño Galayo, observamos que sus inquilinos se estaban marchando, así que nos dejaron el vivac para nosotros solos.
Descansamos junto al refugio un par de horas mientras comíamos algo, charlando con los compañeros disfrutando del "ambiente galayero"
y después nos retiramos a "la suite" para comenzar a hacer todos los quehaceres montañeros y cenar apaciblemente, Juanjo con su comida militar y yo con mi soplete mecánico.
Tras la cena uno piensa de diferente manera, el estómago trabaja más y el cerebro menos, por lo que nos quedamos extasiados, tomando caladas de esa esencia de Galayos, viendo como la luz iba acorralando a la cumbre del Torreón y cercándola hasta dejar de iluminarla, para cambiar de protagonista e iluminar los cientos de estrellas que comenzaban a aparecer por todo el cielo de Gredos.
Ya habeis abierto la veda galayar!!! La próxima a la Malagón-Underground.
ResponderEliminarCuando continueis con el trofeo en Midi y Naranjo, darme un toque a ver si estoy por las españassss
Pues será para Agosto-Septiembre seguro porque Juanjo se va a los Alpes en unas semanas y después yo de vacas.
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