martes, 21 de julio de 2015

Espolón Vampiro al Risco de la Pirámide (6a, 105mts.)

PRÓLOGO:
Nuevamente entre semana quedamos a escalar en La Cabrera, nuestro campo de entrenamiento particular para metas mayores.

Hacía tiempo que no salía con Juanjo y es que nuestra distancia entre poblaciones, hace que naveguemos por distintas salas de escalada y por lo tanto de amistades.
Aún así, de vez en cuando nos gusta quedar y retomar el tema que nos llevó a escalar durante tres años todo o casi todo juntos.

En día laboral (como nos gusta hacer), madrugamos para acercarnos a la Sierra de la Cabrera. Quedamos allí, no en la gasolinera, ni tampoco en los colegios, sino al final de un camino de tierra en un pequeño aparcamiento perdido "a la mano de dios". Se trata del mejor lugar de aproximación para el Risco de la Pirámide, nuestro objetivo.

Poco después de las 8 de la mañana, estábamos cambiándonos de zapatillas con la vista puesta en las fabulosas agujas que por esta sierra madrileña tanto abundan.


APROXIMACIÓN:
Partimos entre las encinas por uno de los caminos que se dirige a la base del Risco de la Pirámide y la Aguja Sin Nombre, la aproximación era la misma para ambas torres, así que nos limitamos a seguir los hitos y las sendas que discurren serpenteantes entre las jaras y roquedos de granito.

En poco menos de 30 minutos llegamos a la base de la Aguja sin nombre, el fabuloso Diedro de la Deportiva frente a nosotros y giramos a la derecha por la base del Risco de la Pirámide en busca del inicio del espolón.

El espolón es evidente, lo que no es tan evidente es el lugar donde se inicia la escalada, ya que la zona presenta unas placas hacia el sur y suroeste y una zona más accesible por el este del espolón.
En cualquier caso, rastreamos la zona y donde mayor erosión vimos en la base, allí nos quedamos, más bien en la zona este del espolón y un poquito antes de un derrumbamiento de hace unos años.

Como la primera reunión se aloja en la primera encina, nos pareció lo más evidente para llegar a ella.

Somos conscientes que según la guía tiene el nombre pintado en la placa donde se inicia la escalada, pero no lo hemos visto.

Protocolo habitual; vaciamos la mochila, nos colocamos casco y arnés, repartimos material y estiramos las dos cuerdas. Esta vez como los largos "guapos" eran los pares y le iban a tocar al mismo bajo nuestro reparto de largos de pajita, decidimos que uno hiciera los dos primeros y el otro los dos segundos. Me toco a mí iniciar la escalada.


ESCALADA:
LARGO 1º; ( IVº-, 20mts.):
Desde la parte derecha del espolón observo por donde ascender, una posibilidad es hacerlo por la parte del derrumbe, pero optó por montarme antes a la parte alta del espolón mediante una ancha fisura.


Una vez arriba veo las placas a la izquierda, por donde debe ascender la vía normal. Lo que resta ya es cuestión personal por donde continuar. Yo trato de ir por el filo por razones estéticas y por tener a vista a Juanjo.
Pronto llego a la encina y es interesante subir entre sus ramas hasta la parte más cercana al inicio del siguiente largo, así que me voy hasta las últimas ramas desde donde veo la fisura del L2. Este es el lugar idóneo, un par de cintas planas a la rama más grande y montada la reunión.


LARGO 2º; (Vº+, 25mts.):
Entre las ramas de la encina me hago hueco para comenzar el largo, el objetivo es salir a buscar una fisura ciega que asciende por la parte izquierda. Para llegar a ella hay que ascender por un par de pequeños diedros sucios, que teóricamente no se protegen muy bien.
Yo he encontrado buenos emplazamientos para la protección y en los primeros dos metros he puesto uno para cada cuerda para proteger la salida a la fisura, zona donde se encuentra el Vº+.


Una travesía a izquierdas y me meto en la fisura, donde un metro más arriba me encuentro el primer clavo, continúo por la misma y poco más arriba aparece el segundo de los seguros en forma de un nuevo clavo. -¡pues no tiene mala protección como ponía en la guía!-.


Sigo por la fisura y ésta se agranda, ya puedo meter friends y la siguiente reunión la tengo cerca, situada en una pequeña encina. En lugar de continuar por la fisura que ya es más off width que otra cosa, sale bien llegar por la plaquita de la derecha, zona mas fina aunque sucia por los buitres esta primavera.


LARGO 3º; (Vº, 15mts.):
Cambiamos los cacharros y le toca a Juanjo. Por encima tenemos una fisura bastante vertical pero cortita.


La clave es comenzar a escalarla por la parte izquierda, allí hay buenos pies, aunque luego hay que pasarse al frente para subir el último metro más duro. Cuando comienzas a sufrir aparecen las manos de la salida y se puede proteger perfectamente.


Después un mero trámite hasta la reunión formada por una nueva encina situada en una repisa más pequeña esta vez y con nuevos restos de buitre. Aprovechamos unos cordinos abandonados para montarla y nos preparamos para el siguiente largo.

LARGO 4º; (Vº, 30mts.):
Sale Juanjo nuevamente sobre la encina, una placa sin protección de IVº, que te los pone un poco de corbata, pero es IVº, así que hay que confiar en uno mismo. Son sólo unos tres metros de placa sucia para llegar a una chapa que te hace respirar.


Después en travesía a derechas se busca una nueva fisura, poblada por algún rosal que te lo pondrá más difícil pero son las cosas de la naturaleza, en los rocódromos no hay vegetación.


La fisura es ancha, pero quizás demasiado, se puede proteger bien, pero sus ángulos son tan redondeados que más que escalada de fisura es adherencia sobre fisura. El rosal te las hace pasar canutas en su mitad, no lo quieres ni tocar, pero al final te toca hacer malabares para ir esquivando rama tras rama y acabar pinchándote como no, además de con la camiseta con hilos sacados.

Es lógico, a ver quien es el guapo que se sale a la placa de la derecha, se ven garbancillos, pero prefiero mi fisura con rosal.


Tras el rosal la vía toma inclinación pero la salida ya está cerca. Pronto estamos fuera y salimos a una pequeña terraza que tomamos a la derecha caminando para llegar a los párabolt de la reunión, situada bajo un pequeño techito y más bien hacia la vertiente este.

Juanjo en la R4, bajo el último largo con el techito
LARGO 5º; (6a, 15mts.):
Estamos en los párabolt del rápel, pero yo aprendí que en esto de la montaña el objetivo casi siempre es la cumbre. Yo llegué a esto de la escalada desde el montañismo y por lo tanto la actividad no es completa sin llegar a la punta superior. Así que voy a abrir el último largo.

Miro hacia arriba y veo un pequeño saliente con forma de techito y una fisura a su izquierda. La fisura tiene una pinta apetecible y protegible (Vº+), pero el techo lo tachan de 6a+, pero un grado más bien de bloque y sólo un paso, así que tiro al techo.


Cuando estoy bajo el mismo observo un pequeño cuerno perfecto para lazar y proteger y ahora toca hacer el paso; dominada me cuelgo y no veo nada para la mano, lo vuelvo hacer y no llego a lo visto, otra vez para abajo. La cuestión es sacar un pie del techo y tirar con una de las manos, así que pie izquierdo arriba en semi adherencia y mano al canto para salir.
Es más bien dar con el paso técnicamente que de gorileo.
Tras el paso sólo que da bordear el bloque por la izquierda y llegar por una ancha canal a la cumbre del Risco de la Pirámide donde hay dos paraboles como dos soles.

Estamos en una aguja más de la cabrera que no habíamos pisado antes y mola ver la sierra desde aquí, a la derecha la Aguja sin nombre y a la izquierda el Pico de la Miel por debajo toda la población de La Cabrera. Bonitas vistas.


DESCENSO
Tras un par de fotos destrepamos hacia el norte, hay unos bloques fáciles para bajar y la idea es ir descendiendo por la espalda del risco hasta llegar a la zona de matorral y senda que tenemos más accesible por la derecha.

zona de destrepe por la vertiente norte
Así hacemos y en un par de minutos ya estamos en la senda poco visible que nos lleva entre matorrales y durante dos minutos más al pie de vía donde tenemos las mochilas, el agua y la perra Nika nos espera.


Desde allí a los coches mismo itinerario de siempre y de la ida; primero buscar base de Aguja sin nombre y después siguiendo la senda hasta llegar a nuestros vehículos y fin de trayecto.

Como entro a currar en un par de horas, aún nos da tiempo de tomar una cervecilla, e incluso me voy a tomar un menú para comer en el Hotel Mavi con vistas desde la terraza de todas las agujas que tanto nos hacen disfrutar y a veces sufrir.






















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